El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 115

Lorelay sale de la oficina de Edward caminando de forma altiva llevando sus enormes lentes oscuros puestos.

Ella pulsa el boton del ascensor privado y baja hasta el estacionamiento subterraneo.

Lorelay se recarga en el ascensor del lado que está fuera de la visión de la cámara de vigilancia antes de dejar escapar un suspiro profundo.

Ella oculta su rostro pues una traicionera lágrima recorre su mejilla.

Edward la ama solo a ella.

No ha estado con nadie en esos años.

Edward aceptaría que Emily regresara aunque estuviera casada, con hijos o que sufriera el típico caso de amnesia...

Levantando su cabeza, Lorelay tosió para retomar su compostura perfecta justo cuando las puertas del ascensor se abrieron y el frío del estacionamiento la envolvió.

De camino al auto, Lorelay observa que Carolina la espera recargada mientras mira las notificaciones de su celular.

La gente de Carolina está muy activa, pues el anuncio de que Mascara de Bronce cediendo por una temporada el poder a Mascara de Plata había causado revuelo.

Muchos de los líderes se habían reunido en otros lugares después del anuncio.

Ellos odian que una mujer tuviera el poder, aunque fuera solo por un momento.

Ellos creen que ese privilegio esta reservado solo para los hombres como ellos y sus sucesores.

Carolina guarda su celular cuando ve a Lorelay acercarse.

Ambas de enlazan en un abrazo fuerte tras enfrentarse con sus hombres.

"Todo en orden?"

Interroga Carolina a Lorelay.

La chica nota que la rubia está medio apagada después del tiempo que pasó con Edward a solas.

La chica ruda teme que algo malo le haya pasado.

"Si, nada malo sucedió."

"Edward creyó que podría darme de nuevo el suero de la verdad, pero afortunadamente conozco muy bien de lo que es capaz."

Responde Lorelay.

"De hecho pude comprobar que mi comprimido de la verdad es más efectivo, pero tiene menos duración que el suyo."

"Debo trabajar en la formula para alargar el tiempo."

Ambas suben al auto para dirigirse a la empresa de diseño.

Carolina sigue sintiendo que su celular vibra debido a las numerosas notificaciones.

Ella ahora tiene dudas si fue buena idea hacer ese anuncio a todos los jefes de los diferentes negocios clandestinos.

Lorelay casi puede adivinar lo que Carolina esta pensando y el porque su celular vibra tanto, pero decide preguntarle por su encuentro con Paul.

"Aún sigue interesado en tener intimidad contigo?"

Carolina se reclina un poco en su asiento y mueve la cabeza afirmando mientras observa las calles y las personas a su alrededor.

Si se supiera que ella viajaba con Lorelay, podrían comenzar a atar cabos los espías que se encuentran por toda la ciudad en ese momento.

"Sigue intentando meterse en mi cama."

"Es mas le di una tarea imposible para esta noche."

"Y estoy segura que no podrá completarla, asi que espero que pase una buena temporada siendo celibe o haciendose amigo de su mano derecha o izquierda."

Responde Carolina.

Lorelay rie ante esta frase.

A ella le encanta que Paul, ese gran bastardo, mujeriego consumado y desvergonzado tenga alguien que le haga ver su suerte.

Alguien que lo haga rogar por sexo.

El vehículo llega rapido a la empresa y al estacionarse, Lorelay le da una una peluca de cabello rosa fosforescente a Carolina para que se la ponga.

"Se tu preocupación al estar juntas, por ello pasarás desapercibida como una clienta mía."

"Toma, estos lentes."

Le extiende Lorelay a Carolina.

"Los diseñe junto con mi equipo hace tiempo."

"Son únicos en el mundo."

Carolina toma los lentes, los examina con calma y al instante le fascinan.

"Gracias Lorelay."

Agradece Carolina poniendose ambas cosas apresuradamente.

Deja finde lado el saco de su traje de vestir, Carolina saca un poco su blusa para después pintar sus labios de rojo encendido.

Listo.

Disfraz completado.

Lorelay extiende los pulgares dandole una aprobación.

El valet parking de la empresa les pide las llaves del vehículo para estacionarlo cuando ambas descienden.

Ram junto con el Director las espera en la recepción.

Lorelay suspira al entrar de nuevo a la empresa de diseño.

Tantos recuerdos para tan poco tiempo que estuvo en ese lugar.

Todos se dirigen a la oficina del director, haciendo que los empleados detengan sus ocupaciones para mirar a las personas que entran.

De repente Lorelay evoca la primera vez que vio a Edward entrar a la empresa seguido de Carl y de otros directivos cuando compró la empresa en ese entonces.

Ahora todos la ven a ella como en ese momento ella vio Edward.

El personal la mira con recelo,

con miedo y con incertidumbre.

Cuando Lorelay subió a la mitad de la escalera ella nota que el personal había bajado considerablemente.

El edificio sigue igual pero se siente triste y monótono, por lo que detuvo su marcha.

"Me llamo Lorelay Baek "

"Durante los siguientes tres meses estaré a cargo de esta empresa."

Habla la hermosa chica rubia hacía su gente.

"Se que pueden tener algunas dudas y miedos, pero dejenme decirles que los cambios que se efectuaran serán para bien."

"Todo será para que esta empresa pueda ser tan buena como antes."

"Aurora, la afamada pintora vendrá algunos días para inspirarlos y darles algunas ideas."

"El nombre de la empresa se cambiará de nuevo."

