El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 81

Un momento de fugaz penumbra en el concierto inundó a todo el auditorio.

Emily en su privado, aprieta fuertemente con sus delicadas manos su lightstick.

Unos segundos después la oscuridad se desvaneció cuando los fuegos artificiales iluminaron todo el cielo nocturno maravillando a todos.

Las chicas seguían cantando arriba del escenario.

Sus coreografias muy bien pulidas y perfectas asombran a todos.

El auditorio entero cantaba a una sola voz todas más canciones en coreano!

Emily disfrutaba de ese, su primer concierto en toda su vida.

Canción tras canción Emily dedicaba solo unos segundos para grabar, pues no quería vivir esa irrepetible experiencia solo a través de la pantalla de su celular.

La música vibraba a través de su cuerpo y ella trataba de seguir lo mejor posible las coreografias de las chicas.

Cantaba con verdadero fervor todas y cada una de las canciones.

Se sentía tan feliz en esa experiencia única que le parecía que el corazón se le salía del pecho de la felicidad.

La sombra que la observaba de lejos sonreía y memorizaba cada una de sus acciones, movimientos y gestos.

Se veía tan hermosa y sexi en ese corto vestido, esa peluca de cabello rubio, sus medias blancas que le llegaban hasta sus muslos enmarcando sus preciosas y suaves piernas...

Simplemente le parecía un festín para los ojos y lo recorría un fuerte impulso de ir hasta ella y demostrarle de forma apasionada, constante, poderosa y enérgica lo deliciosa que de veía.

Pero no.

No era lugar apropiado para eso.

Dániel en el cuarto de hospital de Tommy revisaba cada cinco minutos su celular en espera de que Emily actualizara su estado.

O hiciera un live, mandara una selfie o algo...

Algo que tranquilizara sus nervios y decepción de no haberla acompañado a ese concierto.

Cuando ella salió de la Villa Niam en ese auto exclusivo, pagado por el manager para llevarla al concierto, Dániel se sintió preocupado por ella.

Emily lucía tan hermosa, tan sexi, provocativa, dulce, ingenua....

Abrió su galería de fotos y observaba con calma cada una de las selfies que se habia tomado con ella antes del concierto.

Definitivamente había sido un excelente regalo ese vestido y tenía la intención de usarlo para su placer personal después...

"Deja ese celular y ayúdame a levantarme para ver a Teresse."

Pidió Tommy.

Dániel de mala gana guardó su celular antes de ayudarlo a incorporarse con cuidado.

Las heridas de Tommy estan sanando despacio, pero el chico aún no puede recuperar su equilibrio al caminar del todo.

De vez en cuando un dolor terrible de oídos y cabeza lo torturaban.

Teresse en la cama volvía a tener algo de su color rosado pero aún estaba en coma.

El delicado cuerpo de la chica habia perdido tanta sangre que casi había colpasado.

Las palabras que ella habia dicho taladraron profundamente la mente y corazón de Tomy.

El chico se sentía deprimido al recordarlas.

"No soy importante para él...."

Esa frase con su voz se repetía una y otra vez y lo hacían sentir muy culpable.

Él creía haber tenido muy claro que amaba a Lía.

Pero en ese corto tiempo esa pequeña niña de algún modo se había colado en su corazón.

Ahora Tommy sentía que no podría vivir si algo malo le pasará a Teresse.

Paul tocó la puerta abierta de la habitación de Teresse y les hizo señas a los dos para que salieran.

Tommy le dió un beso en los labios fríos a la chica para después salir de la había apoyado por Dániel pues cojeaba un poco debido al dolor..

Paul estaba al pendiente de ellos día y noche, pues ya tenía seguro a su muevo miembro de su equipo y no lo soltaría.

"Ella estará bien, pronto la despertarán."

Comenta Paul.

"Por ahora, Tommy enfócate en recuperarte pues te necesito en mi equipo lo antes posible."

"Dániel, también tengo un puesto para ti si quieres."

Asevera Paul, aunque realmente al único que quiere es a Tommy.

La habilidad del chico para infiltrarse en sistemas y otras cosas lo habían asombrado.

"Grácias pero no, es el sueño de Tommy ser parte de su equipo."

"Yo tengo otras aspiraciones."

Se disculpó Dániel.

"Lo entiendo."

Responde Paul algo aliviado.

"Sin embargo, tendrás apoyo y seguridad por parte de nuestro equipo."

"En caso de que lo requieras."

Ofrece Paul a Dániel.

"Ella puede ser tu asistente Tommy."

Está vez Paul hacía Tommy señalando a la dormida Teresse.

"Tómalo como un incentivo para realizar mejor tu trabajo, comprendes?"

Paúl sonrió de forma misteriosa.

Tommy suspiró agachando la cabeza.

Por dentro anhelaba que Teresse se quedará con él y tener alguien para adorar, pues Lía era como un sueño inalcanzable.

Pero faltaba ver si Teresse aceptaba o lo abandonaba como lo habia hecho antes de que pasara todo eso.

Dániel llevó a Tommy a su cama y volvió a revisar su celular.

Emily había subido otra selfie dónde se veían los fuegos artificiales y el escenario iluminados..

Algo le llamó la atención del chico por lo que comenzó a modificar la foto.

