El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 136

"De quien es este auto tan viejo?"

Edward no puede creer que alguien haya estacionado una carcacha tan vieja en su lugar del estacionamiento subterraneo.

"Encuentra al dueño de esta basura de auto y dile que lo mueva ahora mismo!"

"O llama a una grúa para que remolquen esto de aquí!"

"No lo quiero en mi lugar privado."

Vocifera Edward molesto la chatarra oxidada mal estacionada.

El auto del que habla no solo es feo y viejo, sino que también esta estacionado de forma horizontal, abarcando el lugar de Edward y dos lugares más!

Fastidiado, Edward deja que su chofer estacione el auto en otro lugar cercano.

Edward camina enfadado hasta el ascensor privado que lo dirige sin escalas a su oficina.

Justo cuando las puertas del ascensor se cierran, Lorelay sale por el ascensor de los demás empleados con el hombre que la trae abrazada por los hombros.

"Eres realmente dócil e inteligente."

"Ahora vamos a mi auto, preciosa."

"Me disculpo si no tengo un gran auto, pero apenas salí hace unos meses de prisión."

"Fue lo mejor que pude comprar en tan poco tiempo."

Bernard la dirige al auto chatarra mientras que el guardia del estacionamiento se le acerca para decirle que no debería haber estacionado ahí.

De repente los dos hombres comienzan a discutir acaloradamente, haciendo que Lorelay se sienta nerviosa, pues solo ella sabe todo lo que ese hombre trae debajo de su abrigo.

Si sus cálculos no fallan, si el hombre hace estallar lo que trae, no solo ella moriría al instante, si no que también demolería el edificio con todas las personas que estan trabajando dentro.

Y son demasiadas almas inocentes para que fallezcan por una tontería!

"Señor guardia, el señor es un amigo que no sabía donde podía estacionarse y llevamos prisa."

La chica debe intervenir.

"No volverá a suceder, por favor, nos vamos?"

Lorelay detiene la disputa de los hombres.

Ella logra jalar del brazo al hombre para dirigirlo a su auto.

"Disculpe señorita Lorelay no sabía que este hombre venía con usted."

"Está bien, pero el señor Edward me pidió que no lo volviera a hacer."

"El CEO tuvo que dejar su auto en otro lugar justo ahora que llegó a la empresa."

El guardia da unos pasos para atrás para alejarse un poco de los dos y les da el paso para que puedan llegar a la chatarra de auto.

"Buena jugada linda."

El hombre le abre la puerta para que la entre.

Lorelay tiene que contener el aire para no vomitar.

El interior del auto huele tan rancio y asqueroso que ella se tiene que poner la mano en la nariz y hacer un esfuerzo sobrehumano para que no vomite en los asientos grasosos del auto.

"Desliza tu delicioso trasero Enel asiento ahora y no intentes nada, ricura."

"Pronto llegaremos a nuestro destino."

El hombre cierra de un portazo.

Lorelay saca discretamente un frasquito pequeño con un líquido azul de un bolsillo secreto en su ropa.

Lo rocía de prisa en el asiento del hombre antes de sentarse derecha en el mugriento asiento.

Bernard rodea el carro sin dejar de mirar al guardia, por lo que no se da cuenta de las acciones de Lorelay dentro del auto.

El hombre toma asiento detrás del volante, pone la llave en el encendido y trata de arrancar el auto un par de veces sin lograrlo.

"Enciende pedazo de chatarra barata!"

Bernard grita frustrado porque ya tiene varios intentos sin poder encender el auto.

Al décimo logra encenderlo.

El auto emite una especie de rugido ahogado para después sacar mucho humo por el escape.

Acelerandolo a fondo para salir derrapando del estacionamiento subterráneo de la empresa, Bernard se siente como si como su condujera un potente auto de carreras.

"Iremos a donde nos esperan pero primero déjame presentarme, porque será necesario que sepas mi nombre."

"Me llamo Bernad y seré el que mejor te tratará, preciosa."

La voz del hombre solo logra enfadar más y más a Lorelay.

"No lo dudes."

"No puedo decir lo mismo de mi hermano."

"Mi jefe quiere hablar contigo pues los tres estamos impresionados contigo porque le diste muerte a esa perra desagradecida llamada Lucy."

Lorelay mira el camino en vez del hombre...

"Se merecía sufrir más esa hija de puta..."

"Pero saber que alguien le clavó un cuchillo en las entrañas nos hace sentir mejor y tener lindos sueños, comprendes?"

Bernard no sabe que esta empezando a sentir en su cuerpo los efectos de lo que Lorelay le había rociado en su asiento y en el volante.

"Preciosa, te molestaría que me detenga un segundo, me siento cansado..."

Lorelay en todo ese tiempo no había dicho ni una sola palabra.

Ella rogaba en su mente porque se alejaran lo más posible de la ciudad, pero el efecto del somnífero le estaba haciendo efecto demasiado rápido a ese hombre.

