El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 66

Edward caminaba solo por un sitio demasiado oscuro, vacío y frío.

Solo se podía escuchar sus pasos sobre lo que parecía agua.

Mantenía la calma lo mejor que podía pero por más que trataba de encontrar algo para poder agarrarse, sus manos solo encontraban el inmenso vacío.

De repente una mano pequeña lo tomó.

Él se afianzó lo más que pudo de ella.

Una luz comenzó a emanar de la mano blanca y pequeña.

Edward veía fascinado esta luz que poco a poco iluminaba todo a su alrededor.

Una luz enceguecedora hizo que él cerrara los ojos y cuando los abrió estaba en ese campo de flores, en Dinamarca.

El cielo azul, el sol en lo alto y la brisa del mar lo sorprendieron.

Inhaló el ambiente salino del mar y la mano le acarició la espalda, dándole seguridad y calidez.

"Estoy en el paraíso?"

Preguntó en su mente Edward.

Una mujer joven detrás de él murmuró con voz clara y hermosa.

"No, aún no es tu hora."

"Se me permitió verte por última vez."

"Nos reencontraremos en la siguiente vida y te protegeré mejor."

"Sigue tu corazón, deja que tú alma te hable."

"Ustedes están destinados a estar juntos."

"Siempre se persiguen y se encuentran en todas sus vidas."

"Ahora lo sé."

"Edward ella te complementará."

"Te protegerá y daría la vida por ti."

"Pero mantenla en la luz."

"Si ella se pierde en la oscuridad será desastroso para los dos."

"Te amo hijo mío..."

"El símbolo es importante, es su seña característica, pero si lo lleva la persona correcta."

Edward se quedó en medio de ese campo de flores solo.

Dió vuelta y vió el castillo de sus abuelos.

"Dinamarca."

Pensó Edward.

En la sala de espera del hospital, Elizabeth analizaba a Emily.

Su abuela la apartó y fue con ella a hablar a una sala.

En ese momento salió el doctor y Emily se apresuró a preguntarle por la salud de Edward.

"El señor Situ sufrió algo parecido a un ataque al corazón inducido por alguna extraña droga que aún no sabemos cómo llegó a su sistema..."

"Este caso es único y nos tiene consternados."

"Analizaremos esto."

"Un momento, usted que es del paciente?"

Preguntó el doctor a Emily al no reconocerla.

"Es su futura esposa."

Comentóom la abuela detrás de ella dejando en shock y con la boca abierta al doctor, a Elizabeth, a Emily, a Sten y Lía,que estaban de incógnito sentados en unas sillas cercanas.

"Soy que?"

Emily sintió que la cabeza le daba vueltas y corrigió a toda prisa.

"No abuela, Shirley es su prometida y está embarazada de su hijo..."

La abuela pensó que había un malentendido pero por el momento era más importante saber cómo estaba Edward.

"Después hablaremos, doctor como está mi nieto?"

Preguntó nerviosa la abuela.

"Está mejor Señora Situ."

"Pero como dije antes, los síntomas fueron como un verdadero ataque al corazón..."

"Analizaremos como una droga tan maligna llegó a su nieto."

Comentó el médico al cuál todos vieron asombrados.

"Pueden pasar a verlo, solo una persona a la vez."

Pidió el doctor mientras caminó con su séquito de aprendices y enfermeras a un laboratorio.

Sten le dijo a Lía.

"Quédate aquí pequeña, regresaré."

Lía asintió y miró su celular.

Estar de incógnita sin sus vestidos la hacía sentir rara, pero era necesario en ese caso.

Vestida de traje elegante negro, con cabello amarrado en un moño muy pulido, Lía pasaba por una mujer de negocios respetable.

Aburrida comenzó a hackear la última defensa de un chico nuevo que le estaba dando guerra.

Y eso a ella le fascinaba, tener retos difíciles.

Elizabeth estaba por entrar a ver a la habitación de Edward, pero la abuela la detuvo.

"Emily, entra tu."

"Haz que despierte."

Pidió la abuela y su nieta Elizabeth no daba crédito a sus palabras.

Nuevamente se llevó a Elizabeth a otro cuarto y encaminó a Emily con Edward.

"Tim, que nadie los moleste."

"Quedó claro?"

Ordenó la abuela.

Tim asintió en silencio.

Adentro, el bip de los aparatos se dejaba oír.

Edward en medio de la enorme y blanca habitación estaba acostado como en la mañana.

Emily nerviosa y con pasos torpes se acercó a él, lo tomó de la mano.

Notó que estaba muy frío.

Trató de calmarse pero no pudo.

Comenzó a sollozar sin control.

"Edward... Edward..."

Murmuraba hincándose frente a él.

Hacía unas horas lo había visto dormir plácidamente en su cama y cuando despertó le había servido un té.

"Porque?"

Repetía mil veces Emily.

"Edward vuelve a mi."

"Despierta."

Susurró en su oído la niña acomodandole el cabello que le caía de lado.

Tenía miedo de tocarlo y lastimarlo, pero no pudo evitarlo.

Con sus dos manos acarició sus mejillas, su frente, trató de darle calor a sus frías manos.

Sus labios estaban pálidos.

Emily jamás lo había visto así.

Siempre era tan imponente, tan fuerte, tan seguro de su mismo...

