El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 140

Ambos contrincantes parecen sacados del mismo infierno.

La oscuridad desciende de tal manera que solo ellos son capaces de ver en esa habitación.

Extrañado por lo que sucede en la casa, Tom se acerca a la puerta de la habitación donde están Carl y Lorelay.

Y se asombra al no poder distinguir ninguna luz dentro.

Tom se molesta con Carl pues piensa que él ya está disfrutando de la chica, pero cuando abre la puerta para confrontarlo no puede creer lo que ve...

La escena dentro de esa habitación dejo con la boca abierta!

Como si fueran dos seres del inframundo, la mujer y el hombre se aprecian completamente negros en esa oscuridad profunda y densa.

El frío que circula en esa habitación rivaliza con el frío del invierno más crudo.

Tom busca el interruptor para encender las luces para observar que carajos sucede, pero se lleva una sorpresa al darse cuenta que las luces ya estan encendidas.

Todas las luces estan encendidas!

Lorelay camina derecha acercándose despacio a Carl, tratando de leer sus movimientos.

Ella ve una oportunidad cuando Carl voltea unos segundos a ver la puerta abierta de la habitación.

Lanza un ataque para derribar a su oponente, pero Carl de alguna forma logra esquivarla y encerrar a Lorelay con sus brazos desnudos.

Lorelay empuja su cuerpo hacia atrás con el fin de derribar a Carl.

Pero él la controla dándole la vuelta justo cuando ella se impulsaba, haciendo que el esfuerzo fuera en vano.

Tom al distinguir solo las sombras de lo que se vislumbra como una pelea, saca su arma y se acerca a ellos usando la linterna de su celular.

Ayudado por esa luz, Tom pudo ver algo entre esa negrura.

Cuando pudo distinguir a la joven, Tom apunta el arma a la cabeza de ella para terminar lo que sea que esté ocurriendo en ese instante.

"Deja de pelear y levántate."

Lorelay esta agachada sobre Carl, a quien logró tirar al suelo, a pesar de que su contrincante intentó evadirla.

En ese justo instante, Lorelay intenta ahorcarlo.

Por muy dura y entrenada que Lorelay este, una bala es algo que ella no puede combatir.

De mala gana, lentamente, se levanta del cuerpo de Carl, no sin antes darle una patada en el estómago.

Carl en el suelo sonrió de manera burlona hacia ella.

Incorporándose del suelo frío, Carl saca una jeringa con una solución transparente de un cajon del mueble de madera cercano a la cama, el cual es un tranquilizante poderoso.

Lorelay observa cuando inyecta en su piel esa sustancia de dudosa procedencia.

Ella de repente se siente pesada y cansada.

Casi se estrella en el suelo, pero Carl la abraza por la cintura para cargarla y dejarla recostada sobre la cama.

Su corta pelea con ella le dio una idea fantástica a Carl para chantajear a su primo y obtener de forma rápida todo lo que por derecho creía que le correspondía.

Como por arte de magia la luz volvió a ganar terreno en esa habitación y el frío se evaporó.

"Que carajos está pasando Carl?"

"Que pasó con las luces?"

"Como es posible que ella siendo tan débil pueda tirarte al suelo e intentar ahorcarte?"

Tom no comprende nada de lo que sus ojos vieron.

Sombras aterradoras de ojos rojos como demonios sacados de una película de terror.

"Terminaste de sacar la caja con las monedas o tengo que hacer todo yo?"

Carl cuestiona al molestó hombre pues no esta de humor para responder ninguna de sus preguntas.

Tomando la pala con su mano, Carl se dirige fuera de la habitación.

Ingresa un nuevo código de seguridad, anulando el previo para que la pesada puerta se cierre dejando a Lorelay, dormida en la cama.

"Te recuerdo que soy mucho más viejo que tú y no puedo tengo la misma fuerza que solía tener..."

Responde Tom.

"Si tanto deseas acabar, cava, mientras que uso el pico para escarbar en otra zona cercana."

Tom le indica a Carl.

"Aun falta más dinero por desenterrar?"

Tom, decide no preguntar más por lo que había ocurrido dentro de la habitación.

Carl detiene al hombre antes de que lleguen la lugar donde excavan.

"No te acerques a la chica, será solo mía."

Amenaza con horrible voz Carl a Tom.

"Uu puedes tener la parte que le tocaba a tu hermano y largarte después."

"Tu cometido ya esta realizado."

"No pudimos matar a Lucy con nuestras manos, pero al menos ahora podre divertirme con Lorelay"

"Queda claro?"

Carl entierra firmemente la pala en la tierra removida para seguir la faena, mientras que Tom masculla su enojo debido a las amenazas del maldito hombre.

Tom si quería hacer gritar de dolor o placer a la bella chica.

Pero, tener la parte de su hermano también es una oferta más tentadora, ya que de ese modo podría vivir sin preocupaciones por un largo tiempo.

Tal vez montar un negocio propio, comprar una linda casa y contratar varias prostitutas para tener una orgía.

Sonriendo ante esa idea que parecía materilizarse en su mente, Tom volvió a la realidad al sentir que un puñado de tierra le cayo sobre la cabeza.

"Muévete idiota."

"Después tendrás tiempo de soñar despierto."

Carl bajo la mirada después de decir sus palabras, harto por tener que tratar con ese viejo.

Lo que Tom no sabe es que Carl tiene, como siempre, otros planes.

