El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 168

Nadie entraría en la oficina, eso lo saben los dos perfectamente.

No importa el caótico desorden de la habitación.

Todo podría ser pateado o apartado a un rincón para que ningunonde los dos se lastimara los pies o tropezara con alguna cosa en el suelo.

"Tengo tantas ganas de hacerte el amor."

"Mis manos tienen vida propia."

"No puedo pensar cuando estar así, conmigo."

"Solo mi cuerpo piensa."

Edward libera las palabras que se forman en su mente.

Él no tiene miedo de decirlas a su amada pues sabe que ella lo entiende mejor que nadie.

Solo ella, su amada Emily.

"Tu olor me intoxica de amor."

"Tu cuerpo me atrae irresistiblemente, como un enorme imán del cual soy presa."

Lorelay escucha con los ojos cerrados sus palabras susurradas al oído mientras que las manos expertas de Edward recorren su cuerpo...

Desabrochando su blusa con suavidad.

Subiendo con tortuosa lentitud su falda hacia su cintura.

Cuando lo hace, Edward acaricia las hermosas piernas blancas y suaves de su bella chica.

Sus cuerpos reaccionan, se retuercen, se pegan más, jadean juntos por más.

Un beso aquí...

Seguido de un apretón de una pequeña mano a una gran y cálida mano que acaricia, excita y explora lo que ya recorrió antes con urgencia.

Manos que ahora reclaman la tersa piel de la chica.

Manos que aprietan, masajean, amasan y hacen gemir...

"Pero lo que me vuelve loco es tener esta dualidad de ti."

"Esta mujer que tengo ahora en mis manos, en mis brazos, que siento que se derrite conmigo."

"Me encanta Emily!"

"Mi tierna Emily."

"Ingenua, a mi total disposición."

"Tu versión frágil y juvenil."

"La niña que me entregó lo mas preciado de ella, su virtud, su virginidad."

Edward habla mientras recorre con su boca cada centímetro de piel suave y caliente.

"Mas bien la robaste a la fuerza."

"Me forzaste Edward."

"Me secuestraste esa noche y tomaste de mi lo mas preciado que tenía..."

Contradice de forma dura Lorelay.

"mmmhhhh..."

"bastardo....

"Suéltame..."

Edward al notar su cambio toma ambas manos de la chica para inmovilizarla.

Con su otra mano rodeó la cintura pequeña de Lorelay pegándo la tersa y suave espalda de ella a su pecho.

El cual ahora está más marcado por el intenso entrenamiento al que Edward se vió forzado a realizar con la abuela Freda.

"Y esta parte de ti me encanta también."

"La guerrera y fuerte Lorelay."

"Lamujer que me saca de mis casillas, que me hace difícil cada paso hacía ella."

"Atrevida, segura de si misma, fría como un enorme iceberg en un mar helado."

Lorelay lucha por soltarse pero sus intentos se ven rebasados por Edward.

Si ella se mueve a la izquierda para intentar algo, Edward se le adelanta.

Si Lorelay intenta deslizarse, Edward logra mantenerla pegada a su cuerpo.

"Esta versión tuya..."

"Asesina, calculadora, arrogante me hace admirarte."

"Me hace querer conquistarte más."

"Me inunda la emoción de poseerte, de destruirte en mis manos y reconstruirte con mi amor..."

Lorelay puede sentir la caliente, gorda y dura erección de Edward en su pantalón mientras él susurra todas esas palabras en su oído.

PROVOCANDOLA!

"Tu forma de ser ahora hace que te ame mas de lo que ya te amo o de lo que te amé antes."

"No eres la única que ha aprendido más de nuestras vidas juntos."

Lorelay siente que su corazón empieza a repararse, soldando las grietas que le quedaban al recordar lo hijo de puta que Edward se comportó con ella antes de desaparecer de su vida.

"He tenido el curso mega intensivo con tu abuela."

"Tu madre me ha hecho su persona favorita para mostrarme cosas que nadie más sabe."

Edward voltea a su amada para verla a los ojos.

"Todo lo que ahora hago, lo hago por ti."

"Porque te mereces toda una vida de compensaciones por lo idiota que fui en el pasado."

"Si tuviera que atravesar las brasas del infierno descalzo para llegar a ti, lo haría sin dudarlo."

"Si tuviera que morir congelado para demostrarte cuanto siento haberte herido, lo haría sin parpadear."

Edward deja de hablar, pero sigue mirando los hermosos ojos de su delirio femenino.

Aunque Lorelay usa esos pupilentes, Edward puede ver a través de ellos.

Él ahora es capaz de ver su alma entrelazada con la de él.

Ellos dos estuvieron enlazados desde el principio, hace tantos siglos atrás.

Ellos jamás dejaron de perseguirse, de sufrir, de purificar su amor mediante el sufrimiento, la tortura, la tristeza, el llanto y la cruel separación.

Cada vida más dolorosa que la anterior.

Cada muerte más terrible que la anterior.

Cada sentimiento de amor más arraigado profundamente, más tatuado a fuego, a hierro, indeleble en la mente, alma y corazón de ambos.

