El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 42

Un espectáculo de ópera se presentaría en el carnaval ese año.

Edward reservó dos boletos para que juntos fueran a verla.

Emily esperaba ansiosa, pues nunca antes había asistido a una función de opera.

De pronto un pensamiento preocupó a Emily.

Ella no sabía nada de opera ni como debía vestirse.

Afortunadamente, Edward consiguió una tienda de ropa formal para damas  dónde la niña pudo comprar un elegante vestido de noche.

Ambos caminaban de la mano entre las calles del pueblo.

Los dos admiraban las artesanías, las fachadas de los edificios, los adornos, los diferentes restaurantes y galerías que mostraban lo mejor de ellas.

Sentados en el malecón de un bello restaurante, el teléfono de Emily vibró.

Maggie le mandó un mensaje preguntándole si todo iba bien y si ella estaba bien.

Emily le contestó que ella estaba bien.

Que todo estaba bien.

Emily no quitó la vista de Edward quien tomaba su bebida despreocupadamente mientras las demás chicas del restaurant lo miraban embobadas.

Edward atraía mucho la atención por ser tan guapo.

Además tenía un aire elegante y refinado así vistiera playera informal, bermudas y sandalias de hombre.

De repente ella se dió cuenta de que también lo están viendo embobada y desvío la mirada hacia la pantalla de su celular.

Emily envío una foto del lugar donde estaba ahora, Maggie contestó  que tenía algo de envidia.

Un mensaje después entristeció a Emily.

Maggie había terminado con su novio.

"Edward, debo usar al baño, regresaré pronto."

Comentó la niña levantándose de su asiento.

"Está bien Emily, aquí te espero."

Edward contestó quitándose los lentes oscuros.

Un ligero suspiró se escuchó en el ambiente del lugar.

Emily se sintió de repente orgullosa de poder estar al lado de Edward.

Emily entró en el baño y rápidamente marcó el número de Maggie.

"Maggie, que sucedió ?"

"Estás bien?"

Preguntó Emily afligida por ella.

"Emily..."

"Perdona, no quieres arruinarte tu día de vacaciones pero..."

Contestó Maggie entre sollozos.

"Emily, Brian se puso demasiado celoso y posesivo debido al pintor  James."

"Discutimos y peleamos fuertemente."

"Emily, no le digas a nadie por favor, pero."

Maggie emitió un sollozó lastimoso.

"Brian intentó golpearme."

Emily dijo un fuerte "oohhh!" por la impresión.

Brian, el ex novio de Maggie parecía tan lindo con ella.

Dorian también había parecido así.

"Maggie, pero te golpeó?"

Preguntó aterrada Emily.

"Afortunadamente no, James lo mando al hospital."

"Emily, James estaba conmigo ese día."

Contestó Maggie.

"Maggie, estás saliendo con James?"

Preguntó Emily.

"No, Emily."

"James es un buen amigo, solamente."

"Aunque tal vez..."

Maggie echó a llorar.

Se escuchó un ruido seguido de una voz de hombre a lo lejos dijo.

"Maggie, llegué!"

"Maggie, no llores más..."

Comprendiendo que alguien había llegado a consolar a Maggie, Emily terminó la llamada.

"Maggie, debo irme, prometo llamarte después."

"Cuídate, te quiero."

Ambas colgaron y ella reflexionó.

"Sería James el que entró en el departamento?

Edward esperó hasta que Emily desapareciera en el restaurante y marcó un número.

"Cómo va todo?"

Cuestionó por celular.

"Estamos al 89% de operación, tenemos más pedidos."

"Los químicos perdidos?"

Edward tenía fija ma mirada en la puerta del baño de damas mientras ese hablaba.

"Tuve que volver a reescribir algunas formulas, las mejoré."

"Entre ellas los afrodisíacos y el suero de la verdad."

"Algo más?"

Preguntó Edward en voz baja.

"Paul se fue de vacaciones."

Maldita sea!

Paul se tomaba sus meses de "vacaciones" y dejaba el trabajo para después.

"Dile a John que lo rastree...en silencio."

"Quiero tomarlo desprevenido."

Ordenó Edward.

"Ok."

Contestó Daniel para después colgar.

Edward volteó a ver a la guapa y elegante chica que se iba.

Ella se sentó un momento y ambos intercambiaron tarjetas.

Con gracia ella se levantó y se fue.

Edward sonrió al verla marcharse.

Emily apareció mientras Edward pedía la cuenta.

El gerente salió personalmente y le dió una cesta de frutas y bocadillos para que disfrutarán.

Todo era cortesía de la casa.

"Wow! Cómprate esto?"

Cuestionó Emily maravillada.

"No, es un regalo para ti."

Respondió Edward.

"Ah!"

"Que lindo detalle!"

"Muchas gracias!"

Contestó emocionada Emily.

Cuando regresaron a la habitación de hotel, un vestido de gala blanco y un traje de tela ligera y fresca los esperaba colgados en bolsas de protección en el perchero.

