El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 46

Emily caminaba bajo la fina lluvia rumbo al supermercado para comprar un poco de comida.

Tal vez frutas y algunas verduras.

Con sus audífonos, Emily escuchaba su música favorita que había descargado en Spotify.

Aunque ahora sus gustos en música se habían vuelto tan depresivos como ella.

Había insistido en ir sola caminando para despejarse y darles algo de privacidad a Ryan y Flora en su departamento.

A veces los  sorprendía besándose apasionadamente o abrazándose tiernamente.

Cuando ellos la veían se separaban muy apenados.

Emily encontró adorable que los dos se pusieran rojos debido a la pena.

Ambos trataban de mesurar su amor frente a ella, por eso ahora, en su último día de incapacidad, ella por fin habia salido a calle.

Caminaba despacio, distraída sin importarle si pisaba charcos o se mojaba los tenis.

Sonrió levemente cuando se acordó de lo que había pasado ese día en el restaurante y aún no lo podía creer.

Después de esa terrible noche en la que Sarah había ido a gritar tonterías al departamento de Ryan, Flora y Él habian hablado y aclarado algunas cosas.

Pero aún se sentía un ambiente tenso y triste, por eso, para animar ambas, en secreto Ryan planeó llevarlas a cenar a un restaurante íntimo y delicioso.

Ese día les pidió a las chicas que se arreglaran y lo acompañaran a un evento de caridad para niños de un orfanato.

Ninguna se negó.

Emily al haber estado en un orfanato sentía esa necesidad de ayudarlos tanto como podía.

Flora sabía que Emily era huérfana, pues su padre la había adoptado.

Cuando llegaron al restaurante les pidió que cenaran primero.

Los tres charlaron animadamente mientras les servían deliciosa comida reconfortante.

Los tres olvidaron el mal rato que habían pasado.

Ryan fingió tirar algo debajo de la mesa.

"Flora, podrías levantarte un momento y ayudarme a buscar mi mancuerna de la camisa por favor?"

Pidió con voz temblorosa Ryan.

Flora asintió sin sospechar nada y se levantó de su asiento.

Ella desbloqueó su celular para encender la luz para buscar la mancuerna, cuando Ryan le quitó el celular de las manos.

Ella miró extrañada cuando Ryan se puso de pie frente a ella.

Después se hincó y sacó la cajita de terciopelo negro abriendola despacio frente a ella.

"Flora, quieres casarte conmigo?"

Todas las energías de Ryan se consumieron en esa sola oración.

Estaba demasiado nervioso y la mano con la caja le temblaba un poco...

O eso Él sentía.

Flora se llevó las manos a la boca impactada y miró a Ryan hincado frente a ella con un anillo precioso de pequeños diamantes.

Emily había visto todo en cámara lenta como si le hubiera puesto velocidad reducida a la vida.

Ella jamás había esperado eso de Ryan.

"Si!! Si, si, si si si!"

"Mil millones de veces si!"

Gritó Flora demasiado alegre  conteniendo las lágrimas de felicidad.

Tomó la mano de Ryan para que se levantara.

Él aún nervioso y sudoroso le colocó el anillo.

Casi se le cae al suelo,  pero recobró la compostura y se lo puso.

Sus largos dedos estaban terriblemente fríos por el nerviosismo.

El pobre corazón del chico latía acelerado de felicidad.

"Felicidades a ambos!"

Emily gritó y aplaudió un par de veces.

Los demás comensales también les aplaudieron y silbaron.

"Beso, Beso, beso."

Es lo que coreaban todos en voz baja primero, pero después lo hicieron en voz alta.

Ryan se acercó a Flora que derramaba lágrimas felices.

La abrazó y besó muy dulcemente.

"Aaaaaaawwwww."

Dijeron todas las mujeres.

Los hombres silbáron y aplaudieron.

Ambos se sentaron apenados, en especial Flora, a quien  Emily abrazó.

En verdad se sentía feliz por la futura boda de su hermana con Ryan.

Emily no sentía ni una pizca de celos.

Valoraba llevarse bien con su hermana después de todos los sinsabores que habían vivido de niñas.

También apreciaba a Ryan mucho, pues fue Él quien ayudó a su padre y a ellas en el momento en que hasta su madrastra Lily los había abandonado.

Ahora tenía una ilusión al verlos felices.

Pidieron postre después de la conmoción y algunas personas los felicitaron en persona.

Un auto piso un charco con una llanta e hizo que un chorro de agua cayera en la acera y casi mojara los pies Emily.

Ella dejó de recordar y se dió cuenta de que ya había llegado al supermercado.

Entró secándose muy bien los pies y sin quitarse los audífonos.

Caminaba por los pasillos del supermercado observando todo y dejando algunas cosas en su carrito de compras.

Meditaba todo y nada cuando llegó a la fila de la caja para pagar.

En las portadas de las revistas de chicas, Emily observaba toda clase de títulos como..

"Atrae a tu hombre ideal en 7 pasos" o

"Cómo reconocer a tu media naranja y ser felices."

Ella nunca había había sido superficial al leer esas revistas, solo las veía en su casa, pues Lily y Flora las compraban, pero Emily tenía prohibido tomarlas.

