El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 160

Abriendo la puerta de la habitación donde la mujer ha entrado, Edward trata de encontrarla dentro, pero al parecer no hay nadie mas que él mismo en ella.

Una extraña necesidad de sentarse en una de las sillas lo inunda, por lo que toma asiento en la silla frente a la ventana.

Sentándose, los sentidos de Edward se agudizan y su mente se relaja.

El susurro de una hermosa y tranquila voz entra por sus oídos.

"Sus caminos debían de cruzarse aunque tal vez no fue la mejor manera de conocerse en un principio."

"Ambos se han hecho mucho daño."

"Ambos se han hecho llorar y sufrir a lo largo de esta vida y de muchas otras vidas pasadas."

"Se que no crees en esto..."

"Pero lo que escuchas es verdad."

"No puedes seguir reprimiendo tus conocimientos natos, no puedes seguir reprimiendo lo que perfectamente sabes..."

"Eso que las personas normales le llaman corazonada, impulso, presentimiento..."

"Aunque ella te aventaja demasiado camino pues está muy adelantada a ti."

"Y aunque puedes alcanzarla, no será un camino fácil ni divertido, ella no te dejará tan fácil recuperar su amor."

Para alguien externo, Edward parecía dormido en esa silla mientras que un halo de luz solar blanca lo baña completamente, calentando no solo su cuerpo, si no su alma también.

Leila, la mamá de Lorelay puede sentir el intenso amor que Edward siente por su hija el cual es un amor purificado por la desesperación,

la soledad,

el remordimiento,

la soledad

y la culpa.

Un amor que siempre deseó para ella.

Un amor que ella misma sintió por su esposo cuando era más joven.

Un amor del que siempre habló con Lorna, la madre de Edward, cuando ellas salían a pasear con los niños ajenas de todo lo que el destino les depararía en el futuro.

Lorna había trascendido, había encontrado su paz y no volvería a reencarnar.

Pero ella aún tenía que ver la unión de su hija con el hijo de Lorna.

Solo así ella podría tener paz.

Un telón blanco se abre y la imágen de una hermosa chica dando vueltas en un campo lleno de flores y suave cesped aparece frente a los ojos de Edward mientras que el mismo avanza a donde está la joven dando vueltas.

Cuando por fin está frente a ella se siente tan atraído por su hermosa carita que se enamora inmediatamente de ella.

La imágen prosigue y siente como abraza a la hermosa jovencita cabello café claro largo para darle el beso más dulce y emotivo de toda su joven vida.

Pero después puede sentir un intenso dolor llenándole los pulmones.

El fuego, el calor quemándolo por dentro y por fuera y las lágrimas de ambos por no poder estar juntos en esa vida.

Edward puede sentir la desolación, desesperación y tristeza absolutas en su propio cuerpo.

Incluso puede escuchar las voces que lo rodean.

Entonces ve la cara de la voz que tanto ha escuchado y alarga la mano para poder tocarla, pero se desvanece en el aire.

Edward respira trabajosamente con un dolor intenso y pesado en el pecho.

Un dolor tanto físico como emocional.

Un dolor punzante, agudo, cortante.

Y a la vez siente un deseo intenso de estar unido a esa bella joven, por lo que con sus últimas fuerzas ata su alma a la de ella.

Un sollozo sale de su boca de Edward ante la trágica escena tan vívida de los jóvenes amantes fallecidos.

"No abuelas, no permitiré que sea todo tan fácil para él."

"Ustedes mejor que nadie saben el sufrimiento por el que pasé en sus manos."

"Ustedes saben lo que me hizo."

"Lo vergonzoso, humillantes y denigrate de sus acciones!"

"De no haber sido por él, jamás hubiera sentido tanto odio y dolor en mi vida."

"Él me utilizó de todas las maneras posibles."

"Él jugó conmigo, me destrozó tanto física como mentalmente, por lo que no, lo siento."

"No dejaré que gane esta vez."

"No es justo!"

"Él no sufrió nada!"

"Solo está obsesionado con esa niña ingenua a la que pudo doblegar hasta el punto que la rompió!"

Lorelay alza la voz reclamando.

"Se que Edward es mi alma gemela y que ustedes están esperanzadas a que me lance a sus brazos y acepte sin más sus mas sentidas disculpas."

"Pero no lo haré, al menos no ahora."

"Él tiene que pagar de alguna forma las lágrimas de sangre que derramé."

"No se equivoquen, las amo, pero esta vez decido yo."

Afirma con autoridad Lorelay.

"Y lo que decido es que Edward debe humillarse ante mi como me obligó a mi a humillarme ante él"

Las abuelas Situ y Baek escuchan a su enojada nieta.

Ellas saben que Lorelay tiene razón en lo que dice.

Ellas mismas no les dejaron tan fácil el camino del perdón a sus hombres en algún momento de su vida.