Un hombre de gorra negra estaba parado muy cerca del privado de Emily.

Intrigado, Dániel buscó otras de sus fotos y parecía que el hombre a veces estaba más cerca y a veces más lejos de ella.

Pero cuando notó que en su playera por detrás tenía un distintivo de Staff y colgaba de su cuello su identificación de seguridad, Dániel pudo relajarse un poco.

Pero en definitiva no estaba para nada tranquilo.

Juró nunca más dejar ir sola a Emily a ningún concierto.

Si ella quería ir a alguno, Dániel mismo se encargaría de comprar las entradas para los dos y acompañarla a todos lados.

No solo eran celos de ella.

Toda la situación con Joseph era difícil y peligrosa realmente.

Daniel también se habia enterado por Paul que había un tal Máscara de Bronce estaba tratando de controlar por la fuerza todo el submundo.

Muchas bandas rivales y pequeños capos habían desaparecido y aparecido torturados después como una advertencia a todo aquel que no se uniera a su organización.

La ambición de ese nuevo mafioso no se detenía ahí.

También pretende controlar todos los pequeños y grandes negocios.

En una sola palabra, ser el rey absoluto de esa ciudad.

Emily en el concierto anhelaba con todas sus fuerzas escuchar su canción favorita y cantarla con pasión desmedida.

Y por fin su sueño se cumplía pues la reconoció con solo unas pocas notas del intro de la canción.

Todo su cuerpo se estremecío pues por más alto que ponía el volumen en sus audífonos jamás se escucharía tan hermosa y vibrante como en ese concierto en vivo.

Con sus Idols frente a ella y Wendy que le parecía la más linda de todas.

Lágrimas de felicidad caían de sus ojos y la piel se le erizaba a cada frase que ella sistemáticamente sabía de memoria.

Su voz a veces se le quebraba...

Esa canción de algún modo resumía y enmarcaba su relación con cierto bastardo guapo.

Emily sentía suya esa canción en específico.

Sentía que la canción expresaba lo que ella sentía por él a la perfección.

Odio, amor, rabia, felicidad, intriga por conocer más de él, todo enredado y mezclado con fuerza.

Ahora que sabía que ellos estaba destinados a estar juntos pero...

Todo pasaba por su mente mientras disfrutaba de esa, su canción y de Edward.

Cuando casi terminaba esa canción, la lamparita volvió a fallarle.

Está vez, emily no tuvo miedo pues el escenario la iluminaba bastante.

Pero la sombra aprovechó el momento para escurrirse hábilmente en su privado y abrazarla.

Emily sorprendida volteó a ver al hombre y aunque la gorra le tapaba bastante de su cara ella lo pudo distinguir bien.

Se veía más delgado, pálido, ojeroso...

Cansado y melancólico.

Emily pudo notar un cambio en Edward.

Los ojos de ambos se encontraron expresando tantas cosas en silencio...

Edward recargó a Emily en su pecho para poder sentirla mas cerca de él abrazandola con fuerza.

Él habia añorado tanto su pequeño y delicado cuerpo.

Aunque quería sacarla de ahí y llevarla a un lugar donde hacerle todo lo que su cuerpo le dictaba, Edward se controla muy bien.

Él solo quiere resarcir el profundo daño que le habia causado a la inocente niña.

En el escenario las chicas cantaban otra canción, pero poco a poco le pareció a Emily que el mundo desaparecia fundida a Edward en ese abrazo.

Ahora solo estaban ellos dos ahí en ese lugar.

Abrazada a él, Emily tiene tantas preguntas,

tantas dudas,

tantas emociones encontradas...

Tanto de todo que ella no sabía cómo expresar nada.

Las pequeñas manos de ella lo abrazaron más fuerte mientras se mordía el labio para no llorar.

Edward le alzó el rostro antes de pegar su boca a su oído para susurrarle solo una palabra.

"Perdoname."

Después, Edward buscó los labios de la bella chica.

Ambos se dieron el beso más cargado de sentimientos y emociones que nunca antes se habían dado.

Todo lo que no podían expresar con palabras lo podían sentir a través de ese cálido, profundo beso.

Con el corazón palpitandoles desordenadamente, ambos se separaron un momento para juntar sus frentes.

Respiraban agitados, las manos de Edward se mantenía en los costados de la pequeña carita de Emily.

La veía con detenimiento.

Simplemente hermosa y delicada, refinada y estilizada...

Simplemente perfecta.

Y no la habia sabido valorar el muy imbécil.

Emily sentía su corazón latirle desesperadamente.

Ella no quería que se terminara el beso ni dejar de abrazarlo.

Él despertaba en ella tantas emociones y sensaciones tanto buenas como malas.

Le complicaba la existencia y después solucionaba todo como con ese beso.

Edward pudo escuchar una canción específica.

Sabiendo que tenía poco tiempo volvió a besar a Emily dejándole todo su amor por ella y su arrepentimiento de sus acciones en ese beso.

El beso comenzó a despertar el deseo de ambos pero cuando las manos de ambos comenzaron a moverse por sus cuerpos, Edward se separó.

Le dió un beso en la frente, una última mirada profunda para recordar ese momento y corrió fuera de su privado.

"Edward no, espera, debo hablar contigo!"

"Edward!"

"Vuelve!"

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