La cajera le informó que ese día había una promoción en el supermercado por aniversario del mismo.

Si llegaba a cierto monto en sus compras totales, tenía una oportunidad de participar en un concurso en los pasillos laterales.

Los premios iban desde plumas, libretas, toallas de baño, una despensa y un fabuloso cupón con crédito para comprar incluso un celular.

Ella recordó que su celular había desaparecido en el huracán y decidió participar por ese cupón.

Pero habia un problema, la competición por el cupón era en pareja.

Emily participó en las competencias sencillas por las libretas y plumas grabadas con los logos del supermercado.

En una gran mesa, un pastel enorme con el logo del supermercado se dejaba ver y había algunos platos y tenedores.

Unas chicas cortaban en delgadas rebanadas el pastel para repartirlo entre los clientes que se acercaban.

Decepcionada por no poder participar por el cupón, guardó todo en su sudadera, agradeció a las animadoras y se dirigió para recoger su bolsa de paquetería.

De pronto una mano la detuvo y ella observó a quien la había detenido.

"Perdonenme señorita por el atrevimiento, pero no está acompañada?"

La cuestionó un hombre de unos veintitantos, que llevaba igual que ella ropa deportiva y tenis.

Al ver su ropa de ambos, sintieron que se habían vestido para coincidir.

El hombre es mucho más alto que Emily.

Se veía tímido y lindo.

Sus ojos resolandencian sin maldad.

Parecía un niño muy grande y afable.

"Porque lo pregunta?"

Respondió Emily quitándose los audífonos y apagando su música del iPod.

"Perdóneme el atrevimiento, pero quisiera preguntarle si podríamos participar juntos por el cupón..."

"Yo estoy solo al igual que usted."

"Además, ya participé por las libretitas y plumas y..."

"Bueno la verdad es que no tengo acompañante."

"La ví participando sola, así que por eso me atreví a preguntarle."

Rascándose la nuca apenado, el hombre pronunciaba sus palabras con nerviosismo.

Pero en verdad quería participar por el cupón.

El hombre tenía planes para ese cupón y ahora se había enterado que se le daba a la pareja, uno para cada uno.

Emily lo observó con cuidado.

Su rostro y amabilidad la sorprendió.

Sus facciones eran tan lindas, suaves y se iluminaban con cada sonrisa de Él.

Su voz no era tan grave, pero si encantadora y no habia rastro de de ironía en sus preguntas ni sarcasmo.

De verdad le pedía genuinamente que participaran en ese concurso.

Emily sonrió contagiada por su entusiasmo y respondió amablemente.

"De acuerdo, pero cuál es tu nombre?"

"Yo soy Emily, mucho gusto."

Le extendió su mano para saludarlo.

El hombre sonrió aliviado soltando una exhalación de alivio antes de decirle.

"Hola Emily, me llamo Dániel."

"Vamos a registrarnos?"

"La competencia comenzará en unos minutos."

Dániel comentó observando a más parejas inscribirse en una tabla donde anotaban sus nombres.

Después de escribir sus nombres observaron el circuito que tenían que recorrer en el menor tiempo posible.

Era una pista de obstáculos, donde corrían, saltaban en unos trampolines, subían y bajaban por ellos.

Después se ataban los pies para correr en tres pies hacía la meta.

Estudiaron como llegar primero y decidieron una estrategia en voz baja.

Emily se sintió competitiva.

Quería ese cupón y canjearlo por un celular nuevo que ella pudiera usar.

Ya no quería que nadie le comprara nada.

"Su atención por favor, la competencia comenzará en cinco minutos, tomen sus puestos por favor."

Veinte parejas se habían inscrito y ellos estaba en el puesto número doce.

El subgerente les dió la bienvenida a todos.

Comenzó agradeciendo su preferencia por comprar en ese supermercado y lanzó el banderazo de salida para la primera pareja.

Dániel y Emily observaron como la primera pareja hacia el circuito.

El subgerente anotaba personalmente el tiempo que marcaba en su cronómetro.

Algunas parejas solo participaron por pura diversión.

De vez en cuando, cuando brincaban en los trampolines juntos, se divertían tanto que  no se preocupaban del tiempo.

Una pareja en particular llamó la atención de Emily por su dulzura entre ambos.

Comenzaron bien pero cuando llegaron a los trampolines se abrazaron y besaron mientras brincaban.

Cuando subían, el chico le daba la mano a la chica, la ayudaba a subir para después correr hacía la meta.

Pero en el proceso, ellos cayeron muertos de risa.

Muchas parejas se retiraron después de participar, pues no les interesaba el cupón.

Cuando fue el turno de Emily y Dániel lo hicieron de la forma más rápida posible.

Dániel le daba la mano a Emily cuando saltaba rápidamente por los trampolines.

La abrazó casi al punto de cargarla para llegar más rápido a la meta en la carrera de tres pies.

Ella también lo había abrazado fuerte para no caer en la carrera.

El subgerente los felicitó y ellos se dieron un feliz abrazo espontáneo.

Se rieron torpemente por lo que habían hecho.

Dániel le dió una pequeña botella de agua a Emily que estaban en una mesa para los participantes.

"Creo que fuimos muy rápidos!"

"Ojalá que seamos los ganadores."

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