El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 154

"Pero mi amor, estás aún convaleciente..."

"Como piensas que vas a viajar hasta Dinamarca para ir a la boda de Bruce?"

Paul observa con cara de preocupación como Carolina guarda las pocas cosas que tiene en esa habitación de hospital y se arregla frente al espejo.

Después de hablar seriamente con los médicos, quienes siguen impactados con su rápida recuperación después de que ella casi perdiera la vida dos veces, le confirman a Carolina que sus heridas están casi cerradas.

Sobretodo la gran herida de su espalda.

Las demás heridas son casi imperceptibles y los resultados de estudios clínicos indican que la chica goza de una recuperación envidiable.

Por tal motivo ella pidió ropa comoda para abandonar inmediatamente el hospital.

Pero Paul no está nada contento con que ella deje el hospital, pues considera que su amada debe quedarse para que la sigan tratando los médicos.

Paul trata desesperadamente, por todos los medios posibles, hacer entrar en razón a su hermosa Carolina.

"Lo diré solo una vez más Paul."

"Puedes acompañarme o no estorbarme."

Responde Carolina con severidad.

"Ninguna palabra, ni frase, ni oración que digas me hará desistir de volar a Dinamarca para presenciar la boda de mi jefe y mejor amigo en el mundo."

"Nada en el mundo me lo impedirá."

Durante tantos años, Bruce ha sido para Carolina como un hermano de sangre.

Bruce ha sido su mejor compañero de vida, su mejor amigo y nunca se perdonaría no asistir a su boda con Elizabeth.

Por lo cual, en esa tarde, Carolina guarda con calma alucinante sus cosas y se cerciora de no dejar nada atrás sin importarle el hombre que la mira con cara de preocupación.

Plantandose frente a Paul con una mano en la cintura, Carolina sentencia.

"Puedo hacer esto sola, pero me llevará mas tiempo y cansancio."

"Y si voy sola, comprenderé que no te importo."

"O puedes acompañarme a la boda de mi mejor amigo, estar conmigo y ganarte un poco de mi perdón."

"La decisión es tuya."

Paul toma la bolsa de Carolina de sus manos antes de que ella se la cuelgue al hombro.

Él la mira detenidamente.

Esta es la Carolina de la cual se enamoró.

Es la Carolina fuerte que no se deja gobernar por nadie y que hace lo que quiere sin consultarle a nadie.

Paul sabe que si quiere estar con ella, tendrá que hacer lo que ella diga.

Aunque intenta de nueva cuenta hacerla comprender...

"Se que quieres ir y que te estás muy recuperada ya, pero tu salud es mas importante."

"Por favor, podrías quedarte conmigo y no viajar?"

Carolina no escucha nada de sus palabras ni lo observa.

Desbloqueando su celular Carolina revisa los horarios de vuelos preferenciales que hay para Dinamarca, pero opta por ir en un jet privado de Bruce, quien amablemente, también ha mandado dos invitaciones más a otros de sus hombres, que son de su entera confianza.

"Tengo poco tiempo para hacer muchas cosas."

"Debo comprar un buen regalo de bodas y no quiero estar perder mi valioso tiempo discutiendo contigo Paul."

"Quítate de mi camino y no me estorbes más."

Carolina retira la mano de la boca de Paul, pues no quiere que siga diciendole nada.

Ella toma la bolsa de la mano del azorado hombre y sin darle tiempo de reaccionar sald caminando con elegancia de la habitación del hospital de los Black, la cual ha llegado a odiar en el tiempo que estuvo internada.

"Carolina!"

Grita Paul quien vuelve a quitarle la bolsa.

Cargándola en brazos Paul se resigna a hacer lo que ella quiere.

Además, el hombre no quiere que ma se esfuerce caminando pues aún tiene una ligera cojera en uno de sus pies.

Los médicos le indicaron que ella no debía esforzarse demasiado.

"Necesito un hombre a mi lado Paul, no un niño que tenga que estar convenciendo de hacer lo que quiero."

"De acuerdo?"

Sin alternativa alguna, Paul sigue caminando mientras que Tommy desde la habitación de enfrente se burla abiertamente de él imitando el sonido de un látigo.

Pero poco le duró su risa y felicidad, pues Teresse, quien está despierta lo regaña cuando lo escucha.

"Tommy, no te burles de Paul, pues él solo quiere lo mejor para su amada."

"No puedo decir lo mismo de ti..."

La voz de Teresse sale como un susurro, pero audible para Tommy, quien al escucharla se acerca a su cama para tomarle la mano y besársela.

"Mi amor, las veces que sean necesarias te pediré disculpas."

"Me dejé llevar por mi enfado, pero es que no comprendes cuanto te amo y que no quiero que nada malo te dañe."

"Se que fuí demasiado lejos al esposarte, pero es que temí que otra vez te escaparas."

