El profesor y la virgen nínfula romance Capítulo 11

Sabía que no era saludable actuar de esta manera, pero ya estaba en mi límite. Kaká estuvo atento mientras yo hablaba. -Te voy a llamar por otro nombre, y voy a usar algunos objetos sexuales contigo, y quiero que me ruegues que te coma mientras me llamas maestra.

Kaká: ¿Qué objetos sexuales son estos? Espera, te mostraré. Salí de la habitación y fui a mi habitación, donde agarré una maleta, completa con tapones anales, látigos y pinzas para los pezones. Miró cuidadosamente el látigo.

Kaká: ¿Esto dolerá?

- Depende, puedo golpear ligeramente. Pero si sientes dolor, solo dímelo y me detendré inmediatamente.

Kaká: Entonces, está bien. La llamé a mi habitación, y dentro de la habitación abrí una segunda puerta, que daba acceso a mi cuarto de sexo. Se tapó la boca con la mano y luego me miró.

Kaká: No vas a usar todo eso conmigo, ¿verdad? Preguntó tan pronto como vio la cantidad significativa de objetos.

- No, solo lo que hay dentro de esa maleta, y quiero darte la mayor descripción posible, y si eres discreto, seré tu fiel cliente y siempre te pagaré el exceso.

Kaká: Está bien, no suelo hablar de mis clientes con nadie.

- Quítate la ropa y haz todo lo que te diga. Ella obedeció, despojándose de su corsé rojo. Me quité la camisa y luego me acerqué a ella, que estaba allí esperando mis órdenes.

- Abra las piernas. Ella lo abrió y puse mi mano sobre sus bragas, apretando su coño. Puse mi mano dentro de sus bragas y me di cuenta de que aún no estaba lista para mí.

- Quítate las bragas y mantén las piernas abiertas, ella se las quitó, dejando al descubierto su suave vagina. La volví a tocar y me masturbé, esperando que su coño empezara a reaccionar a mis estímulos, lo cual no tardó mucho. Desaté su corsé y se lo quité, dejando a la vista sus grandes y redondos senos. Cuando estuvo completamente desnuda, decidí comenzar a darle espacio a mi imaginación. "Te llamarás Celine, y te voy a comer de todas las formas posibles, y quiero oírte gemir y rogar por más".

Noté que fruncía el ceño ante el nombre de Celine, pero opté por ignorar ese detalle. La llevé a la silla colgante y le até los brazos y las piernas, dejándola completamente abierta para mí. Me encantaba ver a las mujeres abrirse a mí, ya que me ponía absurdamente cachondo y duro. Me quité el resto de mi ropa, dejándome completamente desnuda. Tomé un condón que había puesto en mi bolsillo, me lo puse, tomé las pinzas para los pezones y se lo puse a ella. Cerró los ojos y me di cuenta de que estaba excitada visualmente, lo cual era bueno, porque entonces no sería tan superficial.

Sin advertirla, la penetré con fuerza haciéndola dar el primer gemido, luego aumenté mis movimientos, metiendo y sacando mi polla violentamente. Cerré los ojos y comencé a imaginar a Celine mientras escuchaba a Kaká gemir frenéticamente.

- Esa Celine, gime por mí, así que va... Con cada gemido que daba Kaká, la penetraba más rápido y con más fuerza. Sentí que me hervía la sangre al imaginar los senos rosados ​​de Celine y su respiración en el baño. Metí mi pene dentro y fuera, imaginando su voz pidiendo más.

Kaká: Cat, me voy a correr, habló con voz derrotada.

- Disfruta delicioso, ve... Dio un grito brutal mientras se retorcía, incapaz de liberarse de la silla. Saqué mi polla de ella, y esperé a que su respiración se normalizara, cuando se calmó, la solté, sacándola de la silla suspendida, pero mantuve las pinzas en los pezones. Ponte a cuatro patas en esa silla, le dije señalando la silla de X, que se usaba para el sexo anal. Le até los brazos y las pantorrillas, luego fui al maletín y agarré el tapón anal. Elegí el medio, y se lo introduje en el culo, y volvió a gemir. Luego comencé a masajear su coño, mojándola de nuevo. Metí mi polla en su entrada, y la penetré, mientras tomaba y ponía el tapón de su culo, también entraba y salía de su coño.

kaka: Ay maestro, que bueno, fóllame más fuerte, por favor maestra, cómeme fuerte.

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