El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 22

Lucy sostenía en sus manos una tiara mientras estaba sentada cómodamente mirando el bello jardín de su villa...

La vista era hermosa, su vida ahora era más tranquila pero aún así extrañaba a Edward.

Carl, su primo era más atento, más cariñoso y más detallista con ella.

Compartían el mismo deseo de poseer todo lo que la vida les había negado.

Cuando Lucy vivió de niña en ese orfanato, aprendió a defenderse de otros niños.

Aprendió a ser más lista que ellos y a lucir más linda delante de los demás para causar lastima, ya que de esa forma los adultos quisieran protegerla.

Sin embargo Emily llegó un día y con su inocencia e ingenuidad se ganó al personal de orfanato.

Eso despertó cierta molestia en Lucy, por lo que comenzó a imitar a Emily de mala gana.

Emily era tierna, cariñosa y cuidaba a todos por igual.

Ayudaba siempre que podía y no de quejaba por nada.

Lucy empezó a imitar a Emily para así también llamar la atención.

Cierto día un hombre guapo y rico junto con su hermoso hijo asistieron a su orfanato con la intención de adoptar una pequeña.

Lucy, que en ese momento se llamaba Aria, quedó en las finalistas junto con Lora, otra pequeña del orfanato, siendo está última adoptada por el hombre.

Tanto Emily como Lucy se decepcionaron por la elección del hombre y juntas lloraron con amargura.

Lucy después de un tiempo fue adoptada por una pareja que ella pensó que serían sus amorosos padres pero no fue así.

Su vida con esa pareja y después sola con su padre adoptivo fue un infierno...

En el momento que peor estaba, comprendió que la habían adoptado por el dije que llevaba puesto y que todas las cosas horribles que había experimentado deberían de haberle pasado a Emily y no a ella.

Pero ese dije también podría traerle a quien ella quería y decidió abandonar la casa donde vivía.

Por pura coincidencia encontró a Edward adolescente en una reunión clandestina de chicos.

Él reconoció el dije y desde ese momento la protegió.

La vida parecía sonreírle pues Edward le dió llaves de un pequeño departamento y hacia que alguien le llevará comida.

Más tarde le ayudó a concluir sus estudios de negocios y ambos comenzaron a trabajar juntos.

Lucy creyó que tendría el final feliz que esperaba al convertirse en la esposa de Edward pero no contó con su abuela se negaría rotundamente.

Eso hizo que Lucy se volviera más distante con Edward.

Además de que comenzó a planear junto con Carl una venganza en contra la abuela.

Carl por su parte siempre estuvo enamorado de Lucy.

Después de que la consolara un día que lloraba amargamente porque jamás podría casarse con su primo, Carl le contó un plan que tenía para dejar de ser la sombra de Edward.

Al principio Lucy se mostró renuente.

Pero después de saber con detalle todo lo que podría ser suyo, la vida de súper lujo que podría llevar sin tener que soportar a su abuela ni pasar ninguna aprobación alentó a Lucy a aceptar.

Así, juntos comenzaron su plan.

El primer paso fue fingir su muerte y habían tenido ayuda inesperada con Flora y Lily Mu.

El siguiente paso fue que Carl trabajara con Edward como su asistente para así saber de sus movimientos sin levantar sospechas.

Ahora el tercer paso de destruir parte de las actividades clandestinas de

Edward marchaba bien.

Incluso parecía que Edward podría fallecer y al suceder eso indiscutiblemente Carl sería el heredero de la familia Situ.

De esa forma Lucy aseguraría su estatus y poder.

Pero aunque Carl era guapo, Edward la atraía más...

Lucy pensó que si no podía estar con Él, nadie más lo haría y con eso en mente cerró los ojos para descansar.

Mientras tanto Carl en la empresa saludaba a todos los empleados.

Se sentía feliz, alegre y de muy buen humor.

Tanto así que silbaba una alegre canción mientras caminaba por los pasillos de la empresa.

El plan había salido perfecto y nadie había sospechado nada, la hermosa mujer que lo aguardaba en su villa y todas las propiedades y empresas de los Situ pasarían a sus manos si su primo moría.

Con eso en mente se dirigió a su oficina para confirmar varias cosas que aún debía implementar.

Por un monitor pudo ver a Lucy en la villa, recostada en una silla de jardín tomando el sol y en una mesita de lado de ella la tiara de diamantes que le había mandado confeccionar como regalo especial.

Aunque la había amado desde el primer día que la vió con Edward sabía que no podía confiar totalmente en ella aún.

Por eso la mantenía en vigilancia y aislada, para que cuando Él obtuviera todo lo que le negaron por culpa de Edward ella fuera suya sin reservas.

En el departamento de Diseño, Emily feliz, mantenía la vista en sus trazos,  concentrada en mejorarlos más y más.

Un mensaje de texto le llamó la atención y ella desbloqueo su celular.

Emily suspiró...

Era un mensaje de Dorian diciéndole que la quería.

Emily sentía que se estaba enamorando de Dorian.

Eso podría ser muy malo para ambos, pues ya sabía que Edward podría amenzarla con hacerle daño a Dorian.

Ella no quería que Él resultará lastimado por su culpa...

Pero que podría hacer?

Podría renunciar a esa empresa antes de que Edward regresara y esperar hasta que pudieran contratarla en la empresa de Dorian y así alejarse de la pesadilla llamada Edward y ser feliz?