Sobretodo cuando sus amadas hijas fallecieron por culpa de las malas decisiones de sus esposos.

La abuela Freda se acerca a su nieta y mira directamente a sus ojos.

"Te entiendo mi niña."

"No te estoy diciendo ni pidiendo que corras a sus brazos y olvides todo lo que te hizo."

"Pero lo que si te pido es que consideres que Edward solo está consciente de esta vida y del mal que te hizo antes."

"A pesar de ser hijo de una hermosa e inteligente mujer, amiga de tu madre, Edward fue educado solamente para los negocios y el dinero."

"No tiene sabiduría de las vidas pasadas."

"Su alma aún esta muy perdida, rota, solitaria, hueca, vacía."

"Imagina que él es como tú cuando llegaste conmigo después de que te trajeron tus guardianes."

"Tu no conocías tu herencia ni tus vidas pasadas."

"Aunque ya hacías cosas que tu alma te decía como las infusiones, curar a las personas, amar sin reparos a tu alma gemela."

"Se que a los hombres no los podemos castigar de la misma manera en que nos castigaron a nosotras, en la cama, porque sería un premio para ellos."

Lorelay asiente, pues sabe que tener sexo con Edward solo sería un delicioso premio para él.

"Tu lo dijiste abuela Freda."

"Tu nieto, abuela Situ, fue un descarado que se acostó no solo conmigo, si no también con Lucy, pues puedo presentir ahora que ella lo engañaba para que tuvieron sexo."

"Además yo misma vi cuando Edward llevaba a Shirley a Golden Osmanthus y no creo que solo hayan solamente hablado en esas ocasiones."

"Follo, tuvo sexo casual con ellas!"

"Me violó a mi!"

"Edward Situ es un bastardo integral!"

La abuela Situ no se siente ofendida por las palabras de su nieta querida.

Lorelay es la única a la que le permite todo, pues ella es la afectada y la más valiosa de su familia.

"Lo se mi niña, lo se."

"Y no sabes cuanto me arrepiento de haber permitido que hiciera lo que le diera la gana."

Responde la abuela Situ.

"En cuanto me enteré de la canallada que te había hecho inmediatamente le exigí a Edward que se casara contigo."

"Pero si lo hubiera hecho tal vez no hubieras encontrado tu camino."

"Se que no fue lo ideal y que sufriste mucho recorriéndolo."

"Pero ahora eres una hermosa mujer poderosa, fuerte e influyente."

"Eres mucho más poderosa que mi nieto."

"Lo has demostrado una y otra vez, de hecho ahora lo demostraste con clase debo admitir."

La abuela Situ se acerca a la enfadada chica quien se puso de pie para observar por la ventana hacia la fiesta y los invitados.

"Tu decidirás cuando es tiempo suficiente de castigo para mi nieto, pero por hoy, te pido que vivas la vida."

"Rie, baila, disfruta de la única vez que tu hermano se casa con su alma gemela."

Acariciandole el suave y blanco brazo, la voz de la abuela Situ destruye el enfado y enojo que sentía por Edward.

Ella no puede enfrentarse a las abuelas.

Sus voces maternales siempre hacen que ella se sienta protegida y arropada.

"Está bien abuela."

"Solo por hoy dejaré a un lado este rencor y odio hacia tu nieto, pero aún quiero lo mismo que quería antes."

La abuela Situ le indica algo a Freda, ella se levanta para tomar algo que le da Thomas en sus manos.

"Lo se, lo se y te dejaré que hagas lo que creas más conveniente."

"Solo quiero decirte que Edward no regresará contigo en una temporada."

"Tu deberás encargarte de las empresas que son ahora tu herencia."

La abuela Freda le da la carpeta negra, dentro de ella no hay ni un solo papel, por lo que Lorelay frunce el ceño al no entender.

"Recuerdas que te dije que los papeles de la empresa estaban escondidos en algún lado cuando Carl incendió mi villa y que debías encontrarlos?"

"Bien, ahora es tu turno de hallarlos, pero en esta competencia Edward también participara."

"No hay reglas."

"También te pido que me construyas una villa mejorada y que restaures la belleza de las obras de arte que están escondidas en algún lugar seguro."

"Así como tu no le dejarás el camino fácil a mi nieto, tampoco te dejaré el camino fácil para ser la orgullosa dueña de las empresas globales Situ."

"Sal ahora y disfruta de la fiesta."

"Nosotras iremos en un segundo, somos viejas y necesitamos descansar unos minutos."

Sin esperar replica de Lorelay, la abuela Situ la saca de la habitación seguida de Thomas, quien la guía por el castillo hasta que salen al jardín.

El asistente de la abuela desaparece como por arte de magia...

"Lorelay!"

Gritan a coro Dániel y James, quienes se levantan de sus asientos tan rápido que no les dan tiempo a las chicas para ver cuando su amiga sale por la puerta principal del castillo.

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