El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 8

Si la vida para Flora era muy difícil y complicada en ese momento de su vida, Emily vivía una situación  doblemente difícil y complicada.

Mientras atravesaba las puertas giratorias del edificio se mordía fuertemente los labios para controlar las lágrimas de coraje que amenazaban con derramarse por sus mejillas.

La super enfadada chica no quería que Ryan la viera llorar esa noche.

Emily puso una sonrisa cansada en su rostro cuando llegó hasta Ryan para saludarlo con un beso efímero en la mejilla.

Ryan observó la hora encendiendo su celular...

Era en verdad muy tarde para que la chica saliera de trabajar!

"Emily realmente tienes un jefe tan obsesionado con el trabajo?"

"Es muy tarde como para que tenga a sus empleados trabajando a estas hasta altas horas de la noche!"

Ryan no estaba para nada contento de que  Emily tuviera esas largas y extenuanates jornadas laborales.

Entonces notó algo en los labios de Emily cuando la observó bien...

Las marca en sus labios eran recientes?

Porque se veía tan triste Emily?

Estaría solo cansada por su arduo trabajo?

O el semblante decaído de la chica se debería a algo más?

"No es eso Ryan."

"Tuvimos un imprevisto con un contrato y tuve que ayudar a solucionarlo de último minuto."

"Es todo lo que ocurrio."

Emily comentó sin expresar emoción alguna.

Ella estaba respirando para tranquilizarse ya que Ryan no tenía la culpa de su reciente enfadó contra de ese maldito de Edward Situ.

"Cuéntame, como haz estado en estos días?"

"Cómo va tu empresa Ryan?"

Emily preguntó para cambiar el tema.

"He estado demasiado atareado con cosas legales e inversores."

"En verdad que no sabía que era tanto trabajo, pero es gratificante sabes?"

"Espero consolidarla muy pronto."

Ryan se acerca a Emily para acariciarle los brazos.

Ella acepta sus mimos, pues su toque la relaja.

"Ya que esa es mi meta, debo trabajar más duro."

"Sin embargo no dejo de preocuparme por ti y tu padre quien aún está recuperandose en el hospital."

Ryan abrazó a Emily por la cintura.

"Emily porque no haz aceptado mis invitaciones a cenar?"

Cuestionó con tono dolido el guapísimo joven.

"Ryan, disculpame por favor."

"Tu mismo acabas de comprobar lo ocupada que estoy en estos días, al igual que tú."

Emily bajó la cabeza recordando la mala jugada de Edward contra ella.

"Y temo que estaré aún más ocupada en estos días."

Emily se debatia si podía decirle a Ryan el maldito chantaje al que  Edward la estaba sometiendo...

Pero...

Edward también había amenazado con hacerle daño a Él y a su recién establecida empresa si ella no se mantenía alejada de Ryan.

Ryan la había ayudado demasiado.

Emily aún no había podido pagarle nada de honorarios.

Aunque Ryan le aseguró que no le debía nada, Emily no quería ser malagradecida con Él.

Ella no quería que Ryan pensara que se estaba aprovechando de Él.

"Emily?"

Ryan distrajo a la joven que estaba perdida en sus pensamientos.

"Ryan, no te enfades conmigo, por favor comprendeme."

"Se que dejaste muy claras tus intenciones pero en este momento de mi vida donde todo es tan..."

Ryan le había dejado muy claro sus intenciones de cortejarla hasta que fuera su novia por eso todos los días la invitaba a comer, a cenar a a salir de fin de semana...

Pero debía rechazarlo por su bien.

Emily no quería que nada malo le pasará por culpa de su nuevo jefe y CEO, Edward Situ.

"Trataré de hacerme tiempo para que podamos vernos, te parece bien?"

Emily logró que su voz no sonara estrangulada.

Ella bajó la cabeza para disimular las lágrimas que estaban a punto de salirle de sus pequeños ojos.

Porque?

Porque no podía simplemente decirle que si a ese dulce hombre que la quería de forma sublime?

Porque tenía que sufrir en silencio esa opresión en el pecho que le hacía difícil respirar debido a la creciente ansiedad?

Emily miró hacía el edificio y recordó el porque no podía decirle nada a Ryan.

"Comprendo perfectamente que estés ocupada Emily."

Ryan acomodó un mechón del suave cabello de Emily hacía un lado.

"No te preocupes, no iré a ningún lado en un futuro cercano."

"Realmente solo quiero pasar tiempo a tu lado Emily."

"Aunque sea yendo juntos a visitar a tu padre al hospital."

"Ryan..."

"Porque eres tan amable conmigo.."

Cuestionó Emily abatida mirándolo fijamente a sus hermosos ojos.

Los ojos de Ryan sonreían y brillaban de amor.

