El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 207

"Que?"

"Que cosa dijiste maldito imbécil?"

Cuestiona Ludmila asombrada hacía Dániel quien es controlado por Arana.

"Lo que escuchaste Ludmila."

"No tengo porque repetir mis palabras."

Declara esta vez Arana con su propia voz colocandose al lado de Dániel.

"Tal vez tu rencor no te permite sentir la unión que tienen, pero puedo verla con claridad."

"Como es que no puedes verla tú?"

Frunciendo el ceño Ludmila da un paso atrás para alejarse del chico.

Los ojos de Ludmila observan a detalle a Dániel...

"Maldición!"

Maldice Ludmila cuando se da cuenta del  hilo plateado que conecta su alma con la del joven al que apenas acababa de conocer.

Negando con la cabeza, Ludmila se da cuenta que con cada latido que da el corazón del joven el hilo que los une se hace más fuerte e intrincado.

"No lo quiero!"

"No quiero ningún maldito protegido!"

Maldice Ludmila apretando su mano para sofocar mágicamente la garganta de Dániel.

"La heredera, esa muchachita insulsa no merece ser quien nos devuelva la gloria."

Declara enfadada la mujer.

"Arana, tu sabes que su familia, en especial su padre fue el causante de nuestra caída!"

"El muy bastardo hijo de puta!"

Ludmila aprieta la tráquea de Dániel con asco.

Ella quiere matarlo como el insignificante mortal que es!

Y de esa forma podría romper la conexión del hilo que los une.

Arana observa todo mientras lucha por romper el poder asfixiante de Ludmila quien no comprende que las cosas en su mundo de magia adquirida, NO funciona así.

"Sabes las consecuencias de negarte a ayudar a tu protegido."

"Y por ama que luches, no puedes romper el hilo."

"Es imposible."

Decreta con firmeza Arana.

"Este joven dió la vida por ti en muchas vidas pasadas."

"Para ser exactas según tu hilo..."

Arana mira detenidamente el hilo que une a Dániel y Ludmila antes de volver a hablar.

"Fueron seis veces las que este joven dio la vida por ti."

"Se lo debes."

"Hiciste una promesa a través del tiempo y las reencarnaciones."

"No puedes ahora rechazar ni revocar nada!"

Arana por fin logra liberar a Dániel quien tose violentamente en el suelo.

"Esto no es discutible Ludmila."

"Si llegas a fracturar el hilo o rasgarlo podrías morir y tú alma definitivamente morirá, quieres eso?"

Ludmila, quien estaba intentando romper el hilo usando varios de sus hechizos y trucos desiste.

Si bien ella ahora recuerda haber conocido hace siglos...

Cuando tanto Arana, Folke, Sigurd y Daven, eran jóvenes...

Ella se volvió inseparable de Dániel en innumerables reencarnaciones y vidas en el pasado.

Pero ahora Ludmila está furiosa y busca venganza.

Esa no era la vida que había planeado cuando murió.

Y no quiere empezar de nuevo en otro lugar!

Quiere de cuenta a su hijo dentro de su vientre.

Quiere de vuelta a Ristov, su amado esposo.

Ludmila puede sentir que Ristov aún estaba vivo porque ahora siente su esencia.

Su alma gemela está perdida en algún lugar del mundo y ella quiere encontrarlo.

YA!

"Tú que ganas Arana?"

"Cumplir tu destino?"

Cuestiona con agresividad Ludmila.

"Vamos, si todos nos unimos podemos gobernar el mundo entero!"

"Nadie podría ni siquiera acercársenos!"

Ludmila trata de convencer a Arana.

"Tendríamos todo lo que se nos negó, todo lo que nos fue privado,

todo lo que nos fue arrebatado!"

"La gloria,

la fama,

el RECONOCIMIENTO,

el dinero,

la influencia que antes poseíamos!"

Declara Ludmila.

"No me digas que estás feliz escondiéndote en esa sucia jungla haciéndote pasar por una ancianita benévola."

"No me engañas Arana."

"Tu también lo quieres y se que los demás también lo quieren."

"En especial Folke, mi buen amigo, mi gigante gentil."

Arana sonríe antes de contestar.

"Folke está en otro lado."

"Él sabía que estabas aquí y no vino de inmediato a verte."

"Eso no te dice nada?"

Cuestiona Arana con ironía a Ludmila quien se siente herida por el comentario.

"Ahora, asume tu responsabilidad con Dánielby no le hagas daño."

Ludmila mira al chico quien ahora se levanta del suelo para enfrentarla.

"Es solo un humano más, no tiene importancia para mí."

Ludmila mira con asco a Dániel.

"Hay miles allá afuera, su mujer lo reemplazará fácilmente."

Un viento extraño corta las palabras de Ludmila cuando se da cuenta que su entrañable amigo Folke está a su lado.

"Ludmila."

"Folke."