Tan malvado.

Pero lo prefería así.

Ella no quería que muriera pronto.

Lo tapó un poco más y no pudo evitarlo.

Lo besó.

Fue un beso de amor puro, entregado, resignado, húmedo por sus lágrimas.

"No mueras, tu hijo te espera."

"Tu esposa te espera."

Asomada un poco sin hacer ruido, la abuela observaba y escuchaba a Emily hablarle a Edward.

Sonrió con sincera alegría.

Esa chica era la niña ideal para su tonto nieto.

Era como si estuvieran destinados a estar juntos y ...

No puede ser!

La abuela se apoyó de Tim.

Tim la vio palidecer.

"Abuela, estás bien?"

"Abuela, abuela!"

"Médico!"

Gritó Tim.

Emily escuchó ese grito y salió secándose las lágrimas.

Ahora la abuela estaba desmayada!

"Que pasó?"

Preguntó Emily mientras veía a las enfermeras y doctores cargar a la abuela.

Elizabeth lloraba y seguía a su abuela, Tim se fue con ellas.

Emily se quedó sola en la puerta.

Una chica se acercó a ella y le preguntó.

"Eres Emily Mu?"

Emily la observó.

Se le hacía familiar de algún modo pero...

"Si, quien eres tú?"

Preguntó Emily aún sollozando.

"Estás comprometida con el señor Situ?"

Preguntó Lía.

"No."

"Él está comprometido con Shirley."

"Será mejor que la llame para que venga."

"Pero el bebé en su vientre..."

Balbuceo Emily.

"No será necesario, Shirley fue quien le provocó esa reacción a señor Situ."

Emily la escuchó y tardó más de un minuto en comprender sus palabras.

"Shirley le provocó el ataque al corazón?"

Inquirió Emily incredula.

"Indirectamente."

"Necesito que entres y me des su traje."

"Nosotros somos sus...como decirlo?"

"Somos sus especialistas, eso, somos sus amigos y especialistas."

Comentó Lía.

Emily no entendía nada, pero accedió y sacó el traje que vestía Edward por la mañana.

Alguien había dado un anuncio anónimo a la prensa y algunos paparazzis se apostaron en la puerta del hospital para saber de la salud del señor Situ.

"Demonios."

Maldijo Lía y marcó un número en su celular.

No debía hacerlo en la ciudad pero era una emergencia.

"Cielo, llegaron los buitres, puedes deshacerte de ellos."

Por celular le pidió a Sten.

"Lo haré bebé, todo bien?"

Preguntó Sten.

"Si, estoy con ella."

Dijo Lía alejándose.

"No puedo hablar más...oh no!"

Su celular había sido rastreado.

Tommy en el departamento casi brincó cuando capturó la llamada de Lía a Sten.

"Se dónde estás, iré por ti."

Comentó Tommy mientras salía con prisa del departamento.

"Dániel, la tengo!"

" mHazte cargo de Sten!"

"Ahora!"

Gritó Tommy quien tomó una motocicleta que había comprado recientemente gracias a la generosidad de Joseph Situ.

Dániel observó las coordenadas y se escabulló de la casa.

Robó un auto y aceleró hacia donde estaba Sten.

John terminaba de almorzar junto a su familia cuando le pareció que todo estaba muy tranquilo ese día.

Tantos años de estar en activo, cuidándose las espaldas siempre, que el instinto de supervivencia estaba profundamente arraigado en él.

Tomó la mano de su hija y con su esposa entraron al búnker subterráneo.

Caminaron hasta la salida en silencio y uno de sus guardaespaldas lo saludó pero después se quedó quieto...

Lo habían apuñalado.

"Corre!"

"Vamos por el otro lado!"

Grito John.

Todos corrieron.

Salieron a una puerta secreta en una capilla aledaña y cerraron la puerta con seguro.

John abrazó a su esposa e hija y desenfundó su arma, su esposa también sacó su daga y ambos defendieron a su única hija.

Se oían gritos, balazos, gente corriendo por todos lados.

Era un ataque certero contra ellos.

"Paul!"

"Ayuda!"

"Nos quieren matar!"

"Dónde estan Lía y Sten?"

"Nos tienen rodeados."

"Paul mi hija, mi esposa!"

Gritó John.

Paul escuchó detonaciones cercanas, gritos de mujeres.

"John!"

"John!"

"Carajo John!"

"Llama a Sten y Lía, van a matar a John!"

"Dame vista satelital, ordena contraataque ya!"

Gritó Paul corriendo con el celular en la mano hacia su Bugatti Noire.

Necesitaba llegar rápido con John.

Tenía esperanzas de rescatarlo con vida.

O a su hija y esposa..

Trini le llamó y dijo con voz quebrada.

"Señor!"

"Señor Situ sufrió un ataque al corazón, está en el hospital!"

"Que?"

"Maldición!"

"Lo sabía!"

"Lo intuía!"

Gritó Paul golpeando la puerta del poderoso auto.

"Señor eso no es todo."

"Engañaron a Sten y Lía para que fueran al hospital."

"Ellos aún están ahí."

Paul cortó la llamada y aceleró aún más su potente vehículo.

Era clara una conspiración.

La abuela despertó algo sobresaltada.

"Dónde está Edward, dónde está Emily?"

Preguntó la abuela.

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