El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 153

Edward se siente como si estuviera viendo a una mujer diferente recostada en esa cama blanca que es bañada por el sol de la tarde.

Él no puede despegar los ojos de ella.

A pesar que Lorelay está herida y dormida, Edward se siente poderosamente atraído por ella.

Acercándose a ella la niebla blanca se situa exactamente sobre Lorelay, logrando que sus facciones sean ligeramente diferentes, por lo que Edward puede observar como se hubiera visto en vida Leila, la madre biológica de la chica.

Sentandose en la cama, al lado de ella Edward toma su mano.

Acariciandola delicadamente Edward se maravilla por lo increíblemente suave de su piel.

Las manos de Lorelay le recuerdan las suaves manos de Emily.

"Sabes?"

"Desde el momento que te conocí, pude sentir que me odiabas."

"A cada momento me hacías sentir tu profundo resentimiento cargado de odio como si yo te hubiera hecho mucho daño antes."

Edward habla en voz con Lorelay.

"Tal vez tu supiste todas las bajezas que le hice a mi adorada Emily..."

"O mi abuela te contó de lo bastardo, cretino hijo de puta que fuí con ella y puedo asegurarte que ella no se lo merecía."

Edward guarda silencio por un segundo porque el dolor al recordar lo que le hizo a su amada le hace sentirse mal.

"Después de conocerte he visto que eres una mujer interesante y fuerte."

"Tu visión del arte es extraordinaria y tienes un don para los negocios, eso me lo demostraste."

"Despierta para que podamos seguir compitiendo Lorelay."

"Nunca antes había encontrado a una mujer que se me asemejara en los negocios."

"Por eso querida Lorelay, despierta, por favor."

"Quiero que me disculpes por no haberte defendido ni buscado más intensamente..."

"Tal vez no merezco tu perdón, pero lo suplicaré de rodillas."

Edward impulsado por la neblina blanca, habla más de lo que quisiera.

Tanto que ni él mismo se reconoce.

Acercando su cuerpo al de la chica, a Edward se le antoja pensar que ella es la bella durmiente...

Pero él no es le príncipe azul que ella espera.

Sin detener las caricias a la fría mano de Lorelay, ella la mueve un poco, por lo que Edward le acaricia el brazo que no está herido.

"Es tan bella."

Piensa Edward, quien se levanta un poco y deposita un beso en la frente de Lorelay.

"Lorelay, despierta, estás a salvo."

La voz de Edward resuena en la mente Lorelay, quien poco a poco abre los ojos.

Ella puede sentir con claridad la presencia de los dos espiritus puros quienes se situan al lado de su abuela Leila, tomandola de la mano.

Lorelay abre muy despacio los ojos.

Lo primero que observa es a Edward a su lado.

Ella puede ver que este es Edward más humano, está más tranquilo y es menos duro e inflexible.

Pero aún le queda mucho que asimilar y aprender.

La cálida niebla blanca envuelve delicadamente la visión de Edward, logrando que se nuble y no reconozca a la chica.

Leila comprende que a pesar del amor que ambos sienten, Edward todavía no esta listo para tener de vuelta a Emily.

Los ojos de la chica recorren toda la habitación detalladamente cuando su visión de aclara.

Ella siente que ya ha estado ahí antes, pues esa era la habitación que su madre uso cuando estaba embarazada de ella.

Lorelay se siente feliz al estar en un ambiente acogedor.

"Dinamarca."

"Mamá estoy en tus tierras."

Piensa Lorelay.

Fijando sus ojos en el guapo hombre que la observa tranquilamente, Lorelay intenta hablar o decirle algo a Edward, pero no logra emitir ningún sonido.

"No te esfuerces Lorelay, me alegra que estes despierta."

"Todos nos alegraremos."

Edward calma a la chica.

"Estas en Dinamarca, en la casa de la señora Freda Baek, quien es buena amiga de mi abuela."

"Tus heridas eran muy delicadas y la abuela consideró que era necesario traerte para que sanaras rápido."

"Todo está bien, iré a avisar que despertaste, regresaré pronto."

Edward se inclina para abrazarla y se quedan así por unos segundos.

Con los ojos cerrados, él evoca amores de otras épocas, de otras vidas, que por fin están encontrando camino para poder ser felices.

"Abuela!"

"Lorelay despertó!"

Fue lo primero que Edward exclama cuando estuvo frente a las dos grandes matriarcas que estaban tomando sus respectivos tés.

El té contiene una mezcla secreta de hierbas que las mantiene en buena salud y evita el desgaste de sus cuerpos debido al paso del tiempo.

"Sabía que podrías despertarla!"

"Vamos Aline, es hora de revisar sus heridas."