"Por lo que se llevará a cabo un concurso para elegir un nombre original y menos rígido."

"El nombre de esta empresa parece el que estaría colgado en un despacho de abogados."

Los veinticinco empleados que están reunidos alrededor de la escalera se ríen, pues ellos también piensan que el nombre de la empresa es impersonal, rígido y feo.

"Deben tener muchas ideas acerca de como debe de llamarse está empresa así como del logotipo, pues veo que no cuenta con uno propio."

"Muestrenme sus propuestas para las cinco de la tarde.

"La artista Aurora junto conmigo, elegiremos el mejor."

"Queremos que represente la originalidad de esta empresa y del nuevo rumbo que queremos marcar."

Los empleados se miran la cara confundidos.

"Claro que habra un premio en efectivo para el primer lugar."

"Un premio diferente para el segundo lugar."

"Y para el tercer lugar, una clase particular con la artista Aurora junto con James, el escultor y pintor joven mas famoso."

"Pueden comenzar."

"Estaré hablando con el director mientras tanto."

"Espero ver sus novedosas ideas!"

Motiva Lorelay a sus empleados quienes vuelven de prisa a sus estaciones de dibujo.

Tal como ello lo hiciera alguna vez hace algunos años atrás.

Lorelay sube las escaleras Sin prestar atención al director quien le explica datos superfluos de la empresa.

Su opinión personal acerca de lo que ella dijo...

Y remata diciendo que el Señor Situ no permitirá que la empresa cambie de nombre.

Lorelay se dirige a un cubículo en específico.

Ella abre la puerta y todo sigue igual.

Deslizando sus dedos, Lorelay toca la mesa llena de polvo.

La mancha en el suelo aún se aprecia, pues parece que se niega a ser removida del lugar.

"Dorian."

Piensa por un segundo Lorelay, pero después se acerca a Ram para susurrarle algo antes de cerrar la puerta.

En la oficina del director, Lorelay puede comprobar que la empresa ha estado perdiendo dinero, pues la mala fama de Carl y Edward no le ha ayudado para nada.

El abogado Ram termina de hablar por celular antes de decirle algo al oído a Lorelay.

Carolina puede escucharlos tambien y se levanta para seguir al abogado.

"Señor Anders, usted ha fungido como director por dos años y creo que se merece unas vacaciones pagadas por la empresa."

Indica Lorelay hacía el hombre.

"Vacaciones que son efectivas desde este momento."

"Elija el destino para que usted junto con su familia puedan salir en este mismo momento."

"Hagale saber a mi abogado el destino para que pueda tramitar los boletos de avion, hotel y gastos variados."

"Tendrá dos semanas para descansar."

"Su puesto lo estará esperando cuando regrese, por eso no se preocupe."

El señor Anders jamás esperó que esa señorita tan joven y hermosa fuera tan decidida y amable.

En su vida, el hombre jamás había tomado vacaciones pagadas por la empresa!

Por tal motivo no iba a dejar pasar esa oportunidad!

"Muchas gracias Señorita Baek."

"De verdad, se lo agradezco infinitamente."

"Aprecio su amabilidad muchísimo."

"En un minuto coordino todo con su abogado, gracias de nuevo."

Cerrando la puerta, el director casi grita y brinca de felicidad.

Lorelay se queda sola en la oficina que antes era de Carl.

Poniendo el seguro a la puerta, se asombra de que no haya secretaria en ese lugar, pero eso no le importa.

"Debe de haber algo escondido en alguna parte de este lugar como en la villa de Carl."

Lorelay busca alguna puerta secreta, compartimento o alguna cosa fuera de su lugar que le ayude.

Cuando Edward acusó a su primo no se pudieron encontrar todos los papeles y cuentas bancarias que Carl tiene escondidos en lugares imposibles de rastrear.

Ella sabe que los policías fueron a esa oficina y que habían buscado mil veces pero jamás encontraron nada más que en la villa de Carl.

Lorelay cerró los ojos y se concentró un momento en Carl, su personalidad y escencia.

Ella pudo sentir el inmenso rencor y celos que guarda Carl hacía Edward.

Odio que crece mas cada día que ha pasado encerrado en esa cárcel fría y lúgubre.

Abriendo los ojos, algo llamó la atención de Lorelay en el estante de los libros.

Muchos libros de diseño viejos, nuevos, revistas, reconocimientos y fotos de cuando Carl fue entrevistado junto con el manager de las chicas de Red Velvet.

Pero había un libro extremadamente gordo y de pasta gruesa que tenía por titulo "Las decoraciones del barroco."

Por lo que sabía, Carl siempre apostó por lo nuevo, moderno y vanguardista.

Lorelay lo removió del estante con algo de esfuerzo, no debido a su peso, pues ella comprobó después que el libro estaba hueco.

Sino porque estaba demasiado apretado entre los demás.

Además una pequeña cadena lo sostenía a la pared, para darle el aspecto de libro pesado.

Lorelay retiró los libros contiguos, desenganchó con sus hábiles manos el ganchito firmemente atado a la pasta del libro y cuando lo hizo una pequeña compuerta se abrió.

Ahí, frente a sus ojos había dinero, una pistola, joyas que ella reconoció haberlas diseñado en el pasado y papeles.

Dentro del libro encontró números de cuenta, transferencias y algo que le pareció sumamente interesante.

Nombres de hombres al lado del nombre de Lucy que parecían ser sus familiares.

Uno decía padre y el otro tío.

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