El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 232

Sentado detras del volante del potente y veloz auto, Edward sigue muy de cerca al señor Yuzura quien no teme correr su potente bestia de acero a velocidades vertiginosas y peligrosas.

Gracias a las sirenas de las patrullas que viajan muy adelante de ellos, los veloces autos no encuentran obstaculos cuando entran en una via rapida privada, alejandose de la ciudad y sus concurridas calles.

Las camionetas con los guardaespaldas que custodian al señor Yuzura y a Edward se quedan rezagadas detras en un vano intento por darles alcance.

"Señor Edward, estamos proximos a la villa, por favor descienda su velocidad."

Por medio de un moderno intercomunicador el señor Mitsuhiro le hace la advertencia a Edward quien baja su velocidad poco a poco hasta que se detiene en las gigantes puertas metalicas oscuras que aparecen frente a él.

Colocando su auto al lado del auto de Edward, el alegre señor desciende palmeando sus manos visiblemente emocionado.

"Señor Situ usted es un amante de la velocidad como lo soy yo!"

"Es un honor correr estos autos con usted!"

Palmeando la espalda de Edward respetuosamente con su mano derecha, el señor Yuzura esboza una sonrisa gigante en su rostro.

"Bienvenido a mi humilde morada en esta ciudad señor Edward Situ."

Exclama emocionado y orgulloso el señor Yuzura al tiempo que las puertas se abren de par en par.

Carritos de golf blancos se acercan a ellos para transportarlos dentro.

"Señor Situ, espero no le moleste este medio de transporte pero creo que es la mejor forma de admirar los belleza exhuberante de los bellos jardines sin cansarse en absoluto."

Y el comentario del señor no es exagerado en absoluto pues a donde Edward pose sus ojos encuentra una explosion de verde naturaleza perfectamente cuidada y hermosa.

Aves trinan en las altas ramas de los arboles frutales, cientos de hermosas y delicadas flores emiten su delicado aroma mientras los jardineros las riegan.

La frescura y belleza satura por completo el ambiente, haciendo respirar un aire tan puro a todo el mundo que es imposible no respirar profundamente antes de exhalar.

"Señor Situ, bienvenido a mi humilde chalet."

Exclama fascinado el señor Yuzura cuando llegan a la impresionante y elegante mansion blanca.

"Señores, bienvenidos, los estabamos esperando."

La delicada y cordial voz de la señorita Yuko Avane sorprende a Edward pues no comprende como es que la asistente del señor Yuzura haya llegado antes que ellos y este vestida con un primoroso vestido floral que la hace ver mas joven y hermosa.

"Caballeros, deben estar sedientos."

Dos mayordomos se acercan llevando una charola llena de bebidas diversas, refrescantes y adornadas primorosamente para que Edward y el señor Mitsuhiro puedan elegir.

"Gracias."

Agradece Edward tomando una bebida con poco alcohol la cual bebe a sorbos mientras admira la entrada de la mansion.

"Oh señor Edward, el espectaculo esta por comenzar!"

El sonido de las campanas resuena en el aire, el señor Mitsuhiro invita a Edward a que entren a la casa, la señorita Avane lidera el camino.

Mientras caminan por el amplio y perfumado pasillo de la gran mansion Edward puede admirar pinturas, esculturas y estatuas diversas las cuales estan debidamente marcadas e iluminadas como si de un museo se tratara.

Deteniendose un momento, Edward reconoce algunas pinturas de Lorelay, Johana y James.

Incluso algunas piezas inauditas de sus tres amigos se encuentran exquisitamente catalogadas y delimitadas con una valla de proteccion como si de piezas de valor incalculable se trataran.

"Veo que reconoce las obras de arte de sus amigos señor Edward, en un momento le mostrare el resto de mi modesta coleccion privada, por ahora el espectaculo nos aguarda!"

Urgiendolo a entrar a la amplia sala de entretenimiento, Edward se sorprende por lo que sus ojos ven.