Ambos se saludan con emociones enredadas.

Ludmila se olvida de Dániel y Arana cuando abraza a su gigante amigo.

"Dániel, por favor revisa que todo este bien."

"Tendremos compañía."

Pide la abuela Arana al chico quien asiente sin dejar de mirar a la pareja abrazada.

Dániel camina hacia la casa pero ni bien dió unos pasos dentro cuando se desvaneció, cayendo al sueño.

"Oh dios mío, Dániel!"

Grita Teresse al verlo en el suelo.

Tommy corre a la escena alertado por el grito de su chica.

De pronto Carolina y Bruce se reunen con todos.

"Fue aterrador."

"Esa mujer se metió en mi cabeza y susurraba cosas inquietantes..."

Declara Dániel.

"Lo sabemos."

"Ella quería que hiciéramos pactos."

"Ofrecia cosas que no podíamos tener, pero ninguno aceptó."

Declara Tommy primero y luego Bruce.

"Y eso es porque tenemos lo que queremos y nos hace felices."

Todos respiran aliviados.

Ninguno aceptó lo que ofrecía Ludmila.

Tal vez en el pasado tuvieron ambiciones tales como convertirse en el único señor del inframundo,

o ser la mejor asesina del inframundo, o ser el mejor informático del año, y darle una paliza a Lía...

O convertirse en la mejor espía del mundo,

o tener el imperio más exitoso, pero...

Ahora todo eso parece irrelevante.

Las prioridades de las parejas han cambiado de manera drástica.

Todo gracias a los bebés en los vientes de sus esposas.

"Las abuelas nos dijeron que teníamos que esperar."

"Esa mujer sigue aquí?"

Cuestiona Carolina.

"La abuela Arana dijo que tendríamos compañía pronto."

"Esa mujer llamada Ludmila está afuera abrazando a un gigante."

Declara Dániel.

"No sé quién vendrá pero quieren que todos estemos reunidos."

Al recuperarse, Dániel camina hacia la gran puerta de cristal.

"Pueden verlo ustedes mismos."

Todo el mundo mira cuando las enormes manos de el gigante acarician con ternura la cara de Ludmila.

"Mi hermosa Ludmila."

"Mi amiga más querida."

"Por fin nos reunimos otra vez, te ayudaré a encontrarlo, lo prometo."

Declara Folke con ternura.

"Folke mi eterno amigo, no sabes cuanto te extrañé."

"Casi muero cuando perdí todo y a todos, incluyendote."

Solloza Ludmila mirando a su amigo

"Folke, tu también puedes sentir la escencia de Ristov, cierto?"

Cuestiona Ludmila quien ahora luce más joven y menos peligrosa gracias al gigante.

"Puedo sentir débilmente su escencia."

"Debe estar dormido en algún rincón apartado del mundo.

Declara Folke.

"Aún puedes cumplir lo que tanto anhelaste antes."

"Convertirte en madre."

Ludmila solloza más fuerte porque eso es lo que ella tanto ambiciona.

Solo dos veces en sus vidas pasadas pud concebir.

Pero las dos veces tuvo que abortar a sus hijos no natos.

"En verdad?"

"Puedes prometerlo?"

"Vivirá mi bebé está vez dentro de mi vientre y podrá nacer sano y fuerte?"

Ludmila no esconde su más profundo miedo ante su gran amigo.

"Puedo prometerlo está vez."

Afirma Folke para felicidad absoluta de Ludmila.

"Pero debes cumplir tu misión."

Folke amonesta a Ludmila pues él también puede ver el maltratado hilo que la une con Dániel.

Hilo del cual Ludmila trataba de liberarse.

"En verdad tengo que hacerlo?"

Cuestiona Ludmila como una niña regalada.

"Que crees que diría Sigurd?"

Cuestiona Folke arreglando el hilo dañado.

"Porque tiene que importarme lo que diga mi hermano?"

"No le importó lo que todo el mundo dijo cuando mostró abiertamente su amor por Daven."

Se defiende Ludmila.

"Eso es diferente."

"Ellos son almas gemelas, sin importar su sexo."

"Ellos se han amado desde el principio de los tiempos."

Responde con calma Folke.

"Y ellos están del lado de la heredera Baek."

Ludmila se rinde antes de abrazar a su amigo pues no tiene otra opción.

"Pasan los siglos,

las vidas

y las reencarnaciones

y aún eres la pequeña niña que siempre tengo que llevar en mis espaldas y cuidar Ludmila."

Declara Folke quien ve a Ludmila como esa pequeña niña herida que un día rescató y curó.

"Hiciste algo que tengas que corregir?"

Cuestiona Folke de forma paternal.

"No..."

Duda Ludmila por lo que Arana interviene.

"Si lo hiciste Ludmila."

"Hiciste que esos pobres niños vivieran momentos de terror."

"Tienes que hacerte cargo de tus acciones malas."

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