El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 158

Como si le hubieran quitado una venda de los ojos...

O como si le hubieran aclarado la visión, Edward por fin pudo ver el hermoso perfil de la mujer que tanto había añorado y soñado en estos años de su desaparición!

Su asombro fue tanto que su mente concebía mil ideas y pensamientos de lo que había pasado entre ella y él.

Edward dejó de prestar atención a todo lo que pasaba a su alrededor solo para fijar su completa atención a Lorelay, por lo que no escucha la conmoción que de incrementa en la sala.

"Esta es tu última oportunidad niña Laersen de salvar tu dignidad y terminar con este farsa ridícula!"

Sentencia la abuela Situ.

"De lo contrario sabes que usaremos el suero para que digas la verdad."

Asevera la abuela Freda.

La grabación de la supuesta confesión de los hechos de la duquesa Aneka terminó, por lo que la abuela Situ se levanta elegantemente de su silla haciendo gala de su poderosa aura.

La duquesa Aneka se niega a decir nada más.

Jens se levanta furioso hacia el lado opuesto de la chimenea sopesando las acciones que puede tomar en ese momento.

Al final decide afrontar las consecuencias, pues ahora tiene un mejor objetivo de su afecto.

"De acuerdo, lo admito."

Comienza diciendo el duque de forma muy baja, por lo que los presentes en la sala casi no pudieron escucharlo, excepto Lorelay quien lo observa atentamente.

El aura del hombre no h cambiado nada, solo se ha incrementado su presencia maligna.

Lorelay sabe que debe tener cuidado con ese hombre.

Ago le dice que Jens Laersen será un oponente difícil de derribar.

"Pues tal vez usted lo admita duque Jens, pero usted no está en juicio, sino Edward y su hermana."

"Por lo que ahora que ya escuchamos sus mentiras, los reales merecen saber lo que en verdad pasó."

Lorelay se levanta de su asiento sacando de sus pensamientos a Edward.

Él por fin percibe el aire hostil de la habitación, la cual parece por momentos más oscura a pesar de las potentes luces.

Con el pequeño frasco que le entregó su abuela, Lorelay camina hasta la chica quien la mira con una expresión de miedo que todo el mundo puede ver, pero nadie se interpone en su camino.

La presencia de Lorelay es demasiado fuerte, por lo que todos comprenden que no es buena idea enfrentarse a ella.

"Permitame a mi hacerlo, es mi hermana después de todo."

Jens se coloca al lado de Lorelay para tomar su mano con el suero en las suyas, dejando claro a todo el mundo que tiene una fuerte inclinación sentimental por la hermosa chica.

Lorelay ignora a Jens y en cambio le  dedica una sonrisa malvada a Aneka.

Pero el gesto del duque Jens no pasa desapercibido por Edward, quien se levanta de su silla para interponerse entre ambos, quitándole la mano del duque de la mano de Lorelay.

"Guarde sus distancias con ella duque, ella no está disponible."

Edward amenaza a Jens quien solo se ríe por las palabras de Edward.

Lorelay ignora a los dos molestos hombres para verter el contenido del pequeño frasco en la boca de la chica quien comienza a llorar desconsoladamente.

Lorelay se sienta al lado de su abuela, la abuela Situ se situa de pie frente a todos.

La matriarca Situ le tiende una mano a Edward para que coloque a lado.

La chica Baek vestida de blanco sigue en el suelo sollozando a los pies de la abuela Freda.

"Eres una desgracia para nuestra notable familia."

"Seras expulsada y señalada."

"Todos tus poderes serán retirados por mí."

"Dame la mano ahora y te permitiré recordar algo de tu vida."

Lorelay ordena de forma dura y cruda a la traidora Baek.

Los llantos de ambas chicas inundan la sala y sin embargo la chica obedece.

Ella puede sentir una fuerte e imponente presencia Baek proviniendo de Lorelay, por lo que le da la mano.

En al acto sus pocos poderes y la formula del afrodisíacos desaparecen de la memoria de la chica como si se jamás los hubiera conocido.

"Ahora eres una mujer ordinaria."

Indica Lorelay.

"No obstante, serás marcada para que los Baek estén prevenidos."

"Ahora cállate ya porque quiero escuchar."

La traidora se calla ante la orden de Lorelay.

La duquesa Aneka llora e intenta taparse la boca con la mano, pero las palabras parecen que quieren ser expulsadas de su interior, por lo que su confesión da inicio.

"Hace unos días supe que Edward vendría a la boda de su hermana y rogué a mis padres para que pudiéramos asistir mi hermano y yo en su representación."