Mientras Yuko cierra la puerta del gran salon, Lorelay cierra la puerta de la habitacion de Emily quien por fin se quedo dormida mientras bebe Sören dijo que cuidaria a la pequeña enfermita.

"Por favor, vigila a los bebes."

Pide Lorelay a la niñera de Emily quien asiente antes de entrar a la habitacion para sentarse en la silla mecedora y cuidar el sueño de lo bebes.

Sentada en la orilla de su cama, Lorelay mira el chat privado de su esposo...

No aparece ni en linea ni le ha mandado mensaje indicandole que esta bien.

Suspirando un tanto molesta y preocupada, Lorelay aparta el aparato electronico de su vista dejandolo sobre la cama, pero inmediatamente su tono de llamada le hace tomar el celular de nuevo.

"Edward."

Responde Lorelay.

"Lo siento Lorelay, soy Dániel."

Se disculpa su amigo antes de continuar.

"Solo queria saber si mi pequeño Sören no esta causando molestias a la pequeña Emily ahora que esta enfermita."

Lorelay se levanta de la cama para dirigirse a la habitacion de los pequeños mientras responde a su amigo.

"Disculpa Dániel, crei que eras Edward, los pequeños estan bien."

Responde la bella chica despues de abrir un poco la puerta para encontrar a los bebes abrazados, profundamente dormidos y calientitos pues estan cubiertos con las suaves frazadas.

"De acuerdo, lamento que Sören ahora no quiera apartarse de Emily."

Se disculpa Dániel.

"No es ninguna molestia Dániel en verdad, los bebes se adoran y yo adoro al pequeño Sören como si fuera mi propio pequeño."

Cerrando la puerta con cuidado para no hacer ruido, la chica de nuevo se dirige a su habitacion para cambiarse a pijama.

"Muchas gracias por cuidar de nuestro pequeño por esta noche, mañana temprano iremos por él."

Comenta Dániel, Lorelay le responde que no hay problema alguno antes de que se despidan por el dia y terminen la llamada.

"Nuestro pequeño esta bien?"

Cuestiona Johana a su esposo cuando aparece en la habitacion.

"Con nuestro pequeño si, pero al parecer algo ocurre con Edward."

Los esposos saben que desde que la abuela Situ fallecio, Edward ha estado distante y diferente con todos, incluso con Lorelay y bebe Emily.

"Todo mejorara entre ellos, lo se, Lorelay misma nos dijo."

Comenta Johana abrazando a su esposo por la cintura antes que una sonrisa picara aparezca en su boca.

"Que sucede mi amor?"

Cuestiona Dániel a su esposa pues la ve actuar muy cariñosa con él.

"Estamos solos esta noche..."

Parpadeando de forma coqueta Johana se muerde su labio inferior mientras acaricia los biceps y el pecho duro de su amado.

Cargando a su esposa con facilidad, Dániel los dirige a la habitacion mientras sus bocas se besan primero de forma suave, tierna y dulce.

Pero en cuanto los primeros gemidos aparecen en la boca de ambos, los besos se vuelven demandantes, intensos, calientes, tanto asi que les roban y queman el aliento.

La ropa desaparece deprisa de sus cuerpos deseosos y ansiosos, las manos hambrientas vuelven a recorrer la piel suave y ardiente del amado.

Las bocas, labios, lengua y dientes de nuevo se dan un festin con cada exquisito y delicioso rincon de piel, erizandola a su paso.

"Te amo Dániel."

Gime Johana al ver que su esposo se coloca entre sus piernas abiertas, las grandes manos de su amado puestas en cada terso, suave y niveo muslo hace respirar de forma agitada a la chica.

"Te amo mas mi dulce esposa."

Es lo ultimo que Johana escucha antes que la humeda lengua de su amado se deslice por sus pliegues rosados.