"No comprendo porque me siento tan cansado..."

"Quiero dormir, pero no puedo..."

"Debo llevarte al..."

El auto comenzó a zigzaguear cuando Bernard se quedó dormido al volante.

Lorelay tuvo que actuar rápido.

Como pudo tomó el volante y siguió conduciendo, sentada casi sobre el regazo de Bernard quien ya había comenzado a roncar.

Como ella había dejado su celular en la oficina, no tenía a nadie a quien llamar por ayuda, pero lo que ahora de verdad le interesaba era sacar el auto de la ciudad por todos los explosivos que porta ese desagradable hombre.

Cuando llega a una desviación donde hay un campo abierto, decide parar el auto y salir de ese infierno con ruedas.

Abriendo la puerta, Lorelay sale antes de que ya no pueda controlar sus ganas de vomitar.

Cuando se siente mejor, se limpia las comisuras de la boca con un pañuelo y abre el abrigo del hombre.

Saca todos los explosivos que tiene y los deja en el suelo para contarlos.

Son mas de quince los que tenía en sus bolsillos del abrigo, lo cual es aterrador.

Lorelay trata de buscar algo para meter los aparatos explosivos y poder irse, pero en ese momento comienza a escuchar que el hombre comienza a despertarse, por el aire que entra por la puerta abierta.

Lorelay en su prisa le da un codazo para noquearlo.

Aventadolo al lado del pasajero delantero, Lorelay vuelve a colocarse detrás del volante.

Ell avienta con cuidado los explosivos al asiento trasero para conducir de nuevo hacia la casa estudio para interrogar al hombre con calma.

Edward en la oficina entra a su oficina, el vicepresidente lo recibe con todos los papeles atrasados de la empresa.

Además de toda la documentación de diseño por separado, más los contratos que Edward tenía que revisar previamente.

"La señorita Lorelay regresará?"

Edward se sorprende por la pregunta del vicepresidente por lo que se levanta sin responderle al hombre para ir a la oficina de Lorealy.

La abre para observar su oficina.

Dentro encuentra su bolso, celular y algunos papeles tirados en el suelo...

Tiene una sensación rara, pues han pasado muchas cosas en estos pocos días.

"Demosle espacio a la señorita Lorelay."

"Comienza el proceso de selección para una nueva secretaria para mi."

El vicepresidente asiente ante más órdenes de Edward quien llama a uno de sus espías, de los últimos que quedan vivos.

Le ordena a uno de ellos que averigüe donde está Lorelay en ese momento.

Una llamada del guardia de seguridad lo alerta.

"Señor Situ, el hombre del auto feo ya se fue."

"La señorita Lorelay se fue con ese hombre, dijo que era su amigo."

Edward siente una cubetada de agua fría cuando escucha que Lorelay se fue con algún desconocido en ese auto tan horrendo!

"Estas seguro de que dijo que era su amigo?"

El guardia no comprende porque le vuelve a preguntar eso el CEO.

El guardia le explica que estaba teniendo una charla muy acalorada con ese hombre que traía una gabardina café demasiado larga y abultada, pero no se veía precisamente gordo...

Edward termina la llamada con el guardia para llamar a su espía y darle la referencia del auto que debe buscar.

Edward le ordena que le informe lo más rápido posible cuando la encuentre.

Todo se complicó demasiado en tan poco tiempo!

"Se fueron ya?"

La abuela Situ asiente hacia Thomas quien observa las cosas apiladas en su pequeño escondite.

Una corazonada junto con la acertada llamada de uno de sus espías que le decía que había visto a unas personas sospechosas unas horas antes merodeando, alertó a la abuela.

Por lo que logró retirar a tiempo

sus bienes mas preciados.

Pudo vaciar su caja fuerte con papeles de suma importancia y retirarse por una puerta escondida detrás de su propiedad.

Pigmeo el perrito no se encontraba con ella, pues Elizabeth había insistido en llevárselo a Dinamarca para que no fuera una carga para su abuela.

"Ahora debemos esperar por unos días."

"Tendrás que cambiar tu apariencia para que nadie pueda identificarte."

Indica la abuela a su ayudante.

"Tim esta en camino hacia el otro refugio?"

Thomas afirma ante la pregunta de la abuela, quien mira el puntito rojo en su localizador, el cual le muestra que Lorelay se dirige a la casa estudio.

"Dile a Tim que deje el auto de Bruce en el refugio y que lleve otro para ayudarle a Lorelay."

"Ella ahora nos necesita más."

Thomas marca el celular de Tim para darle las ordenes de la abuela mientras ella observa que el auto se detiene en la casa estudio de la chica.

En la casa vacía, Lorelay baja al hombre y lo amarra a una silla.

Lorelay se cambia rápidamente de ropa y se pone su máscara para interrogarlo.

Cuando Bernard despierta se encuentra atado en una habitación sin ninguna ventana, humeda y oscura.

De repente se sintió como cuando estaba en la cárcel, por lo que no se alarmó.

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