El profesor y la virgen nínfula romance Capítulo 29

Casi no pego un ojo por el dolor, no me dolía tanto como en las primeras horas, pero me seguía doliendo, y cada vez que me movía durante la noche, sentía un escozor en las bolas.

Me desperté deseando tener una criada, me haría la vida mucho más fácil en situaciones difíciles como esta. Me levanté haciendo un gran esfuerzo para que mis bolas no rebotaran, puse mi mano sobre ellas, y seguí sosteniéndola hasta que llegué al baño, me oriné, luego me duché, me lavé los dientes y cuando estaba hora de ponerse un traje era una tortura. Seguí sosteniendo mis bolas hasta que llegué a la cocina, donde tuve que soltarlas para hacer el café, y cuando estuvo listo, tuve que tomarlo de pie, porque hasta para sentarme me dolía.

- Esa loca casi hace una tortilla con mis huevos. me dije a mí mismo. Desde que me convertí en profesor de la universidad, nunca me había ausentado, siempre impartí todas mis clases, porque una cosa que tomo en serio es mi trabajo.

Luego viene una nínfula de la quinta del infierno, caliente, de pechos duros, culo delicioso y extremadamente sexy, jodiendo mi reputación como la mejor profesora.

Ya no sabía qué hacer con ella, me estaba empujando al límite.

- Joder, joder, joder... oh desgraciado. Dije viendo cómo mi pene se endurecía y mis bolas se movían. Este no es el puto momento, dije con los dientes apretados. Esta chica me folla aunque no esté, solo puede ser un castigo.

Fui a mi habitación, tomé mi cuaderno y me acosté en la cama con cuidado, y puse dos almohadas detrás de mi espalda, para que se inclinaran, y comencé a ingresar las calificaciones de los estudiantes en el sistema, pasé mucho tiempo haciendo esto cuando alguien llamó a mi campaña.

Normalmente lo atiendo yo mismo, pero debido a mi condición, tuve que usar mi sistema de seguridad para desbloquear la puerta automáticamente. Entré a las cámaras que tengo por toda la casa, incluida la puerta principal, y vi quién era el que estaba tocando el timbre.

- ¿Qué carajo, qué hace este chicle aquí? Si pudiera comer un poco de coño, abriría la puerta con seguridad, pero no puedo, así que gotea. Dije viendo a Monique en mi puerta a través de la cámara. Ya me había dicho, la primera vez que la comí, que no la volvería a comer, y terminé comiendo en el motel, sabía que el riesgo de que empeorara su pegajosidad era enorme, pero aun así me arriesgué , todo en nombre de un carajo, pero llegué a mi casa fue demasiado.

Esperé a que se cansara y se fuera. Lo intentó dos veces más y finalmente se fue. Mi alivio fue inmediato. Dejé el sistema de cámaras, pero después de unos minutos, mi timbre volvió a sonar.

- Joder, ¿esta mujer no se cansa de estar de pie? Me quejé cuando entré al sistema de nuevo, pero lo que vi hizo que mi corazón se acelerara, e incluso perdí el aliento por unos momentos.

- A este te insisto que entres. Dije abriendo la puerta para Celine. Ella se quedó allí decidiendo si entrar o no, miró a la cámara y se veía un poco asustada, así que decidí enviarle un mensaje diciéndole que entrara, ahí fue cuando entró. Estuve pendiente de cada uno de sus movimientos, ella estaba examinando mi casa, prestando atención a los detalles, cuando llegó a mi habitación, parecía no saber a dónde ir, así que le envié otro mensaje para que supiera dónde estaba.

Tan pronto como entró en mi habitación y me vio acostado en la cama, le pregunté si había ido a ver el arte que había hecho, pero se acercó a la cama y se echó a reír. La llamé loca, pero yo también estaba disfrutando la situación, y verla sonreír, tan liviana y tan suelta, me hizo mucho bien. Ella dijo que se lo pedí, pero no pedí nada, sabía que estaba loca, pero nunca pensé que estaba tan loca como para joderme los testículos.

Cuando le pregunté si era consciente del dolor que me causaba, dijo que lo hacía para que yo aprendiera a respetar el espacio y las decisiones de las personas, y cuando le pregunté cuándo empezó a querer alejarse de mí, dijo que era desde el momento en que mis actitudes comenzaron a lastimarla.

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