Arqueando la espalda y apretando con una mano la sabana a su lado, Johana gime su placer mientras una de las manos de Dániel se desliza hacia los turgentes senos de su esposa.

"Oh Dániel..."

"Dios..."

"MMMMHHH..."

Gime y se retuerce la chica quien clava su mirada sobre su esposo, los dedos de su mano se enredan con fuerza en su cabello.

Los sonidos de ambos son casi pornograficos y sucios, logrando encenderlos mas y mas, hasta que el cuerpo de Johana se tensa debido a su pulsante orgasmo.

Gritando sin pudor alguno, pues nadie los escucha en su departamento privado, Johana se deshace de caliente y humedo placer en las expertas manos y boca de su amado quien bebe avidamente el tibio orgasmo de su candente esposa.

Lamiendo sus labios de forma tan erotica, Dániel se coloca encima de su esposa, su miembro duro y palpitante grita por hundirse lo mas profundo dentro del sedoso y apretado canal de Johana.

Aun recuperandose de su volcanico orgasmo, la chica besa desesperadamente a su esposo quien de un solo fuerte movimiento de cadera la penetra, ambos gimen su placer mientras sus ojos se cierran un segundo pero despues...

"Hazme el amor mi vida."

"Te he extrañado tanto."

Ruega con voz temblorosa Johana, Dániel no hace esperar mas a su bella dama pues se retira un poco antes de hundirse de nuevo, haciendolos gemir y delirar de placer.

El calor y el sudor invade a la pareja por completo, el amor les hace gemir y jadear apasionadamente.

Haciendo mas intensas las embestidas poderosas de cadera, la pareja trata de sobrevivir al inminente orgasmo conjunto que se forma en su vientre.

Enterrando las uñas en la espalda dura y fuerte de su esposo, Johana grita su liberacion al mismo tiempo que su esposo se la abraza por completo cuando su gran venida inunda por completo el canal estrecho de su amada.

Con las mejillas rojas, ligeramente despeinados, debiles y sudorosos, la pareja se recuesta sobre su cama, felices y extasiados.

Acariciandose suavemente mientras se acurrucan, la pareja aun quiere seguir amandose...

Y lo haran tan pronto se recuperen.

Mientras ellos dos se besan amorosamente y sonrien agradecidos por el placer compartido, la alegre y gran carcajada del señor Yuzura se eleva por encima del ruido de musica y charla en el gran salon.

Mirando de reojo a Edward quien sale un momento de la sala, el Yuzura hace un pequeño gesto casi imperceptible para los demas pero muy claro para su atenta asistente.

"Señor Edward, algo le molesta o no es de su agrado?"

Cuestiona la bella chica con voz dulce y encantadora.

"Es muy tarde, ya oscurecio."

Responde Edward quien no sabe como es que no se dio cuenta del tiempo transcurrido.

"La noche es joven señor Edward, la cena en honor por esta alianza esta preparandose."

Señala con una sonrisa esplendorosa la asistente.

En un rincon del magnifico jardin un grupo de chefs calificados hacen su magia a la luz de la luna y de muchas luces artificiales.

"No creo que pueda quedarme a cenar señorita Avane."

"Creo que sera mejor que me despida de su jefe y me retire con mi familia."

Declara Edward mirando su celular, el cual, misteriosamente, no tiene bateria.

"Oh señor Situ, es una lastima que no se pueda quedar a degustar el platillo que mi amado jefe trajo para esta ocasion especial."

"En la ciudad costera, cada decada, un platillo especial se prepara a la luz de esta magnifica luna, solo por las manos mas diestras de cinco chefs altamente calificados y premiados."

"Se usa solo ingredientes selectos que no volveran a pescarse sino dentro de diez años mas a partir de ahora..."

Con los brazos enlazados por detras de su espalda, de forma coqueta, la asistente se lamenta, su cara en verdad refleja su tristeza.

"Cada decada?"

Cuestiona Edward curioso.