No solo había usado a los hermanos para fugarse de prisión, si no que ahora también usa a Tom para desenterrar su tesoro.

Tesoro que no está dispuesto a compartir con nadie.

En el pensamiento de Carl, no hay bondad alguna, ni ninguna otra emociones molesta y estúpida como el amor, la amistad, los valores y las buenas costumbres.

"Comenzare enseguida...jefe."

Tom también esta harto del comportamiento de Carl, quien se muestra de manera diferente a como era dentro de prisión.

Lara en ese momento, teme la llegada del Topo a esa casa, pero ella también desea que llegue el gordo hombre para poder acabar con él.

Las horas pasaron, la noche cayó mientras que ella esperaba lo más tranquila posible en esa silla de ruedas que alguien entrara en esa habitación.

Unos pasos irregulares y pesados se escucharon en el pasillo.

Algunas voces femeninas hablaron rápidamente sin que ella pudiera comprender bien de que hablaban cuando la puerta se abrió lentamente.

El Topo, con todo su gordo cuerpo y enorme barriga entró por la puerta.

Asqueroso, sudoroso y resoplando como caballo herido.

"Ahora si te ves más decente niña."

"Iré a darme un baño refrescante para disfrutar de ti."

"No me tardaré demasiado."

El Topo le guiñó el ojo antes de pasar, con trabajos, la estrecha puerta del baño.

Lara intenta controlar sus emociones.

Su pobre corazón late acelerado, ella siente que las manos le duelen por lo frías que estan.

Ella tiene lo que necesita al lado de su pierna derecha, más el factor sorpresa para atacar.

El sonido del agua cayendo en la ducha más el vapor hicieron que Lara respire despacio.

Ella tiene que salvar a su amado Daniel.

Lara lo extraña demasiado, pues nunca habían estado separados tanto tiempo.

Ni siquiera cuando ella de verdad no podía caminar en su antigua casa.

Se preparó mentalmente, pues afuera le esperaría una odisea para salir de esa casa vigilada por los hombres del Topo.

Pero eso lo solucionaría después, ahora lo importante es escapar de esa habitación.

Y de las asquerosas manos de ese inmundo hombre.

El Topo salió del baño con una toalla alrededor de su rechoncho cuerpo.

Lara piensa que la enorme toalla parece un vestido para embarazada, provocando que la chica sonria debido a su imaginación.

El Topo se dirige a su mueble de noche para ponerse loción barata y anticuada.

Mirándose al espejo, el hombre cepilla su cabello grasoso, pues a pesar de haberse dado una ducha, parecía que no se había lavado el cabello en absoluto.

Sonriendo perversamente hacía la hermosa chica que lo mira, el Topo habla.

"Siempre soñé con este momento y ahora por fin podre tenerte para mi."

"No importa si ya hayas tenido sexo con ese debilucho de tu noviecito."

"Te demostraré que este cuerpo puede darte mucho más placer que ese marica."

El Topo camina despacio hacía la silla de ruedas donde la chica esta sentada mirándolo con ojos de odio.

Entonces, el hombre se queda pasmado con los ojos casi desorbitados.

Lara se había puesto de pie!

Y tiene una daga en su mano derecha!

"Pero..."

"Pero..."

"Tu..."

"Cuando?"

La cara de sorpresa del topo es invaluable para Lara, quien aprovecha el momento para correr hacia el gordo hombre y darle una puñalada justo en su abultado abdomen.

"AAAAAYYYY!"

El Topo chilla como animal herido.

Él lleva sus manos hacia donde él liquido cálido y espeso brota fuera de su cuerpo.

Obserando su mano ensangrentada con horror y la ira lo inunda por conpleto.

Con la palma extendida de su mano, abofetea tan fuerte la cara de Lara que ella fue a dar al piso, debajo de un mueble alto.

"Eres una maldita puta!"

"Si antes pensaba tratarte con algo de cariño, ahora te haré sufrir tanto que desearas la muerte, maldita puta!"

El Topo ruge, pues a pesar de su gran panza, tiene mucha fuerza y destreza debajo de toda esa grasa.

Pero Lara no se intimida.

Su convicción por escapar de ahí y salvar a Daniel Black es más fuerte que nada.

Ignorando el agudo dolor que tiene en su mejilla, ojos y oreja, Lara se pone de pie de nuevo.

Adoptando una pose de defensa personal para encarar a su oponente, Lara se prepara para hacerle otro corte profundo, pero una alarma resonó y el personal fuera corrió hacia la puerta principal.

Alguien se había estacionado cerca de ese lugar y pensaban que se trataba de un auto bomba.

Un experto en bombas salió hacia el auto con un aparato para revisar a detalle el auto, pero no encontró nada.

Unos jóvenes vándalos, quienes corrieron después de dejarlo mal estacionado en esa puerta fueron los responsables de la "travesura."

"Solo fue falsa alarma, no pasa nada."

Cuando el hombre regresaba a la puerta principal, unos disparos de francotiradores lo derribaron.

Las balas impactaron a varios hombres que esperaban en el umbral de la puerta, por lo que el área estuvo despejada de enemigos.

Un escuadrón de cuatro hombres armados salió de su escondite y corrió para entrar en silencio a la casa protegida del Topo.

Con silenciadores en las armas, los disparos fueron casi insonoros, por lo que escuadrón no fue detectado por los demás guardias de la casa.

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