Unos zapatos de tacón alto blancos hacían juego con el vestido.

"Pruebatelo, ya casi es hora de ir a la ópera."

Pidió Edward hacía la niña, mientras tomaba su traje y comenzaba a cambiarse.

Emily se dió una ducha rápida y se arregló lo mejor que pudo.

Edward la observó un momento, pero después comentó.

"Esto complementará tu atuendo."

De un cajón, sacó un juego de collar y pendientes hermosos.

Se los puso y sonrió encantado.

"Ahora sí, estás lista."

Emily se miró con atención en el espejo y su reflejo brilló.

No usaron el Jeep esa tarde.

Una limosina los recogió.

El teatro pequeño estaba decorado y tenía una alfombra roja en el pasillo.

Emily se sintió nerviosa un momento, pero Edward le dió su brazo y su seguridad la contagió.

Se acomodaron en el mejor palco y esperaron un poco a qué dieran la primera llamada.

Flora en el departamento de Ryan por fin pudo quitarse el collarín.

Estaba harta de usarlo y dormir tan incómoda.

"Por fin me libero de este maldito aparato de tortura medieval."

Dijo ella muy feliz y enojada a la vez.

"Pero era necesario Flora"

"como te sientes?"

Preguntó Ryan masajenadole un poco el cuello y los hombros.

"Mucho mejor sin eso."

"Ryan dime, tengo muchas cicatrices aún?"

Las cicatrices de su cuerpo fueron tratadas por los mejores médicos gracias a Ryan.

No se notaban casi nada ya.

"No se ven nada, ven déjame ponerte la pomada para desvanecerlas."

Ryan abrió el bote de pomada y comenzó a frotarse las manos para calentarselas.

Flora lo miró divertida tomó sus dos manos con las suyas.

Eran mucho más grandes y blancas.

"Y su mejor hacemos otra cosa más divertida?"

Comentó ella de forma coqueta.

No había podido tener contacto físico por el collarín y el tratamiento de sus cicatrices.

"De esa forma puedes revisar a conciencia si de verdad mis cicatrices no se notan..."

Una pequeña sonrisa juguetona se asomó en la esquina de la boca de Ryan al entender sus palabras.

"Pero..y si te vuelves a lastimar?"

Preguntó Ryan abrazandola suavemente.

"Puedes ser gentil, no crees?"

Rogó Flora.

"Lo intentaré."

"No ha sido fácil para mí soportar por tanto tiempo."

Comentó Ryan mientras comenzaba a desabrocharle los botones de su suave blusa.

Flora buscó la boca de Ryan y Él le respondió tomándola del cuello y nuca con ambas manos para no lastimarla con el beso.

Las manos de Flora a acariciaron el pecho de Ryan y comenzó a desabrocharle el cinturón.

Ryan la apartó al ver que ella no lograba quitárselo.

Con un movimiento cuidadoso, Ryan la recostó en la cama y comenzó a besarla en su cuello, bajó por sus hombros haciéndola suspirar y jadear.

Cuando le quitó el sujetador, Flora respiró de forma agitada.

Flora no quería moverse mucho pero después de mucho tiempo sin contacto físico, cada ligero roce se potenciaba en demasía.

Ryan observó su cuerpo con ropa interior todavía y no pudo distinguir ninguna cicatriz.

"Ya no se notan nada..."

Comentó Ryan deslizando sus dedos por la suave piel de Flora.

"Ahora veremos que tan bien está tu cuello."

Comentó Ryan mientras le besaba su vientre y le quitaba el pequeño trozo de tela que la cubría en su parte más íntima.

Flora jadeaba cuando lo vió colocar su cabeza entre sus piernas abiertas.

"Déjame revisarte a profundidad."

Ryan susurró antes de hundirse en los delicados pliegues rosas de Flora.

Flora retorció las sábanas con sus manos, alborotó el cabello de Ryan con sus dedos mientras sentía que llegaba a la gloria.

"Ryan!"

"Por dios...."

"hummm...si..."

Flora estalló en un orgasmo delicioso, pulsante y demasiado esperado.

Ryan se puso encima de ella.

"Ahora, señorita enferma."

"Permita que el doctor le tome la temperatura..."

Comentó Ryan divertido.

"Jajaja..."

"Ryan eres tan..."

"Tan....aaahhh..."

"mmmhhh...Ryan..."

"mmhh..."

Los jadeos y gemidos de ellos se entrelazaban como sus cuerpos.

El cuello de Flora estaba completamente recuperado.

Una y otra vez, Ryan embistió de forma suave dentro de Flora sin dejar de besarla.

Primero de forma suave y acompasada, pero después, lo hizo de forma dura, teniendo cuidado que de que Flora no se golpeara en la cabeza.

Ambos llegaron a un orgasmo conjunto, delicioso, sudoroso y vigorizante.

Sarah en su departamento no estaba para nada feliz observando la foto de estado de Ryan.

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