El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 107

Una hermosa mujer con una copa de champaña se muestra interesada en Paul.

Él se acerca con seguridad como todo galán consumado que es.

"Hola."

Saluda Paul a la bella chica mirándola con ojos de deseo.

"Hola."

Responde la mujer de manera sensual.

Bastaron solo unas cuantas palabras entre los dos para que ambos caminen hacia las salas privadas que se encuentran en el piso superior.

La edecán del club los guía hasta una de las mejores salas VIP que cuenta con todo lo indispensable.

Un baño privado jacuzzi, fina champaña, frutas delicatessen y una selección de juguetes sexuales nuevos para su disfrute personal.

"Les deseo una estancia placentera."

La chica les dedicó una mirada lujuriosa antes de colocar un distintivo en la puerta para que nadie los moleste.

Sin perder de vista a su presa, Paul cierra la puerta para tener la "placentera" estancia...

Las palabras sobran, por lo que muy rápido pronto los labios suspiran contra los labios del amante deseoso.

Ambos jadean por más mientras las manos ansiosas recorren el cuerpo del otro de forma apremiante y ardiente.

Paul de un movimiento magistral le quitó el vestido ceñido a la chica y la sentó en la cama para disfrutar de la vista de sus senos turgentes y suaves mientras él se desnuda.

"Fabrizio."

"Cassie."

Fue lo único que susurraron con pasión contenida antes de que la boca y lengua de Paul se dedique a devorar con hambre cada centímetro de la piel suave de la chica.

Ambos quieren darse placer mutuo, por lo que terminan la posición de 69, gimiendo su placer contra la piel caliente del otro.

La chica tiene deliciosa figura que atrae a Paul demasiado.

La lengua de Paul se desliza por los pliegues húmedos de la chica mientras sus grandes manos masculinas acarician el bien formado trasero de la niña.

"mmmhhh...aaahhh....."

Es lo unico que se escucha en la habitación privada e insonorizada.

Y aunque los dos se notan excitados, Cassie nota algo malo con Fabrizio.

Su miembro permanece inerte.

Temiendo enojarlo, la chica mete en su boca su miembro con la esperanza de que pudiera ponerlo erecto y duro.

Paul sigue dándole placer a la chica con sus dedos y lengua.

El cuerpo de la chica se retuerce y arquea sobre el torso duro y musculoso Paul porque su orgasmo se acerca.

Pero incluso está vez ,Paul pudo notar que su miembro no responde a las caricias sexuales de la chica.

Cuando el orgasmo golpeó a la chica con fuerza, Paul la recostó en la cama para besarla apasionadamente.

Poniéndose de pie, Paul no puede comprender porque no tiene una jodida erección en ese candente instante!

"Perdona encanto."

"Esto jamás me había pasado, de verdad estoy sin palabras."

"Tal vez si me tomo unos viagras yo pueda tener una erección"

La chica, recostada en la cama espera que Paul se tome las pastillas azules para que regrese a su lado.

Dándoles tiempo a las pastillitas azules para hacer efecto en su sistema,Paul se dedica a devorar los senos de la niña.

La lengua de Paul gira sobre los pezones rosas de la chica antes de morderlos con delicadeza.

El vientre de la niña tiembla cuando la lengua experta de Paul se desliza despacio mientras desciende a los pliegues de la niña para darle otro orgasmo.

La chica enreda sus dedos en el corto cabello Paul mientras jala su cabeza contra ella para que profundice la acometida de su boca en su intimidad húmeda y cálida.

Cuando un nuevo orgasmo la arrasó como una marea caliente y satisfactoria, la chica susurra.

"Penetrante ya."

Algo que Paul quisiera hacer, pero su maldito miembro sigue igual de flácido que antes, cosa que lo molesta bastante.

Después de darle un largo beso a la chica, Paul le extiende un cheque por una suma de dinero aceptable por su...

Silencio y servicio.

La chica sale de la habitación complacida pues tuvo dos orgasmos seguidos.

Para felicidad de la chica, cuando ella salió de la habitación, un mesero con el que había estado coqueteando lo llevó a una habitación compartida.

Otra pareja disfrutaba ya de sus cuerpos por lo que el espectáculo excita al chico y a Cassie.

"Pero que carajos me pasa?"

Maldice Paul vistiéndose de nuevo.

Otra vez la imágen de Carolina encima de el pasó por su mente.

Tenía que hablar con ella cuánto antes por lo que salió de ese privado de prisa.

Cuando Paul pasó por una puerta medio abierta pudo escuchar en la sala compartida gemidos de Cassie con otro hombre, quien agradece la oportunidad que se le da en bandeja de plata.

Paul observa como el mesero penetra a Cassie y ella disfruta mucho con él.

Paul no pudo soportar más, por lo que se retira del lugar decepcionado de él mismo.

Nervioso y agotado mentalmente, Paul manejó a casa de Carolina para hablar con ella.

Carolina por su parte monitorea toda su actividad por medio del rastreador que le había puesto a su reloj de pulsera.

Por eso ahora se prepara para recibir a un enfadado e intrigado Paul.

