El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 59

"Tienes que aprender a ser invisible o alguien con peores intenciones que yo te matará enseguida."

La pequeña espía escuchaba estas palabras que Tommy le decía.

Ella estaba sumamente molesta por haber bajado la guardia.

La pequeña espía se ufanaba por ser una de las mejores.

Había sido contratada por una organización secreta y este chico ahora la había humillado al atraparla.

"Espero que seas resistente hijo de puta, porque en la primera oportunidad te desollaré vivo."

Pensaba ella fingiendo ser dócil.

Tommy no era ningún inexperto.

Una vez le había tocado un enfrentamiento con Lía y la había subestimado completamente.

Por eso ahora no confiaba en pequeñas niñas hermosas que fingían ser débiles.

"Vamos, finge que eres mi novia o te disparo aquí mismo."

Sin opción la chica volteó a ver a Emily a lo lejos.

Tommy la abrazó con fuerza por los hombros mientras que le seguía apuntando con su arma metida en el bolsillo.

"Tommy!"

"Porque no mantener ordenado el departamento?"

"Apenas llevamos unos días aquí y ..."

Dániel se congeló al ver a Tommy con una chica.

Si Tommy traía a alguien a su lugar, es que era importante.

"Espía?"

Preguntó Daniel acercándose a ellos.

"Seguía a Emily."

Declaró Tommy, quien por fin la soltó cuando la puerta estuvo cerrada detrás de ella.

"Hum, déjame adivinar."

"Te contrató Edward Situ cierto?"

Adivinó Daniel alzandole la barbilla a la espía con sus dedos.

La espía no habló para nada.

"Dura eh?"

"De acuerdo."

"Tommy sabe cómo tratar con niñas testarudas como tú."

Dániel se alejó de la niña.

"Tiene, digámoslo así..."

"Experiencia volviendolas parlanchinas."

Mientras Dániel amenazaba a la niña, Tommy se sirvió un vaso con agua.

Dando pequeños sorbos, Tommy examinó a la chica de pies a cabeza.

Nada fuera de lo común, bonita en ciertos ángulos.

"Nos divertiremos ella y yo, no lo crees Dániel?"

Cuestionó Tommy mientras una sonrisa maliciosa se dibuja en su rostro.

"Toda tuya amigo, pero déjame indicarle su habitación."

"Tú recoge tus desorden."

"No soy tu sirviente ni tú mamá para recoger tu tiradero."

Ordenó Dániel quien toma del brazo a la chica.

Los dos fueron a la habitación de arriba, la misma en la que habia encerrado a Joseph Situ.

"Antes de que mi amigo se divierta contigo, me dirás tod la información de Emily."

"Hoy se veía mal."

Dániel habla mientras camina por la escaleras arrastrando a la chica quien se resiste.

Con sus manos, la pequeña espía toma el barandal para intentar detener la subida.

"Guarda tus energías."

"Las necesitarás cuando estés con Tommy."

Comentó sonriendo Dániel.

La espía evaluó todas las salidas, a los chicos y comenzó a hacer un plan.

El cual se vino abajo cuando vió el cuarto donde estaría encerrada.

Cuatro paredes firmes y solo una puerta, sin ventanas.

Un sillón, una silla, un pequeño baño y una cama.

"Cierren los ojos ambos!"

"No vean!"

Pidió Emily cuando entró al departamento y Flora y Ryan quienes estaban sentados viendo una película.

"No vean."

Emily se acercó a ella para dejar el primer regalo para el bebé en la mesa frente a ellos.

Cuando la pareja abrió de nuevo los ojos, fueron gratamente sorprendidos con el regalo.

Y aún más con su contenido.

Un pequeña ropita de bebé color blanca con un conejito en el frente.

Un babero muy curioso y divertido, además de varios paquetes de pañales para recién nacido y toallitas húmedas.

Flora abrazó a su hermana.

La felicidad de ambas quedó plasmada en la memoria de Ryan por muchos años en esa tarde cálida, donde los rayos del sol les dió a las chicas halo de hermosa luz amarilla.

"Porque estás aquí mocoso?"

Preguntó la abuela Situ al ver entrar a Edward en su casa.

"Abuela necesito hablar contigo."

Pidió Edward.

Ambos fueron a la habitación de Edward en la villa.

James ya no vivía con la abuela Situ pues estaba viviendo el departamento de Maggie.

Algo que no fue del entero agrado de la abuela.

Pero ya había tenido una experiencia traumática antes con noviazgos y bodas forzadas que habían tenido trágicos finales.

Debido a eso, la abuela Situ había prometido que nunca más dejaría que sucediera tragedias mientras viviera.

"Primero dime si sabes la situación de la pequeña empresa de Elizabeth."

Cuestionó la abuela a su nieto.

"Se de la situación abuela y enviaré a alguien que le ayude con sus desastrosas finanzas."

Comentó Edward primero con ligereza, pero después su tono de voz se volvió serio.

"Ahora abuela."

"tengo que preguntarte algo importante."

La abuela Situ sonrió antes de hablar.

"Déjame adivinar."

"No amas a Shirley Leng y quieres casarte con Emily, es correcto?"

Edward se quedó sin habla!

"Hubiera sido deseable que te hubieras hecho responsable de ella después de tu inhumana bajeza."

Comentó la abuela con tono severo.

"Esta embarazada."

Declaro Edward.

La abuela se dejó caer en su silla pensando.

"No otra vez"

"Ahora es al revés."

Edward prosigue con sus palabras.

