El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 56

"Da la vuelta y detente frente a la tienda de novias."

Ordenó Edward a su chofer.

Dániel aún estaba mirando a Emily desde el auto cuando su celular sonó.

"El hijo de Joseph está justo detrás de ti, por ahora no es tiempo de que te conozca, regresa."

"Vigilaré a Emily para que no pase nada malo."

Tommy había mientras termina una partida de LOL (League of Legends, un juego muy popular entre chicos.)

Dániel seguía embelesado mirando a Emily por lo que no comprendió lo que Tommy le había dicho.

"Dániel, me oyes?"

"Dániel!"

"Dániel carajo."

"Reacciona!"

Gritó Tommy.

"Pero Tommy, sabemos que Edward es un bastardo, la maltratara!"

Daniel habló por fin saliendo de su letargo.

"Recuerda el trato con Joseph."

"Después podrás hacerle lo que quieras a Edward, pero ahora regresa!"

"No arruines lo que tanto nos costó!"

Dániel golpeó el volante lleno de frustración con sus manos

Tommy tenía la maldita razón.

Encendiendo el auto, a regañadientes se retiró del lugar

"Si descubro que le hiciste algo a Emily, maldito Situ junior me las pagarás."

Dániel en su mente amenazaba a Edward mientras puso rumbo al departamento de Emily.

Dániel quería esperarla ahí cuando ella regresara.

Edward respiró y se tranquilizó antes de entrar a la tienda de novias.

"Señor Situ, es un verdadero honor que esté en nuestra tienda."

"Díganos como podemos ayudarlo."

Exclamó muy emocionado el Gerente, pues sabe perfectamente quién es Edward Situ.

Flora había entrado al cubículo con la modista para darle sus datos, medidas y terminar los arreglos del vestido.

Ella estaba preguntando cuando estaría listo para la última prueba cuando Edward entró a la tienda.

Emily, que estaba al fondo de la tienda en la sesión fotográfica a cargo del ayudante del gerente, aún posaba sin enterarse de nada...

Hasta que vió con extrañeza que varias chicas corrían a la entrada de la tienda.

Emily buscó con la mirada el porque del alboroto y ahí estaba él!

Edward caminaba hacia ella con decisión, con cara sería y de pocos amigos.

"Pronto me voy a casar con la señorita Shirley Leng, estoy buscando un vestido de novia adecuado."

"Quiero que me muestren los más finos y caros que tengan en la tienda."

"Que esa señorita que está siendo fotografiada los modele para mí."

Ordenó Edward al Gerente sin quitar los amenazadores ojos sobre Emily.

Emily sintió una opresión en el pecho, comenzó a ponerse nerviosa y se le hizo un enorme hueco en el estómago...

"Que hace aquí él?"

"Porque está aquí?"

Se preguntó Emily, quien le dió la espalda.

Bajó el velo en su rostro para esconderse lo más posible de él.

Emily escuchó al gerente decir.

"De inmediato señor Situ."

"Señorita, tiene tanta suerte de que la contrate solo para modelar unos vestidos al señor Situ."

"Él es un hombre muy poderoso y muy rico."

"Le pagaré por sus servicios, solo por favor modele para él."

Rogó el gerente.

"Le daré un descuento por el vestido de su hermana si le parece mejor."

Añadió el gerente al ver que ella titubeaba.

"Pero...yo no soy modelo."

"Además no necesitamos ningún descuento, mi cuñado pagará por todo."

Edward se había sentado en el sillón y cruzó una pierna frente a ella.

Cruzo sus brazos detrás de su nuca mostrándose como si fuera el dueño de la tienda.

"Vamos Señorita Mu, solo serán unos vestidos, es para mí prometida, ella tienen más o menos su figura.."

"Aunque ella está mejor proporcionada que usted, pero podemos arreglarlo con la modista."

Edward habla con desdén como si ella fuera su empleada en ese lugar.

"No lo haré, no puedes darme órdenes fuera del trabajo."

Contestó la niña quien comenzó a recoger el vestido de novia con sus manos para poder ir al probador, quitarselo, cambiarse e irse.

No sabía que le pasaba o porque pretendía molestarla, pero no estaba de humor para tratar con él.

Mucho menos después de su desafortunado encuentro pasado.

Edward se levantó rápidamente y la detuvo agarrándola del brazo fuertemente.

Se acercó a ella para poder susurrarle amenazadoramente.

"Te recuerdo que pagué la operación de tu padre y quiero que modeles para mí como parte de la compensación..."

"Creías que te iba a regalar ese dinero?"

"Olvidas que aún soy tu jefe?"

"Puedo despedirte y jamás harás ese proyecto que ganaste..."

Emily lo escuchaba atónita.

No había prometido no hacerle daño?

Era cierto que había dicho que pagaría la operación y lo hizo.

Emily era consciente de que debía pagarle.

Pero porque siempre tenía que amenazarla?

Ella suspiró.

Si era su jefe directo a pesar de que Carl dirigía la empresa de diseño.

Edward era el último en tomar decisiones.