"Porque no nos acompaña en la cena señor Edward y que nuestros expertos chefs le cuenten que tan intrincadamente elaborado y dificil es el platillo que preparan y con el cual deleitaran nuestro paladar."

El señor Mitsuhiro se reune con ellos invitando a Edward para que vayan hasta donde los atareados chefs dejan su alma preparando el banquete.

A pesar que Edward se siente mal por aceptar la invitacion a acercarse y cenar con el señor, su asistente, los altos directivos de la empresa Yuzura, quienes llegaron casi una hora despues que ellos arribaran a la mansion...

Por otro lado, por una vez en este ultimo tiempo Edward no siente ese frio calarle el alma, ni tampoco sus pensamientos insistentes lo persiguen para hacerle sentir culpable.

Riendo, charlando animadamente del tiempo, bebiendo un licor especial sin alcohol de la ciudad costera y contando chistes amenamente, el tiempo en esa cena, la cual es presentada con gran ceremoniosidad, pasa rapidamente para Edward quien en verdad esta disfrutando ese momento.

Por otro lado Lorelay no puede dormir por mas que de mil y un vueltas sobre su colchon comfortable.

La chica ha intentado unas decenas de veces en comunicarse con su amado esposo, sin exito alguno.

Asomada por la enorme ventana, sin saber que mas hacer para calmar su insomnio, Lorelay se acurruca en una silla con una suave frazada para intentar pasar la noche, pues, por ningun motivo podra dormir sin su esposo.

De pronto un sonidito y unas luces sobresaltan a la nueva matriarca quien aparta la frazada para ponerse de pie pues tal vez es Edward quien ha llegado a la villa pero...

Sus piernas no le responden, es como si estuvieran pegadas a la silla.

"No te asustes mi niña, necesito hablar contigo."

La incofundible voz maternal de la abuela Situ calma el miedo y angustia crecientes de Lorelay quien deja de luchar para ponerse en pie.

"Se que estas preocupada por mi tonto nieto, ese mocoso parece que no ha aprendido nada en este tiempo..."

La voz de la abuela llena de paz a Lorelay pues ella siempre la ha apoyado, amado y comprendido.

"Mi tiempo habia llegado, no podia quedarme mas, ninguno de nosotros podiamos quedarnos mas en este plano."

"Y aunque tratamos de prepararlos para esta partida, tal parece que ese mocoso sigue siendo un demasiado terco en su forma de actuar."

El aroma del caracterisitico perfume de la abuela satura dulcemente la habitacion, haciendo sentir calida y amada a Lorelay en ese momento que mas lo necesita.

"Estaremos contigo mi nieta y con mi bella bisnieta Emily."

"Ella sera la unica que puede traer de regreso a mi insensato nieto."

"Tu eres fuerte, digna matriarca de la familia Baek, mantente firme y no pierdas la fe."

"Mi nieto te ama, solo esta perdido, deja que comprenda lo que puede perder si sigue por ese camino..."

"Solo en ese momento es cuando se dara cuenta que ningun dolor es mas importante que celebrar la vida."

La caricia calida en la mejilla de Lorelay la hace suspirar, el calor de la abuela se mezcla con la presencia de la abuela Freda quien tambien llega en ese momento.

"Confia en ti, se que tienes dudas pero confia en ti."

"No es facil, pero tienes conocimientos y alma Baek."

"Deja que las mujeres de nuestro linaje te guien."

"Confia en tu instinto y poder interno."

Justo en ese instante Edward llega a la villa manejando el potente auto que tan amablemente le regalo el señor Yuzura.

Comprobando que es bien entrada la madrugada, Edward se prepara para entrar a su casa y enfrentarse al merecido regaño por parte de su esposa pero...

Cuando entra, el unico que lo recibe es el silencio nocturno.

Sintiendose un poco decepcionado, Edward camina hacia su habitacion, pero primero se acerca a la habitacion de su hermosa nena para verificar que este bien pero una luz llama su atencion.