"Podria..."

"Si, eso haré!"

"Ahora tengo un poco de dinero ahorrado y puedo volver a trabajar en la cafetería para poder mantenerme mientras espero firmar en la empresa de Dorian."

Pensó Emily decidida.

Con esto en mente ella se dispuso a terminar los bocetos con más rapidez.

Flora por segundo día recibía flores sin tarjeta, está vez un repartidor se las entregó personalmente.

Ella estaba desconcertada...

Quien podría mandarle flores?

Ryan entró a la empresa y vió la escena de Flora con un ramo de rosas.

"Vaya Flora!"

"Buenos días!"

"No sabía que tenías un admirador."

Comentó Sarah quien iba muy agarrada del brazo de Ryan.

Ryan solo pronunció los  buenos días y se dirigió al ascensor privado.

Sentía que algo raro pasaba a su alrededor, pero Él no sabía que.

Se sentía observado en todo momento y ahora Flora tenía un admirador?

"Emily, el señor Carl pidió ver tus diseños en su oficina."

"Así que lleva lo que tengas y sube rápidamente."

"De acuerdo, iré enseguida, gracias."

Emily respondió a su jefa y recogió todos sus bocetos para mostrárselos.

Iba a tocar la puerta cuando escuchó que Carl estaba hablando por teléfono.

"Los black estan todos aún ahí?"

"Avísame de cualquier cambio, solo confío en ti."

Emily se alejó un poco.

Cuando Carl colgó, Emily tocó la puerta.

"Pase."

Emily abrió la puerta asomándose con timidez.

"Señor Carl, pidió ver mis bocetos?"

Carl se levantó de su silla.

"Así es Emily, mi clienta está muy satisfecha con las joyas que se han diseñado."

"Por lo que ha pedido acelerar todo los demás bocetos."

"Acércate para que pueda revisarlos."

La oficina de Carl era tan grande como la de Edward pero más cálida y acogedora.

Tenía pequeñas hermosas plantas y el diseño le agradó a Emily.

No era tan austera y fría como la de Edward.

"Siéntate un momento por favor, Emily."

Pidió el señor Carl.

"Sería demasiado pedirte que me prepararas un té?"

Emily se levantó con una sonrisa en la boca.

"Claro que no señor Carl, que té le   gustaría que le preparara?"

"Energizante, debo hacer muchas cosas más hoy..."

Emily comenzó a preparar el té.

"Emily te gustaría quedarte bajo mi tutela y ser mi diseñadora de planta?"

La mano de Emily se congeló un momento mientras preparaba el té al escuchar sus palabras.

"Señor Carl..."

"Lo dice en serio?"

"Si Emily, tienes mucho potencial diseñando como para que lo desperdicies sirviendo té sólamente."

Carl se acercó a Emily al ver qué la mano le temblaba.

Le quitó la taza de té de las manos, la dejo a un lado para quedar frente a ella para ver a la chica directamente a la cara.

No la había visto detenidamente...

Emily es hermosa, sus ojos limpios y puros.

Su pequeña boca y carita inocente junto con su cabello suelto la hacen ver muy bella.

Lo único que le afeaba su bello rostro eran esos lentes tan grandes.

Sonriendo le retiró el cabello de la cara y Emily se puso aún más nerviosa.

"Aceptas Emily?"

"Te doblaré el sueldo y tendrás un horario preferencial más corto pues estará bajo mi cargo."

"Que dices?"

Carl esbozaba una sonrisa confiada en su rostro.

"Señor Carl, si acepto."

"Gracias."

"Pero el CEO Edward lo aprobará?"

Carl se dió la vuelta molesto.

"Por supuesto el  CEO Edward me dejó a cargo de las decisiones de la empresa."

"De hecho habló conmigo ayer por la noche y me comentó que no había ningún problema."

"Mañana podrás presentarte de diez de la mañana a  las cuatro de la tarde."

Carl habló con voz más firme y autoritaria.

"Estos bocetos están bien, me los quedaré."

Tomó con sus manos los dibujos de la chica.

"Puedes traer tus cosas de tu cubículo, trabajaras en un espacio junto a mi oficina."

Emily no supo como llegó a su cubículo para recoger sus cosas.

Las palabras de Carl seguían sonando en su cabeza y la perturbaban bastante.

"Y ahora como podré trabajar con Dorian?"

"Se molestará conmigo por haber aceptado la proposición de el señor Carl?"

"Edward de verdad aprueba esto?"

Emily mortificada, pensaba mil cosas, tantas que ni siquiera comió ese día.

"Ryan, iremos a comer al restaurante que tanto te gusta hoy?"

Cuestionó la joven mirando coquetamente al joven Ryan.

"No Sarah, hoy tengo que quedarme en la empresa."

"Pero puedes ir con Flora a comer yo pagaré la cuenta."

Respondió Ryan sin quitar los ojos de sus papeles.

"Gracias Ryan pero no me llevo tan bien con ella."

"Prefiero ir a comer sola."

"Quieres que te traiga algo de comer cuando vuelva?"

Comentó la joven algo fastidiada.

"Si por favor, Sarah."

"Debo terminar este contrato hoy, es importante."

Sarah salió del edificio mientras que  Ryan miró por la ventana.

Sus sospechas eran ciertas!

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