El profesor y la virgen nínfula romance Capítulo 34

Abrí los ojos y recordé al mismo tiempo que el día anterior.

- ¿Dónde golpeé mi ingenio? Hablé todavía somnolienta, sin un ápice de ganas de levantarme de la cama.

No sabía qué iba a encontrar en la universidad, si era un Kyle enojado, un Kyle herido o un Kyle indiferente.

No sé si eso me asusta o me consuela, porque la intención era hacerle saber de lo que soy capaz.

Me senté en la cama, pensando seriamente en no ir, no sabía si era miedo o su voluntad de venir a por mí.

- ¡No! Necesito irme, primero porque si no voy, él pensará que me estoy escapando, segundo, mis padres se enojarán mucho y no puedo darles ninguna razón para dejar el apartamento. Me puse un par de pantalones y una camisa bonita, porque no estaba de humor para causar todo lo que había estado haciendo más tarde, y tampoco quería ponérselo fácil a Kyle, en caso de que decidiera. para hacerme pagar comiéndome en algún baño.

Tomé mi desayuno a la carrera, ya que quería llegar temprano a la universidad y no tener que pelear con él por los pasillos.

- Sí, de verdad me estoy escapando, pensé. No tendría su clase, y eso ya me aliviaba, realmente no estaba de humor para aguantar su mal humor, porque estaba seguro de que estaba de mal humor.

- Llegué muy temprano, dije viendo los pasillos vacíos. Cuando llegué a la mitad del pasillo, me entraron ganas de volver corriendo a mi coche.

Kyle venía hacia mí, su cara cerca de su nariz estaba morada, y cuando me vio, aceleró sus pasos como si estuviera listo para matarme con sus propias manos. Temblé en la base.

- No corras Celine, no muestres inseguridad, tu tienes el poder. Pensé, tratando de convencerme de eso. Tan pronto como me alcanzó, me agarró del brazo, prácticamente me arrastró hasta una pequeña habitación que ni siquiera sabía que existía.

Era pequeña, tenía dos computadoras, algunos libros y una impresora.

- ¿Qué habitación es esta? Nunca me fijé en ella.

Kyle: Es una sala de investigación, que los profesores usan de vez en cuando, tiene una de estas en cada piso.

- ¿Por qué me trajiste aquí, qué quieres de mí? Me miró, pero no mostré miedo, y lo miré a él.

Kyle: ¿Qué diablos intentaste hacer ayer? ¿De verdad te follarías a un extraño?

- ¿Y cuál es el problema con ese Kyle? ¿No eras tú el que estaba con un extraño chupándote? Respiró hondo, me dio la espalda y se llevó las manos a la cabeza, como si estuviera a punto de explotar, luego volvió a mirarme.

Kyle: ¿Qué quieres de mí Celine? Estoy dispuesto a escucharte, hablar.

- ¿Y desde cuándo necesito que me escuches?

Kyle: Por favor, no vengas con tu estúpido hábito de querer sentirte superior en esta situación, ya he visto que tenemos un callejón sin salida aquí y estoy tratando de resolverlo.

- Punto muerto? ¿Llamas a esto un callejón sin salida? Yo lo llamo arrogancia. Eres completamente abusivo, te sientes superior a todo y a todos, no respetas los sentimientos de nadie, y eres capaz de pasar por encima de cualquiera para...

No me dejó hablar más, solo me besó, y el beso fue algo fuera de este mundo. Tenía deseo, excitación y perdí el aliento. Me apoyó contra la pared, me abrió los pantalones y metió su mano dentro de mis bragas, y mientras me besaba, me masturbó.

Luego me quitó la camisa, y el sostén, y me chupó los senos de manera desesperada, mientras yo me deleitaba con su boca, hasta que inmediatamente recordé que esa era la forma que siempre usaba para detenerme, y manipulando mis decisiones, se era una forma de recuperar el poder sobre mí, y me estaba enamorando de él una vez más.

- YA LLEGA dije empujándolo. Me miró sin comprender, y luego comencé a vestirme de nuevo.

Kyle: ¿Qué te pasa?

- Estoy cansado de ser un objeto para ti Kyle, aquí en esta universidad hay varios de tus juguetes, elige uno y déjame en paz. Lo esquivé, abrí la puerta y me fui a mi habitación, sintiéndome orgullosa de mí misma por ser fuerte, a pesar de que mis bragas estaban mojadas y me moría de ganas de que me la follaran.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El profesor y la virgen nínfula