"Abuela, ese hijo lleva mi sangre, es un Situ y no lo desamparare."

La abuela observa a su nieto antes de responder.

"Entonces eso significa que tuviste más encuentros con ella y no solo fue esa única vez?"

"Porque si este bebé hubiera Sido producto de esa única vez lo hubiera notado cuando hablé con ella, no crees?"

Interrogó su abuela.

Edward miraba por la ventana, con las manos dentro de las bolsillos del pantalón.

Pigmeo, el perro jugaba en el pasto mientras Edward lo observaba por la ventana.

Él se imaginó a su hijo jugando con ese perrito.

"Tu silencio dice más que mil palabras."

"De acuerdo hablaré con tu estúpido padre y con el señor Leng."

"No será una plática fácil, pero en vista de que ya tengo bisnieto, eso me interesa mucho más que la engreída y vanidosa Shirley."

"Usaré su reciente escándalo con el heredero de los Hassel para ejercer presión."

Resolvió la abuela encendiendo un puro.

La abuela se veía linda y tierna por fuera...

Una de sus muchas facetas aprendidas en sus años de vida, solo Edward parecía conocerla un poco.

"Heredero de los Hassel?"

"Que pasó entre él y Shirley?"

Preguntó Edward pues no tenía no idea de que hablaba su abuela.

"Ay niño, me sorprende que seas el CEO de varias empresas con tu pobre coeficiente intelectual."

"Más bien como no te interesa Shirley en absoluto jamás te enteraste que alguien les puso una trampa para que ellos tuvieran sexo en un auto."

"Pero eso es bueno, porque así tengo un punto para invalidar este matrimonio por conveniencia."

En este punto la abuela, ya sabía bien que debía decir, por lo que se acercó a su nieto.

"Invitaré a Emily a la villa."

"Tu hermana no va a estar de acuerdo ni tu padre."

"Estás seguro de esto Edward?"

Cuestionó sinceramente la abuela.

"Si."

"Por ahora mantén el secreto hasta que pueda hablar con ella."

La abuela lo tomó por la ropa mientras lo miraba con enfado.

"Cómo que vas a hablar con ella?"

"Pues que no te dijo ella misma que estaba embarazada?"

"Dime la verdad, como te enteraste mocoso?"

Interrogó la abuela llevándolo al sillón y sentandolo frente a ella.

"Otra vez jugando a los espías mocoso?"

La abuela ya sabía la respuesta cuando Edward no pudo verla a la ojos.

"Eres un imbécil!"

"Pensé que eras más inteligente, pero tu coeficiente intelectual y emocional es el de una almeja!"

"Me decepcionas, pero yo me encargaré de todo de ahora en adelante."

Resopló la abuela con desgano.

"Harás lo que yo te diga, entendiste mocoso malcriado?"

Forzandolo a verla, Edward asintió.

"Tu concéntrate en hacer más dinero para tu futuro hijo o hija."

"Que harías sin mi estúpido niño?"

La abuela suspiró abrazandolo.

Lo amaba con todo su alma.

Era el único recuerdo vivo de su hija.

Como no amar y proteger a Edward?

"Ahora, reúne a James y Elizabeth, tengo que hablar con ellos de otro asunto."

"Y hazte cargo de la empresa de tu hermana."

"Si abuela."

Respondió Edward.

El guapo chico se levantó para salir de su habitación antes de llamar a James y a Elizabeth al despacho de su abuela.

Aturdido aún por la palabras de su abuela, Edward estaba de pie, impavido reflexionando.

Era verdad que no le importaba nada Shirley ni sus aventuras sexuales.

Pero que el tuviera el coeficiente de una almeja...

"Mi foto aparece en la revista Forbes de los millonarios más famosos de esta cuidad."

"Soy muy inteligente y capaz en los negocios."

Dándose ánimos Edward asevera esto en su mente mientras espera fumando a los dos chicos.

"A dónde vas?"

Dániel detiene a Tommy.

"No, no, primero dime lo que sabes, después te diviertes con la niña que trajiste."

Daniel jala de la camiseta a Tommy quien se había escabullído silenciosamente.

"Si te digo prometes no hacer alguna estupidez?"

Tanteo el terreno Tommy.

"Tan malo es?"

Cuestionó Daniel soltandole la playera y alisandola con golpes en el pecho que le provocaron tos a Tommy.

"Puede afectar el trato con Situ."

Respondió Tommy.

"Entonces no quiero saber eso, que más tienes?"

Inquirió Daniel.

"El reloj es de otra chica, casualmente Situ la adoptó y se llama Elizabeth Situ."

"Con ella no hay secretos, fue hija ilegítima de un gran empresario y su padre solo les dió a su madre y ella ese reloj antes de abandonarlas."

Tommy recita la información lo más rápido posible.

"La madre falleció por depresión y Elizabeth acabó en el orfanato con el reloj."

"Pero luego de alguna manera, Lucy intercambió ese reloj con tu Emily."

"Ella le dió su colgante de jade, ese diseño en específico fue difícil de rastrear pero pude determinar algo."

Decía Tommy impaciente moviendo la pierna, pues ya quería ir con la chica.

"Prosigue y no te hagas tonto Tommy."

Dániel conoce bien a su amigo.

"Está bien."

"Su familia está deliberadamente escondida en las afueras de la ciudad."

"Dániel, su familia es leyenda."

"Emily es una de las descendientes de los famosos maestros de infusiones casi mágicas."

"Ella es una niña perdida del clan Baek."

Dániel escuchó con calma antes de dejar que Tommy se fuera.

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