"Y mira el resultado de esa acción..."

La terrible herida de Teresse, por la cual casi fallece, está cicatrizando a paso acelerado.

Todo gracias a los extractos que Johana ha dejado puntualmente en el hospital para que los médicos le administren a la chica.

Tommy, al igual que Paul, no se ha despegado ni para dormir del lado de su amada.

Cuando ella despertó, Tommy la llenó de besos y caricias suaves y amorosas.

Teresse se limitó a mirarlo con ojos fríos, pero eso no le importó a Tommy quien se sintió feliz al verla viva.

"No te creo nada Tommy."

"Presentare una demanda para que nos divorciemos de manera exprés cuando este recuperada Tommy."

"Marchate y déjame descansar."

Teresse voltea la cabeza, pues, a pesar de que ama demasiado a Tommy, ella no quiere una vida donde sea propiedad de alguien.

El matrimonio para ella es un convenio de amor, donde las dos partes se respetan como iguales, se apoyan y ayudan.

No son pertenencias compradas o encarceladas.

"No mi amor, si es preciso suplicaré tu perdón."

"Pero no te divorcies de mi."

"Eres toda mi vida."

"Eres todo para mi."

"Sin ti no tengo nada, Teresse."

"Por favor, rogare de rodillas si es preciso."

Tommy toma la mano delgada y fría de la chica, pero ella no se inmuta ante sus palabras.

"Estoy muy dolida y no solo físicamente Tommy."

"Borraste de un solo golpe todos los hermosos recuerdos de nuestra boda y luna de miel..."

Susurra afligida la chica.

"Tengo miedo que un día no sea libre y me encierres en un sótano como si fuera tu esclava."

"Por eso prefiero terminar."

"Puedes conseguirte una mujer más adecuada para ti."

"No se, una mujer que sea sumisa, porque yo no lo seré nunca."

Teresse se esfuerza por hablar, pues su garganta y cuerdas vocales le duelen por la herida.

Ella tiene que decirle a Tommy todo lo que siente.

Todo lo que tiene en su mente y corazón, pues sabe que es el momento adecuado para hablar con él.

A Tommy le duelen demasiado las palabras de su bella esposa.

Tanto como si fueran pequeñas agujas clavadas estratégicamente en su corazón.

Más decidió que nunca, Tommy sabe que hará hasta lo imposible por contentar a su esposa después de su arrebato de macho alfa.

Gracias a ese arrebato de furia desmedida ahora Tommy se enfrenta ante la real posibilidad de perder a su amada Teresse.

Él nunca pensó que sus acciones llevaría al borde de la muerte Teresse.

Él la había empujado a huir.

Él había roto su confianza.

Él había jodido toda la relación sin ayuda de nadie.

"Te necesito a ti, te amo a ti."

"Me pasaré el resto de mi vida esforzándome por demostrarte que nunca mas volveré a ser esa versión de Tommy que fui al sobrepasarme mi furia."

"Lo prometo mi hermosa esposa."

Teresse cierra los ojos para dormir.

A ella le duele un poco el cuerpo y la cabeza.

Aunque realmente le duele que cada vez que cierra los ojos, se encuentra de nuevo esposada en esa habitación.

Sola.

Y cada vez que pasa eso, su corazón se quiebra un poco más...

"Guarda silencio y déjame dormir."

Pide Teresse.

Tommy le acomoda las frazadas para que este lo suficientemente abrigada.

Cuando ella por fin duerme, Tommy sale al pasillo más triste y solo que nunca.

Dániel lo visita junto con Johana, pues escucharon que Carolina y Paul estaban por irse a la boda de Bruce.

Ellos tambien han sido invitados, pues al ser los guardianes de Lorelay, tienen que estar con ella.

Después de despedirse de ellos, la pareja entra al hospital para saber como se encuentra Teresse.

"Iré a revisar a Teresse, ustedes pueden ir por un café."

Johana mira la tristeza escrita en la cara de Tommy, por lo que decide darles un poco de privacidad a los amigos para que hablen.

"Me odia, ha dejado de amarme..."

"Quiere el divorcio."

Al estar solo con Dániel en esa cafetería desierta, Tommy por fin se abre a su amigo.

Él le cuenta sus preocupaciones y la razón por la cual Teresse casi fallece.

"No debí dejarme llevar por mi enfado!"

"Sentí que la perdía y ese bastardo mafiosos me dijo que casi la violaba!"

"Perdí los estribos y poco recuerdo de lo que le hice."

"Eché a perder toda nuestra relación en tan solo una madrugada..."

"Maldito carajo!"

Tommy golpea la mesa enfadado consigo mismo.

Dániel trata de hacerlo razonar.

"Todo se puede arreglar y puedes reconquistarla."

"No se que tan grave sea lo que hayas hecho, pero se que Teresse te ama demasiado."

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Prohibido Amor de un CEO