"Y de la misma forma en que pude comprar la cajita con tu corazón, el cual nos representa pues es de un material indestructible, rojo, de una sola pieza."

"Tallado por ti cuando más furiosa estabas, ahora es que quiero estar contigo."

Lorelay derriba sus defensas y abraza a Edward fuertemente descansando su cabeza en su pecho, escuchando su corazón latir con fuerza.

Los dos se unen un solo latido, un solo sonido, un solo amor a través del tiempo.

Edward la abraza más fuerte acariciando su suave cabello rubio y su carita preciosa con los ojos cerrados.

Con suavidad amorosa, Edward acaricia también la energía de la chica con su energía, la cual se combina alrededor de ellos, furiosa y pacificadora a la vez.

Los dos son tan intensos, contradictorios, agresivos, únicos.

"Todo lo que haga para y por ti será porque quiero."

Declara Edward levantando la cabeza de la hermosa chica para que lo mire a los ojos.

Sosteniendo su mentón con su gran mano, Edward la besa robándole el aliento.

"Porque puedo hacerlo..."

Las manos de Lorelay quitan la ropa del cuerpo de Edward.

Él no lo permite, pero si la carga para recostarla en la cama, donde se situa arriba de ella, aprisionándola.

Lorelay por un momento deja de pensar y deja que su cuerpo y sus sentimientos tomen las riendas de la situación, reclamando atención, cariño, pasión y orgasmos.

Ella, que había mantenido su posición dura, fría, implacable en todo momento con Edward y con otras personas, ahora se siente pequeña, frágil, delicada en sus manos.

Pero esa sensación le encanta.

Tan jodidamente le encanta que Edward la haga sentir indefensa en su presencia, aunque los dos saben perfectamente que ella es muy fuerte.

Pero la presencia de Edward la convierte en otra mujer.

La convierte en la sumisa, débil, ansiosa, deseosa y anhelante Emily.

Edward lo sabe.

Él puede leer la expresión de la chica y sabe que ella podría dominarlo sin problema como antes.

Ella tuvo su vida en sus manos, pudo haberlo asesinado sin más como a su primo Carl.

Y no mostrar piedad alguna.

Pudo haberlo torturado lentamente, cortándolo, asfixiándolo, quemándole el cuerpo para que sintiera dolor físico, pero le hizo más daño con su desaparición.

Su aparición como otra mujer cambiada es la versión feroz y agresiva de la versión femenina de ella en otros tiempos.

Cuando Edward era un jodido bastardo sin sentimientos.

Y sin embargo, en ese momento, ella lo desea.

Y el la desea tan desesperadamente!

Los besos encienden la hoguera de su pasión.

Las manos de Lorelay permanecen totalmente estiradas por arriba de su cabeza mientras Edward enlaza una manos con las de ella.

El cuerpo de Edward sobre ella le impide ponerse de pie.

Pero aunque pudiera, Lorelay no quiere levantarse.

Ella quiere dejarse llevar por lo que siente y darse permiso de disfrutar.

Solo con Edward despierta la pasión brutal, animal, básica, ardiente, deliciosa que ahora envuelve a Lorelay, volviéndola loca!

Los labios de Edward se separan un poco reteniendo el labio de Lorelay entre sus dientes sin hacerle demasiado daño.

"Te amo y te voy a regalar un orgasmo."

"Se que estas ocupada y que este ambiente no es el más propicio para amarte como quiero."

Soltando las manos de la chica, Edward se desliza hacia la entrepierna necesitada y mojada de la chica.

Edward aspira el olor embriagante de la excitación líquida de su amada a través del encaje de la ropa interior que usa Lorelay.

"Delicioso..."

Gime Edward antes de llevarse un dedo a su boca para lubricarlo con su saliva e insertarlo dentro del canal apretado de la excitada chica.

Pulgada a pulgada el dedo desaparece, dentro mientras la experta y cálida lengua de Edward de desliza por los pliegues suaves de su amada.

"mmmmhhhhh..."

"AAAAAAAHHHH!"

Lorelay mirándolo fijamente se retuerce bajo su toque.

Su sexo palpita, aprieta el dedo de Edward mientras su lengua incrementa el placer.

Aunque ella aún no tiene suficiente para placet.

Un dedo más se introduce, Lorelay echa la cabeza hacia atrás cerrando los ojos sintiendo que un fuego le recorre cada terminación nerviosa de su cuerpo.

"Este será solo el comienzo."

"Nosotros ya tendremos sexo rápido."

"Eso es de adolescentes inexpertos."

Jadeos,

respiraciones agitadas de ambos, gemidos,

locura caliente total!

"Pero, por el momento quiero sentir como pierdes el control debajo de mi."

"Quiero ver como tu orgasmo te golpea enviándote al glorioso placer, porque ese será mi placer también."

Las acometidas de Edward se hicieron más rápidas, certeras y duras.

La boca de Edward se cerró sobre el punto hinchado y durito de Lorelay haciéndola gemir y rogar por más!

"Si..."

"Más, Edward, más!"

"Déjame tocarte por favor."

Súplica la chica con voz jadeante.

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