El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 100

El primer aniversario.

Un año había pasado desde esa terrible noche en que Edward estuvo por primera vez con Emily.

En esa habitación de hotel, Edward recuerda como sus hombres le habían llevado a una Emily medio drogada hasta su cama.

Hace un año atrás Edward usó el cuerpo de Emily para soportar la tortura por haber perdido a Lucy...

Por eso, en este día que se cumplía un año, Edward reservó la misma habitación que aquella vez.

El personal del hotel le llevó un fino vino y fresas, helado de fresas y muchos hielos.

Edward se quitó su saco, su chaleco y se sentó en el sillón a esperar a que llegara la invitada de honor de esa noche.

Tocaron a la puerta por lo que Edward se levantó para abrir la puerta.

Dos hombres armados llevan en sus manos una alfombra enrollada.

Edward los dejó entrar.

Los hombres dejaron la alfombra en el suelo y salieron sin decir una sola palabra.

Edward desenrolló la alfombra con sus pies para que de ella emergiera una mujer delgada y sucia.

Edward se sirvió una copa de vino y degusto con calma el aroma y sabor del fino vino.

Él se sentó en una silla para observar a la mujer esperando a que reaccionara la droga en ella.

Lucy despertó sobresaltada pues la droga le había hecho efecto y se puso de pie con un salto.

"Que pasa?"

"Dónde estoy?"

La voz de Lucy solo provocó asco en Edward cuando la escucho cuestionar.

Edward no pudo evitar recordar la sorprendida y asustada mirada de Emily en esa misma habitación cuando pudo verlo de frente.

La extrañaba tanto....

La  extrañaba tanto que se volvía un poco loco todos los días.

Edward ya no iba a dormir a Golden Osmanthus, él prefirió dormir en cualquier otro lado.

Además, Edward no podía dormir por más de cuatro horas seguidas, pues la imagen de Emily saltando del acantilado o sus duras palabras lo atormentaban demasiado.

"Este es un aniversario doloroso para mí."

"Pero tú lo va a hacer mas llevadero."

Edward se puso de pie con elegancia malvada y se le acercó a Lucy.

La sentó en la cama y se dispuso a sacar sus herramientas que usaría esa noche.

Un cinturón.

Una daga increíblemente afilada.

Sus puros y un pequeño látigo.

Además de sus manos y fuerza.

Lucy observó al hombre frente a ella.

Ella pudo notar que ya no es el Edward de antaño.

Edward se ha convertido en un demonio consumado y temible.

"La droga que fluye por tu cuerpo no te dejará desmayarte y no te dejaré gritar."

"Nos divertiremos juntos y después te llevaré con Bruce."

Lucy tembló cuando escucho las amenazas de Edward.

Ella supo que estaba más que jodida.

Edward le hizo cortes precisos, dolorosos y sangrantes a Lucy pero cuidando que no se desangrara.

Con el látigo, Edward le dió varios azotes en sus rodillas y piernas.

Encendiendo un puro, Edward quemó un poco los brazos y piernas de Lucy.

Cuando se aburrió, Edward se acercó a la ventana para observar la ciudad.

Le dió una calada al puro y lo apagó.

No había vuelto a fumar desde que Emily había desaparecido.

Edward aprendió a preparar las infusiones más para recordar diariamente a Emily.

Aunque el sabor de las infusiones seguía siendo desagradable y amargo.

Lucy gritó contra la mordaza que Edward le había puesto en la boca durante toda el proceso de tortura.

Harto y asqueado de verla y escucharla, Edward le puso a Lucy una inyección para dormirla.

Él curó la sangre de sus heridas.

Hacía esto no por gentileza o consideración por ella.

Lo hacía porque si manchaba su sangre la alfombra cuando la transportaban, alguien preguntaría por esa mancha de sangre...

Y eso no era deseable.

Edward abre la puerta para ordenarle a los dos hombres estan custodiando la puerta.

"Llevense está basura, no quiero verla más."

Los hombres entraron para envolver a Lucy con la alfombra.

"Llevenla con Máscara de Bronce."

Los hombres obedecen las órdenes de Edward.

Este pequeño "favor" le había costado una suma de dinero importante a Edward, pero había valido la pena enormemente.

Regresando dentro de la habitación, Edward permaneció en silencio un segundo porque después de sentó a escuchar la canción favorita de Emily.

En su celular Edward abre su galería de fotos para ver detenidamente varias fotos de Emily.

Él acarició una foto que mostraba a una sonriente Emily al lado de Maggie.

Después, Edward contempla, de nuevo, los vídeos del concierto al que asistió Emily.

Escuchó su voz cantando y feliz de ese día.

Ese día que vió de frente a una Emily hermosa, libre, feliz, disfrutando de lo que le gustaba.

La canción le lastima los oídos porque la está escuchando con el volumen muy alto, pero ese dolor no es equiparable con el dolor de solo tenerla en ese dispositivo.

Edward se sumergió en su desgracia con las fresas y el vino...

Con eso, Edward logró quedar un poco anestesiado de sus reproches internos y maldiciones continuas.