"Fui a la casa de la chica de blanco, pues ella es una Baek poderosa que antes me había ayudado con infusiones para la buena salud y la suerte."

"Pero esta vez quería un afrodisíaco para ganarme el corazón de Edward, pues conozco bien su fijación con esa mujer llamada Emily Mi a la cual buscó por todos lados."

"Me teñí el cabello para parecerme a ella."

"Incluso pude conseguir una foto con de ella con un vestido, por lo que me vesti con uno similar para de ese modo llamar la atención del duque Edward Situ hoy...."

"Así que cuando ví que me seguía caminé más rápido hasta encontrar la salita."

"Cuando llegué pude entrar sin ser vista al castillo y al curiosear la encontré y me pareció buen lugar para poder seducirlo..."

Los sollozos entrecortan las palabras de la chica, pero el suero la obliga a seguir hablando.

Las personas de la realeza la escuchan con cara seria.

"Cuando lo ví alcanzarme, me puse el afrodisíaco, solo unas gotas para que me confundiera."

"Pronto ya tenía a Edward encima de mi besándome."

"Yo quería ser la señora Situ."

"Tengo sangre real al igual que Edward, por lo cual merece una esposa digna!"

"Esa simple mujer solo es una mujer más sin chiste ni títulos, ella no es  nadie!"

"Nada pasó entre Edward y yo porque desafortunadamente una mujer llegó para grabarnos con su celular."

"Después llegó otro hombre y al poco tiempo llegó esa mujer llamada Lorelay con otro hombre que no concozco."

"De no ser por ellos ahora mismo estaría casándome con Edward."

"No es justo!"

Harta de oír sus palabras, Lorelay se levanta rápida y ágilmente para a abofetear tan fuerte a la pobre chica quien giró la cabeza hacia el suelo antes de llevarse las manos a su mejilla por el dolor.

Nunca en su vida nadie la había tocado.

Y ahora esa mujer corriente la había abofeteado.

Pero que osadía!

"OOOHHHHH...."

Todos los reales dijeron a coro.

Aneka se levantó para esconderse detrás de su hermano quien mantiene una lucha de miradas con Lorelay.

Pero la visión de ella, de su belleza lo cautiva más de lo que puede odiarla por golpear a su hermanita.

"Debo decirle que tengo parte de culpa en esto, pues debí de cuidar mejor de mi hermana."

"Asumiré la responsabilidad de sus actos, por favor discúlpennos."

"Retiramos todas las ofensas y agravios que les hicimos a la noble familia Situ."

"Compensaremos estos perjurios cometidos."

"Aneka discúlpate, ambos debemos hacerlo."

Ordena el duque Jens a su estúpida hermana.

Aneka con la mano en su mejilla mira sorprendida a su hermano.

Ella comprende muy tarde que no su hermano no la apoyara en esto.

Ella jura vengara de esa mujer que la golpeó.

Nadie se mete con ella.

Mucho menos una plebeya cualquiera!

"Lamentamos nuestras acciones, lamentamos si causamos problemas."

"Por favor abuela Situ y abuela Freda discúlpennos, sus altezas reales, discúlpennos."

Los chicos se inclinan para ofrecer sus disculpas.

Pero eso no será suficiente para las familias Situ Baek.

"Aceptamos sus disculpas."

"Aún así sus nombres serán borrados de la lista de amigos de los Situ."

"Los Baek no volverán a tener tratos con los Laersen."

"Por lo que les resta de vida ustedes serán vetados de las dos familias."

"Por favor, les pido que nos acompañen al jardín para poder comunicarles a todos una gran noticias."

Indican con autoridad alternadamente la abuela Situ y la abuela Freda.

La abuela Situ golpea el piso dos veces, una puerta secreta se abre para llevarlos directamente al jardín sin necesidad de bajar las escaleras.

Los condes, condesas y marqueses caminan maravillados del pasadizo secreto en el castillo.

Los Laersen caminan abrazados custodiados por Tim y Thomas, quienes no dejarán que se marchen sin escuchar lo que las abuelas tienen que decir.

Edward detiene a Lorelay.

Él coloca mano en la mejilla de la bella chica para observarla detenidamente.

Después de permitirle que Edward la mire por unos segundos le retira la mano .

Lorelay camina hacia su abuela para darle el brazo y salir con ella de la sala.

"Siempre has sido lento y tonto en el amor Edward."

"Por eso es que pedí que te trajeran aquí."

"Debes entrenar como ella."

"Ahora vamos que esto tienes que escucharlo."

La abuela Situ una vez más regaña a su tonto y ciego nieto.

Ella y Edward caminan detrás de todo el mundo para unirse a la fiesta que sigue su curso en el inmenso jardín del castillo.

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