"Ya sabes la respuesta Emily."

"Me gustas y quiero estar a tu lado en el momento que tú lo consideres más prudente."

"Dime qué aún estás considerando mi propuesta."

Emily observó más detenidamente la unica ventana en los pisos superiores donde  había luz.

Esa era la oficina del CEO.

Emily pudo distinguir una figura oscura de pie mirando fijamente hacia abajo mientras fumaba.

Edward los había estado observando todo ese tiempo!

Al no obtener respuesta, Ryan le abrió la puerta del pasajero de su Masserati negro última edición a una nerviosa Emily.

Ella a toda prisa se deslizó dentro  para ambos pudieran ponerse en  marcha y dejar atrás la exasperante e intimidante visión de Edward.

"Informa al departamento de diseño que a partir de mañana trabajarán horas extras por 3 meses."

"si alguien se niega o se queja comenta que serán despedidos sin finiquito ni compensación alguna."

Edward hizo está terrible declaración con su voz más aspera.

Estaba muy enfadado en verdad

Carl, su primo permanecía sentado en el lujoso sillón de la oficina de su primo Edward.

Carl recién llegado esa misma noche a la ciudad después de haber terminado una especialización en negocios en el extranjero.

Edward miró por el reflejo de la enorme ventanal a su primo, quien era un par de años más joven que Él.

Carl poseía también ese aire de sofisticación y elegancia que distinguía a los Situ.

Con el cabello oscuro perfectamente peinado, Carl era casi de la misma estatura que Edward.

Poseedor de una tez morena clara, ojos almendrados brillantes, labios rojos y carnosos, Carl era bastante guapo y agradable a la vista.

Sin embargo, no era tan guapo como su primo, Edward.

Carl al igual que Edward tenía un poderoso y delgado físico, aunque Carl no era tan musculoso como Edward.

Su presencia era mucho más cálida, amable y menos intimidante qué su primo.

Su forma de es muy agradable.

Y sin embargo, las mujeres siempre  había preferido a su tosco y frío primo por encima de Él.

"Primo, a qué se debe esa repentina decisión?"

Cuestionó Carl a Edward antes de terminarse su vaso de fino whisky.

"En verdad quieres perder a tus valiosos empleados debido a esas jornadas extenuantes?"

Carl comentó al mismo tiempo que tomaba con sus manos los informes y estadísticas de cada departamento.

El departamento de diseño era, por mucho, el más productivo.

Además de que era el que menor tasa de errores y perdidas presentaba de todos los demás departamentos.

"No discutas mis órdenes Carl."

"Solo haz lo que te ordeno, de acuerdo."

Edward apartó la vista de la ventana para mirar de frente a su primo.

Exhaló el humo que había estado conteniendo en su boca de forma siniestra.

Edward había visto como Emily había corrido fuera del edificio para encontrarse con ese tal Ryan.

También había visto como ellos dos habían estado charlando amenamente antes de que ambos abordaran el mediocre auto de ese hombre.

Edward incluso pudo observar, con toda claridad, que Emily había permitido que ese estúpido de Ryan  la abrazara y acariciara!

Todo frente a su edificio!

Todo frente a Él!

Incluso ella de había mostrado sumisa bajando la cabeza ante Ryan.

Edward quería romperle el cuello a ese maldito de Ryan Niam!

Pero a quien de verdad quería castigar por sus errores era a Emily.

Le había advertido que se mantuviera alejada de su nuevo amante.

Y sin embargo, ella lo había desafiado abiertamente.

Hasta se había atrevido a dejar que la recogiera cuando salía del trabajo!

"Creo que es hora de que le haga una advertencia más fuerte."

Pensó Edward mientras apretaba los puños dentro de su bolsillos del pantalón.

"Es todo por hoy Carl, puedes retirarte."

Carl dejó los papeles en el escritorio de Edward para irse a descansar a la villa Situ.

Edward se sentó en su sillón ideando la forma más correcta de y placentera, para Él claro está, de castigar a esa desobediente Emily.

Al siguiente día ninguno de los empleados del departamento de diseño podía creer lo que escuchaba.

Reunidos frente a Carl, el nuevo asistente de CEO, hombres y mujeres escucharon la nueva orden.

Con una voz firme y hermosa Carl les comunicó que el CEO Edward Situ había ordenado que todos debían trabajar horas extras por tres meses.

Todas las empleadas de diseño se mostraba sumamente sorprendidas por dos hechos.

El primero y el que les había molestado más, fue que ellas tendrían que trabajar horas extras durante tres meses.

Y el segundo hecho que las dejó completamente impactadas fue que aquel joven que les hablaba era el  nuevo y guapísimo asistente del CEO.

"Escuché que es primo del CEO."

Comentó una chica en voz baja.

"Es tan guapo y varonil!"

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