"Eres un bastardo."

Susurró Emily.

Edward sonrió malevolamente acercándose a ella más.

Le levantó el velo para decirle con una sonrisa burlona.

"Esa palabra es nueva para ti."

"Nunca me la haz dicho cuando estas debajo de mí..."

"Cállate!"

Resopló Emily dispuesta a no dejarse ofender por ese idiota.

"Solo obedece."

"Hablaremos después los dos."

Edward volvió a sentar en su sillón.

"Tráigame un té y dele a la señorita los mejores vestidos."

"Ayúdenle a qué se cambie, no tengo tanto tiempo."

Ordenó Edward.

Cuando Flora salió del cuarto observó a Emily mirando a Edward con ojos de odio.

Edward la ignoraba.

"Emily, porque aún no te haz cambiado?"

"Está todo bien?"

Preguntó Flora, acercándose a ella e ignorando a Edward.

Emily caminaba con torpeza al vestidor en ese momento.

"Si Flora, no te preocupes."

"Solo me pidieron que modelara para el señor unos vestidos de novia."

"Podrías esperarme?"

Cuestionó Emily a su hermana.

"Será mejor que Ryan venga."

"No podemos estar solas con ese bastardo, se haya disculpado su abuela por él o no."

Respondió Flora con disgusto.

"Tengo poco tiempo, que esperan?"

Alzó la voz Edward.

Las dos voltearon a verlo con odio.

Flora sacó su teléfono y marcó el número de Ryan.

"Amor, puedes venir?"

"Edward Situ está en la tienda y no se que intenciones tenga."

"Voy enseguida."

Ryan respondió colgando la llamada.

Tan rápido como pudo corrió a su auto para ir a dónde estaban las chicas.

Dániel quien había llegado al departamento de Emily la esperaba.

Aburrido, llamó a Tommy.

"Cómo van las cosas?"

Cuestionó a su amigo.

"Solo está sentado en un sillón, parece que Emily modelara para él, no es algo grave."

"Si algo sale mal, me desquitaré contigo."

Daniel lo amenazó antes de colgar.

No le gustaba esperar, pero debía hacerlo.

Tenía un trato con Joseph y por ahora, no era momento de que se enfrentará a Edward.

Pero por otro lado...

A Dániel le convenía que Edward se portará mal con Emily.

De esa forma él podría consolarla entre sus brazos.

"Eso es bueno también."

Pensó decidió Dániel.

"Esperaré a ver de que humor regresa Emily."

Dániel buscó su música para escuchar dentro de su auto y de esa forma relajarse.

Pronto, los mejores cinco vestidos de novia estuvieron en un perchero especial.

Emily se probaba el primero de ellos.

"Da vuelta...hum..."

"No, del otro lado..."

"Ese vestido no, siguiente."

Edward apenas se molestabaen ver a Emily pues de vez en cuando apartaba la vista de su celular.

Además el maldito estaba leyendo un periódico y bebiendo té.

Flora se había sentado lo más cerca de Emily para evitar verlo.

Ella esperaba impaciente a Ryan.

Ryan estaba atorado en un embotellamiento por causa de un accidente de tráfico.

"Maldición, muevanse!"

Gritó desesperado.

Ryan no teme a Edward, al contrario, quería decirle una que otra cosa...

Pero ahora no podía ni llegar a la tienda.

Una y dos veces golpeó impotente el volante con las manos, aún estaba tan lejos de donde estaba Flora y Emily!

El calor, la molestia, la pesada tela de los vestidos y el enojo extremo que tenía al estar haciendo eso, hizo que Emily se sintiera mal a cada momento.

Ahora se probaba el tercer vestido y quería que su tortura acabará ya.

Se prometió que iría después a su oficina a hablar seriamente con Edward para elaborar un plan de pagos de la operación de su padre.

Además, después de ese proyecto tal vez la chica pensaría en renunciar y buscar otro empleo en otro lugar.

No quería ser presionada y acosada a hacer algo que no quería por deber dinero.

"Señorita modelo dese prisa, mi tiempo es oro."

Edward ordenó en voz alta.

Flora miró con odio Edward quien la ignoró completamente.

Emily salió...

Volvió a pasar por su inspección.

"Date vuelta...no..."

"Levanta el velo."

"Da vuelta del otro lado."

"Ese no sirve, siguiente."

Decía Edward despreocupadamente mientras tomaba su té cómodamente sentado en ese sillón.

Tanto las vendedoras como Emily se estaban cansando de probar esos vestidos pero gracias a dios, el último llegó.

"Emily estás bien?"

Preguntó Flora, pues cuando la niña salió del vestidor se veía sonrojada y muy cansada.

"Estoy bien, solo estoy algo mareada."

Respondió ella.

Emily caminó hasta la pequeña plataforma con espejos para que Edward viera el vestido.

"Señor Situ, hemos dejado el mejor para el final."

El Gerente sostenía fuerte su sonrisa falsa en su rostro mientras habla.

"En el mundo solo hay dos vestidos como este y por fortuna, tenemos uno nosotros."

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