El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 164

Un sonido duro y como de aplauso se escuchó fuerte y claro en el castillo Egekov, hogar de los hermanos Laersen.

La cara de Aneka Laersen esta de lado, su mejilla roja y los ojos inundados de rabia contenida, vergüenza y dolor mientras que aprieta los puños y se muerde la lengua para retener las lágrimas que amenazan salir.

El padre de la chica, el duque Aren Laersen esta furioso con sus hijos ya que leyó el edicto mandado por la familia Real Situ, la familia más importante y de renombre de Dinamarca, Europa y otros países.

En ese edicto se detalla los acontecimientos ocurridos en la reciente boda del heredero de la familia Baek y la hija adorada de los Situ.

Además que expone claramente que se les retira su amistad y apoyo.

"Como pudiste hacer semejante estupidez Aneka!"

"Ya estabas casi comprometida con el Baron Soren Kristug!"

"Ahora con este escándalo agradecería que siguiera considerando mi oferta de desposarse contigo!"

Aren tiene en su mano la elegante carta, firmada por la ilustra dama matriarca de la familia situ, Aline Situ.

La hoja tiembla en la mano del hombre.

Caminando con pasos pesados, haciendo resonar sus zapatos caros en el suelo de costosa madera, la luz de la chimenea le da un aspecto en verdad sacado del infierno al duque Aren, quien se acerca hasta tener a solo unos cuantos centímetros a  Jens.

"Esto es todo culpa tuya!"

"Ella es tu hermana menor!"

"Todos pudimos ver que es estúpida, pero tu?"

"Me decepciones Jens!"

"En verdad me decepcionas!"

"No solo se metieron con el único heredero de los Situ con tu sucia y asquerosa jugarreta Aneka..."

"Si no que tú, Jens, declaraste amor apasionado por la hija única de Leila Baek!"

"Y nos quedamos sin ayuda de ningún Baek no solo por tu hermana sino por ti!"

"Den gracias que su madre esté muerta y enterrada, de lo contrario ella moriría de nuevo al saber sus acciones."

Jens permanece de pie, estoico, resistiendo el duro regaño por parte de su padre.

Regaño que valga la pena decir, no se merece.

Su hermana le oculto muy bien sus acciones.

Además, siempre que pasa algo lo culpan a él por no haberla cuidado y guiado apropiadamente como hermano mayor.

Por ende, él se la pasaba vigilando los pasos de su hermana constantemente, él mismo o mandando a su gente.

Pero como demonios se le había escapado Aneka para ir por ese afrodisíaco era un misterio.

Uno que no le pudo sacar a su hermana, pero que lo haría con el tiempo.

"Ahora estamos más jodidos que nunca."

"Tengo negocios con las empresas Situ que no prosperarán!"

"Ya me cancelaron varios proyectos y retiraron sus inversiones!"

El duque Aren sigue vociferando su enfado.

"Tu te casarás con quien yo te diga Aneka!"

"Y asta el día de tu boda no saldrás de esta casa."

"Y si sales puedes despedirte de esta familia y de llevar el ilustre apellido Laersen, niña idiota."

Aneka endereza la cara cuando su padre toma con extrema rudeza su mentón con su mano y aprieta la cara mirándola con absoluto desprecio.

El padre de la chica no se pudo controlar y abofetea de muevo la mejilla de su hija.

Esta vez fue una bofetada más fuerte, por lo que la chica cayó al suelo de rodillas, lastimándose ambas piernas.

"Ojalá con eso aprendas chiquilla estúpida!"

"Casi fuiste la ruina de esta familia!"

"Tendrás que hacer muchos más sacrificios para redimirte."

"Ahora largo de mi presencia y cuidado con que te oiga llorar porque te daré verdaderas razones para llorar."

La chica se levanta del suelo y lentamente, se frota ambas mejillas y cabizbaja camina hacia la puerta de la enorme sala de estar del castillo, el que antes era su hogar.

Jens no se molesta en ver a su herida hermana ni consolarla cuando pasa a su lado, pues también esta enojado con ella por haberle causado ese llamado de atención con su padre.

Si bien si habían planeado acercarse a Edward y Lorealay, ninguno había hablado nada de usar afrodisíacos, algo que le parecía a Jens bajo y repulsivo.

"No quiero oír más escándalos de su parte ni de tu parte."

"No creas que no se que tienes gente rastreando a Lorelay Baek, así que déjate de hacer mierda y concéntrate en ayudarme a superar esta crisis causada por tu hermana."

Aren se deja caer en su sillón favorito, toma un vaso grande de escocés para tomarlo de un solo golpe.

"Padre, se que estás molesto, pero al contrario que mi hermana, yo no causé una mala impresión en la chica que mencionas."

"Se que puedo hablar con ella para tratar de amortiguar los daños y perdidas que experimentaremos."

"Mientras tanto, padre confía en mi, venderé algunas de mis propiedades y autos para ayudarte."

"Tengo dinero en otras inversiones para que sigamos adelante."

"Tenemos otros inversionistas, aunque no tan grandes como Empresas Situ, pero puedo buscar otros inversionistas, socios..."

El vaso voló a través de la habitación junto con la botella y se estrelló en la chimenea que de inmediato envío lenguas de fuego fuera de su lugar.

Jens solo dos veces en su vida ha visto a su padre tan furioso como esta ahora.