Luz que ilumina su habitacion, por lo que se da prisa en entrar.

Pero cuando lo hace, la habitacion esta tenuemente iluminada por la luna, su cama esta perfectamente hecha, su esposa no se encuentra por ningun lado.

"Lorelay?"

Cuestiona Edward frunciendo el ceño.

"Amor, siento llegar a esta hora, la cena se alargo un poco de mas..."

Tratando de encender las luces, Edward no encuentra el interruptor en la pared, cosa que le parece extraña.

Intentando encender la lampara de su celular, Edward recuerda que se quedo sin bateria, asi que a la luz de la luna sigue buscando a su amada.

"Lorelay, esto no es gracioso."

"Se que estas molesta pero..."

Sintiendo una extraña sensacion en el pecho que lo inunda, Edward sale a buscar tanto a su esposa como su preciosa bebe, pues ninguna de las dos estan en la casa.

Una voz que le parece familiar susurra en el viento.

"No es lo que querias?"

"Quedarte solo para autoflagelarte por todo lo que no hiciste en vida por tus seres queridos?"

El panorama cambia, dos lapidas oscuras se muestran delante de Edward quien cae de rodillas al ver las inscripciones.

"Ahora puedes llorar la perdida de dos mujeres que te amaron a pesar de la mierda elegante y sin sentimientos que eres..."

"Dos mujeres que desearon estar contigo y las alejaste metodicamente."

"Felicidades, ahora puedes regodearte en tu sufrimiento, nadie sufrira por tu alma."

Las lapidas desaparecen, la casa se transforma en un hogar en ruinas, sucio, viejo, oscuro, lleno de penumbras, dolor, llanto, tristeza y depresion.

"No quiero eso!"

"Nunca quise que mi esposa e hija fallecieran!"

"JAMAS DESEE ESTO!"

Grita Edward cayendo de rodillas al suelo mojado, una figura espectral de larga capucha ligeramente rosada camina hacia él.

"Dejas que ellas mueran un poco cuando les niegas tu amor."

"Dejas que ellas perezcan en soledad cuando estas con ellas y deseas estar con alguien que ya cruzo a otro plano."

"Aceptalo, eres un mal padre y un mal esposo!"

La voz ahora es cavernosa y recriminatoriamente atemorizante en los oidos de Edward.

"Esto es lo que te espera si sigues el curso en el que vas."

"O puedes empezar a corregir tus errores y enmendarlos de inmediato!"

Sobresaltado, Edward despierta del vivido y terrorifico sueño.

Respirando hondo, con el corazon acelerado, sudando frio y con el auto encendido aun, Edward parpadea atonito porque aun esta dentro sentado detras del volante del poderoso vehiculo que le regalo el señor Yuzura.

Con algo de temor, Edward apaga el auto, desciende del mismo antes de entrar a su villa.

En el momento que abre la puerta los delicados y calidos brazos de su amada Lorelay lo envuelven por completo en un abrazo apretado.

"Mi amor por fin llegas!"

Totalmente diferente a su reciente pesadilla, Edward observa la casa tenuemente iluminada y su esposa en brazos quien lo acaricia suavemente.

"Lorelay, lo lamento tanto..."

La chica niega con la cabeza un poco antes de besarlo en los labios con devocion.

"Es tarde, vayamos a la cama."

Pide en voz la hermosa mujer joven llevando de la mano a su amado quien se deja conducir.

Recostado apaciblemente en la cama, cubierto calidamente y abrazado al delicado cuerpo de su esposa despues de haber visto a su hermosa Emily dormir profundamente al lado de bebe Sören, Edward suspira su miedo fuera.

Su corazon por fin parece sanar verdaderamente al comprender que la felicidad radica en su familia y su amor por sus bellas mujeres.

Ellas son su redencion y un tesoro que no debe perder por ningun motivo.

Ellas son su mas valiosa posesion en esta vida y en la otra.

***By Liliana Situ***

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