Bruce en su mansión al lado de una bellísima y recuperada Elizabeth espera el maloliente paquete.

Cuando llegó Elizabeth sonrió feliz y le dió un beso rodeando a Bruce por el cuello dando saltitos.

La niña quiere venganza.

Ella le haría lo mismo que esa maldita perra le había hecho.

"Toda tuya pequeña mía."

Indicó Bruce cuando ataron a Lucy de la misma forma en que ella la había atado ella esa terrible vez.

"Nos vamos a divertir tu y yo estúpida perra."

"Vengaré a Emily también de todo el daño que nos hiciste."

Bruce encendió un cigarro y se acercó a su prometida Elizabeth Situ, se lo dió y ella lo tomó acercándose a Lucy.

La sonrisa de Elizabeth es envidiable.

Con el pasar de los días, los noticieros dejaron de hablar de los Situ.

También dejaron de pasar los avisos de búsqueda y recompensa por Emily, aunque se transmitían a diario en todo medio electrónico.

La abuela Situ se recuperó casi totalmente gracias a la ayuda de James y Maggie.

Ella se prepra para volver a Dinamarca durante un año, pues necesita descansar en un lugar más tranquilo.

James y Maggie fijaron la fecha para su boda, la cual se llevaría a cabo hasta dos años después.

Ambos iban a acompañar a la abuela en su viaje a Dinamarca.

El día que ella y los chicos están por abordar el avión hacia Dinamarca, el aeropuerto se inundó de hombres de negro que custodian a una hermosa jovencita y a un hombre posesivo de ella que impide que otros hombres la vean.

"Bruce, no veo por donde voy."

Se queja Elizabeth avergonzada.

La niña lleva puestos lentes enormes de sol, sombrero de ala ancha y vestido largo.

A los lados y frente a ella caminan hombres con tela negra que cubren el andar de Bruce y Elizabeth.

Cuando el hombre escuchó la ligera protesta de la niña la cargó en sus brazos.

Los hombres los siguieron con rapidez, pues su jefe camina deprisa.

La abuela Situ terminó acostumbradose a este despliegue de sobreprotección de Bruce hacia Elizabeth.

Ella sabe que ese chico ama con toda el alma a su nieta.

Y no permitira que nadie le hiciera daño nunca más.

"Abuela, James Maggie."

Saluda Bruce educadamente.

Él deposita, con sumo cuidado a Elizabeth en el suelo.

Elizabeth le dió un golpe con su mano en el pecho fornido y duro de Bruce quien hizo una fingida mueca de dolor.

Los demás los observan con una sonrisa, en especial la abuela, quien jamás imaginó que ese hombre,

frío,

despiadado y aparentemente sin sentimientos fuera tan amoroso y devotamente obediente de su nieta.

"Abuela, por favor cuídate."

"James cuida a mi abuela."

"Maggie cuida a ambos."

Elizabeth se despidió de todos, pero antes de que se marcharan les dió una noticia.

Elizabeth y Bruce están comprometidos pero aún no tienen fecha para su boda.

La abuela abraza a su nieta efusivamente para despedirse de ella.

Y también abrazo a su futuro nieto que le había dado tantos dolores de cabeza en el pasado.

Cuando la abuela salió del coma no fueron fáciles las pláticas sinceras entre ella y Bruce.

Los temas candentes de conversación y discusión fueron Elizabeth, Emily, la familia de James y los Situ en general.

Tomó muchas noches y días, discusiones y gritos llegar a una especie de tregua gestada enteramente por el enorme amor de Bruce hacia Elizabeth.

Pero eso no significó que Bruce se retiró de sus negocios, si no todo lo contrario.

Los reforzó y controló con furia implacable y destreza superior el inframundo en la ciudad.

El bajo mundo es suyo, pero lo compartía secretamente con los Black, con quienes hacia negocios y traficaba drogas.

Como el tan preciado suero de la verdad.

La cuidad regresó a su normalidad después de eso.

El padre de Emily siguió haciendo sus negocios junto con su amigo Jerome, pero nunca lloró la muerte de su hija porque jamás aceptó que ella había muerto.

Algo en su interior le decía que Emily estaba viva y que en algún momento regresaría.

Ryan y Flora anunciaron a su familia entera que pronto tendrían una niña tal cómo había previsto Flora.

Y se llamaría Elisbeth.

Joseph Gal se recuperó de su heridas.

Paul le dijo a Edward que lo tenía en su poder.

Quería que él decidiera que hacer con esa escoria.

Edward después de que la abuela se fuera a Dinamarca, llamó a su hermana para reunirse con ella y Bruce, para discutir que hacer con él.

En una instalación secreta e insonorizada, Elizabeth y Edward entraron a ver a Joseph.

Ambos sintieron una repulsión instantánea por ese hombre.

Los había forzado a límites horribles y dolorosos.

Los había odiado en extremo y era hora de que ellos le devolvieran el favor.

Joseph atado a la silla los observó acercarse a él.

"Esto jamás te hubiera pasado si hubieras sido buen padre."

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