Una vez cuando su estúpida madre intentó dejarlo y su padre la persiguió, trajo de vuelta al castillo para después de unos meses asesinarla con sus propias manos.

Y la otra era esta vez, donde no solo estaba en juego la reputación de los Laersen, tan cuidada y custodiada por más de doscientos años.

Sino también estaba en juego su legado, su herencia y su futuro empresarial.

"Déjame."

"Has lo que tengas que hacer, pero quiero resultados en menos de dos meses."

"Lárgate ya."

Aren se queda mirando el desastre que él creo desde su sillón mientras que aprieta los reposabrazos del sillón con fuerza enterrando sus uñas cortas con saña en la tela delicada y suave.

Jens camina sin prisa y sin miedo fuera, abre la puerta tallada exquisitamente de madera y sale.

Inmediatamente uno de sus hombres lo espera con las noticias que le tienen desde la empresa Situ donde radicaba Lorelay.

Toma la tablet que le extiende el hombre con la foto de una pareja abrazada tiernamente.

Jens aprieta con las manos el aparato electrónico antes de dársela a su asistente.

"Vigila a mi hermana, si intenta salir, disparale y mátala."

"Si hace algo estúpido como cortarse las venas en el baño, supervisa que en verdad esté muerta."

"Tiene prohibido comer por una semana."

Jens camina con pasos rápidos y vigorosos a la salida del castillo para tomar un auto e irse inmediatamente al aeropuerto para tomar su avión privado e ir a hablar con Lorelay.

A como diera lugar Jens tiene que hacer que se enamore de él y después asesinarla para quedarse con todo.

"Vende mis propiedades en el norte, también los autos del año pasado que no usé."

"Vende los autos que me regyalo el jeque Harkam y también despide a la mitad de los empleados de las plantas manufactureras."

"Por el momento seremos austeros hasta que vuelva a traer la abundancia al castillo Egekov."

Después de dictar sus órdenes a su hombre, Jens cierra la puerta en la cara del asistente quien se queda en silencio viendo como el Lamborghini azul oscuro ruge saliendo del lugar.

"Maldito bastardo hijo de puta."

"Pero algún día..."

"Algún día.."

Piensa el asistente, pues odia a Jens por ser un mimado arrogante, necio, creído, altanero, farsante y un desgraciado en general.

La tarea que mas detesta es tener que restringir a la bella Aneka.

Desde que el asistente llegó a trabajar para Jens, cuando tenía solo quince años, se enamoró perdidamente de la joven, pero ella lo considera tan poca cosa.

Solo un sirviente más en el castillo al que siempre trata con la punta del pie.

A pesar de todo, él la cuida tal como, cuidó a su difunta madre.

En algún momento del pasado, el asistente pudo abrazarla para consolarla por el asesinato de su madre a manos de su padre, otro bastardo sin alma ni corazón.

Despejando su mente de todo pensamiento, el asistente entra de nuevo al castillo listo para cumplir las ordenes de ese patán cobarde.

"Confiesa y seré benevolente contigo."

Dániel tiene amarrado al chico que se escabulló en la empresa a primera hora de la mañana disfrazado de paquetería y les tomo una foto de él y Lorelay cuando se abrazaban.

Lo que ellos no saben es que la envío tan rápido por un canal seguro y encriptado que ninguno de los dos pudo saber a quien.

El chico solo ve a Dániel a los ojos, por lo que Lorelay al ver su negativa en hablar toma de su bolso un pequeño frasco de líquido transparente.

El mismo que su abuela le dio en la boda de su hermano.

El mismo que utilizaron con la chica traidora Baek.

Aún contiene un poco de líquido en dentro ya que no se necesita mucho para que el chico hable.

El frasquito se vacia, solo unos segundos después el chico comenzó a hablar.

"El duque Laersen, para ellos trabajo."

"El duque no está contento con lo que paso en la fiesta y me mandó a seguirla aquí a su empresa."

Lorelay sonríe antes de golpear levemente las mejillas del chico.

"No puedo darte nada para olvidar lo que sabes, pero si puedo desaparecerte sin que dejes rastro."

"Tengo algo que quiero probar, un experimento mío y eres el perfecto conejillo de indias."

Dániel mira intrigado a Lorelay.

Él no sabia que ella ha estado trabajando en sus fórmulas con todo lo que sucedió de la guerra, la muerte y todo lo que había pasado recientemente.

Lorelay con un aura siniestra saca de su bolso que parece no tener fondo una botellita de líquido rojo oscuro, el cual parece sangre.

Le dió al chico un poco, quien bebe contra su voluntad.

Como esta amarrado de manos y pies en la silla de la oficina es difícil que él opusiera resistencia.

Pero a pesar de eso le escupió un poco de líquido en la cara a Lorelay, lo que provocó que Dániel pusiera su mano para protegerla y después golpear con su antebrazo al chico.

"Solo un cobarde le escupe a una mujer."

Dániel defiende caballerosamente a Lorelay quien le agradece.

Ella se sienta en el sillón frente al chico cruzando las piernas a esperar que su líquido surta efecto.

"No te preocupes Dániel, no te afectara."

"Además tengo un antídoto."

"Déjame llamar a alguien para que te traiga ropa nueva."

"Aunque me alegras la vista si permaneces de ese modo durante un tiempo."

Lorelay admira el torso fuerte y marcado de Dániel quien está así debido a que se quitó la camisa pues el chico le escupió.

"Me halagas mucho Lorelay."

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