"Dile a tu nieta que se nos una, necesitamos de su ayuda."

Pide la matriarca Baek a su amiga mientras se levanta de su asiento.

Elizabeth se apresura a entrar con sus abuelas para revisar a la convaleciente Lorelay, dejando en un silencio incomodo a Bruce y Edward, quien siente la mirada pesada de Bruce en todo momento.

"Siempre quise desafiarte, pero solo logre desafiar a tu amigo, quien no resultó estar al nivel que esperaba."

Asevera Bruce con tono enfadado y rudo.

"Te dijo tu abuela que entrenaras conmigo para poder ser digno de mi hermana?"

Cuestiona burlonamente Bruce a Edward.

"De verdad me encantaría que Emily te rechazara y sintieras algo de su dolor."

"Pero al menos golpearte un poco para vengarla."

Edward no aparta la mirada de Bruce.

Aunque sea su cuñado, hermano de su adorada Emily, no mostrará debilidad ante ningún otro hombre, por lo que ambos se enfrentan de pie, retándose.

Bruce desiste, pues no quiere arriesgarse a algún enfado o regaño por parte de Elizabeth, la única mujer después de su hermana y abuela que tienen poder total sobre él.

"Solo te salvas Situ porque la boda con mi amada Elizabeth es mañana."

"De otra forma sería un placer para mí romperte esa cara de niño bonito que tienes."

"Y despues le presentaría a mejores hombres que tú a mi hermanita."

"Hombres que de verdad la merezcan, hombres Baek."

Sacando su celular para confirmar los preparativos y las flores en el castillo, Bruce se alejarse de Edward quien se sienta en la silla de jardín para observar el paisaje.

Pero no puede estar mucho tiempo sin hacer nada, por lo que también saca su celular y revisa estadísticas de las empresas.

Dentro de la casa, las tres mujeres se reúnen en torno a la cama de Lorelay, quien ya puede hablar, cosa que no la asombra, pues lo atribuye a su madre, Leila.

Con mucho cuidado revisan la herida de Lorelay, quien siente menos dolor.

Ella se siente recuperada, como si hubiera dormido por mucho tiempo.

"Mi niña, tu herida está cerrando muy bien."

"El color oscuro que amenazaba con propagarse por tu piel ha retrocedido bastante."

"Las heridas también de tus piernas están casi sanadas."

"Lo único que nos preocupaba era tu corazón y tu mente, pero por tu semblante puedo ver que estas mucho mejor."

"Dime mi nieta, se debe a Edward o a alguien más?"

La abuela Freda toma más extractos de su mueble especial.

Uno de los extractos herbales es para las heridas de su nieta adorada se curen el doble de rápido.

La preparación de extracto de vida es muy difícil y complicado, pero la abuela Freda piensa que es vital que ellos sepan elaborarlo.

"Mi mamá me ayudó demasiado, al igual que ella protegió a Edward."

Responde la niña recostada.

"La presencia de Edward me hizo despertar."

"Abuela, él respetó a Lorelay, aunque mi madre pudo sentir su fuerte anhelo por besarme, pero en su mente solo estaba Emily."

"Pero lo que realmente me ayudó cuando estaba perdida en mi sueño profundo fueron dos seres de luz que mi madre acompañó."

"Elizabeth es cierto que tu y Bruce?"

Lorelay sabe del embarazo de su cuñada.

Solo quiere la confirmación de la chica.

"Si Lorelay, estoy embarazada."

"Las abuelas dicen que tendré gemelos, puedes creerlo?"

Responde emocionada Elizabeth.

"Dos hermosos bebes Baek-Situ que nacerán sin cargas de vidas pasadas."

"Dos hermosos bebés libres para ser felices y hacer su propio camino, sin ataduras."

Lorelay siente una alegría inmensa, pues Elizabeth la contagia de su felicidad.

Aunque Lorelay siente un poco de decepcion también pues ella alguna vez quiso tener hijos y consentirlos tanto como a ella nunca la consintieron antes.

"Es un milagro."

"Ninguna mujer Baek por matrimonio antes había tenido gemelos."

"Eres la primera de nuestra familia!"

Elizabeth ya sabia lo que Lorelay dice.

Ella se siente feliz cuando lo escucha de labios de su adorada cuñada.

"Aun no revelaras tu identidad a mi hermano?"

Cuestiona Elizabeth a su cuñada.

"Él ha sufrido mucho desde que te fuiste, creeme ha cambiado demasiado."

"Siempre se sintió terrible por las atrocidades que te hizo en el pasado."

"Se que no debería de abogar por él, pues a mi también me trató muy mal por muchos años pero..."

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