Descendiendo de su auto, Paul observa la casa de Carolina.

La puerta para entrada de autos esta abierta y eso es extraño.

Subiendo con recelo los tres escalones de la entrada de la casa, Paul coloca su mano instintivamente en su arma,  por cualquier eventualidad.

No sé escucha ruido alguno salvo las olas que se estrellan contra las rocas y el aire que mueve las ramas de los árboles.

Carolina lo espera en su rincón, preparada para darle una buena batalla a ese cabrón mujeriego.

En tan solo un par de horas, Paul ya se había ido con dos mujeres distintas y eso no se lo iba a perdonar.

Carolina disfruta de su compañía cuando pelean.

Cuando ambos se rinden y comparten una bebida y alguna charla ocasional ella puede en verdad relajarse con él.

Pero cuando Paul comenzó a insinuarle que salieran juntos...

Paul le mandó a Carolina flores y obsequios pequeños, pero costosos, así que ella supo que él la estaba conquistando.

Y lo hubiera logrado si Carolina no se hubiera enterado por sus averiguaciones que Paul es un mujeriego e infiel empedernido.

Además es un bebedor compulsivo al que le gusta irse de "vacaciones" sexuales con varias mujeres a la vez.

Eso terminó por enfadarla, por lo que rechazó sus regalos, proposiciones y se alejó de él.

Pero con Bruce pacificado completamente por Elizabeth, el bajo mundo en esa ciudad y en otras ciudades controlado, Carolina se aburría horriblemente, pues no tiene mucho que hacer...

Por eso, planeó primero hablar con Paul para exponerle su petición de un buen enfrentamiento diario para mantenerse en forma.

Paul le sugirió terminar los entrenamientos en su cama.

Y después él se iría con su nueva conquista por la noche.

Así que Carolina pasaría a ser un juguetito sexual más en sus manos.

Cuando Emily, ahora Loralay regresó a la ciudad, Carolina no dudó en contactarla para pedirle algo para calmar al bastardo promiscuo.

Y ahora, ella lo espera escondida dentro de su casa.

Por fin tendría una buena batalla contra él y estaba ansiosa de ello.

Paul abrió la puerta de la casa, desenfundó su arma, miró para todos lados caminando con sigilo...

Él buscó en la sala, comedor y cocina antes de subir lentamente la escalera hacia la planta superior.

Carolina lo espera lista detrás de la puerta.

Paul entró primero a una habitación vacia.

La inspeccionó a fondo antes de cerrarla.

Después entró al baño y se deleitó con la tina francesa que tiene Carolina.

Paul se imaginó todo lo que podría hacer con ella ahí.

Cerrando la puerta, Paul se dispuso a entrar a la última habitación.

Pero estaba vacía también.

"Tal vez esté fuera de casa."

Se dijo a si mismo Paul.

Aunque...

Porque demonios estaría abierta y desprotegida la villa de Carolina?

Descendiendo por las escaleras, Paul cuando iba a guardar su arma cuando una daga enorme y afilada se coloca en su garganta.

"Ladrón."

Carolina susurra con voz hermosa detrás de él.

Paul puede sentir un hilo de sangre correrle por la piel.

"Tramposa."

Susurra Paul.

Haciéndose para atrás, Paul toma la mano de Carolina con la gran daga para dirigirla a su corazón.

"Hazlo."

Susurra Paul mientras la daga comienza a penetrar su piel.

"Hazlo rápido."

Ordenó de nuevo Paul.

Carolina retiró la navaja.

"No seas dramático y pelea Paul."

Sonriendo, Carolina lanza golpes a la cara y cuerpo de Paul quien se dedica a esquivarlos todos.

Paul solo se defiende, no ataca.

"Pelea cobarde!"

Ordenó Carolina.

Paul sin muchas ganas comenzó una pelea con ella.

Carolina observa que Paul no pone todo su empeño en la pelea, por lo que se decepciona un poco.

Paul fue derribado al suelo estrepitosamente y se quedó ahí sin intenciones de levantarse.

Carolina se sentó a horcajadas sobre él para estudiarlo a fondo.

"Que pasa Paul?"

Pregunta la chica acercando su bella carita a la cara sin expresión de Paul.

Paul giró sus ojos hacia ella para apreciarla mejor.

Él pudo sentir una pasión irresistible por ella.

Tomó con ambas manos su carita de Carolina, Paul la atrae para darle un beso profundo.

Carolina luchó por soltarse pero Paul no se lo permitió.

Usando la fuerza de sus piernas, Paul se levantó del suelo, abrazandola de forma apretada.

Inmovilizando a la chica contra la pared, Paul continuó besandola.

Carolina le siguió el juego para probar si lo que le había dado era efectivo.

Paul pudo sentir y ver qué su miembro le responde de forma normal, poniéndose erecto al momento.

Apartandose un momento de ella para notar el bulto exaltado en su pantalones, Paul luce totalmente intrigado.

Carolina mira de forma curiosa a Paul antes de soltarse de su agarre.

"Es muy extraño."

Piensa Paul mientras se sienta en una de los amplios sillones de Carolina.

"Porque estás aquí Paul?"

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