El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 11

Sentado al lado de Carl, el auto de lujo de los jóvenes Situ llegó rápidamente a una residencia exclusiva dónde la sofisticación, elegancia y naturaleza convivían juntos.

Descendiendo del auto, Thomas, el mayordomo les dió la bienvenida a ambos jóvenes maestros.

Cortesmente los guío hasta la sala donde una mujer elegante estaba sentada mientras bebía un aromático té.

"Abuela, buenas noches."

Edward y Carl dijeron respetuosamente a coro haciendo una reverencia.

Acto seguido se sentaron en el sillón frente a ella.

"Vengan acá y denle un abrazo a su abuela par de mocosos."

Ordenó de forma maternal la abuela Aline Situ quien es la matriarca de la Familia Situ.

La abuela Aline Situ es una mujer en la flor de sus bien vividos cincuenta años, pero que más bien parece no tener más de cuarenta años.

De cabello color chocolate muy claro, brillante, largo e impecablemente arreglado en todo momento del día.

Su tez blanca casi sin arrugas, los labios rosados, pómulos perfectos, hermosa nariz pequeña y respingada junto con sus ojos avellana, hacen de la abuela Aline Situ una belleza clásica.

Pero sus ojos avellana...

Son tan penetrantes que sientes que ella ya conoce todos y cada uno de tus sucios secretos cuando te taladra con ellos.

Su cuerpo es delgado, joven, todavía con curvas y atlético.

Pero, debido al paso de los años y algunas dolencias que la había aquejado, se había menguado un poco la movilidad de la abuela, por lo cual ella usaba un bastón para apoyarse.

Aunque también lo usaba como arma para corregir a su gente y en especial a sus nietos.

Vestida siempre a la ultima moda, con accesorios nunca ostentosos ni llamativos, la pequeña abuela Situ es la perfecta armonia entre clase, belleza refinada y poder femenino.

Amorosa a su modo, la abuela Alien Situ posee los modales de los aristócratas de antaño.

Y se siente muy orgullosa de ella misma y de toda su familia.

Exceptuando a cierto patán despreciable que había embaucado a su única pobre hija para poder casarse con ella aún en contra de la voluntad de toda la familia Situ.

Pero el mayor orgullo de la abuela Aline es el par de nietos guapos, inteligentes, testarudos, tercos e impulsivos tal como fueron ella y su finado esposo.

Con un fuerte abrazo y un beso en las mejillas de sus nietos, la abuela miró ambos detenidamente.

Después de un momento se volvió a sentar con elegancia innata y les pidió a sus nietos que tomarán asiento.

El mayordomo se acercó y les sirvió a los jóvenes el mismo aromático té que estaba bebiendo la señora Aline.

Sin preambulos, la abuela Situ preguntó.

"Dime Edward, te divertiste en tu cruzada para humillar a la familia Mu y en especial aprovecharte de esa jovencita?"

Edward quien estaba recibiendo el té de manos del mayordomo casi lo deja caer cuando escuchó la pregunta de su abuela.

Se suponía que la abuela Aline estaba en su villa, en Dinamarca, cuando Edward había trazado y ejecutado su plan contra los Mu.

Cómo se pudo haber enterado ella?

"Contesta a tu abuela muchacho."

Demandó enérgicamente la abuela Situ.

"Abuela tu..."

"Cómo lo sabes?"

Cuestiono Edward asombrado.

"Ellos mataron a Lucy abuela!"

Edward exclamó con evidente rencor en su tono de voz.

"Merecían todos y cada uno de los miembros de esa maldita familia pagar por la muerte de Lucy."

"No fue humillación injustificada abuela, fue solo para vengar a mi amada Lucy."

Ni buen Edward terminó sus palabras la abuela Situ golpeó el piso con su bastón con mucha fuerza.

Ese inesperado sonido hizo que tanto Edward, Carl, incluso Thomas, el mayordomo, brincaron del susto.

Todos voltearon a verla con asombro.

"No me mientas Edward Situ!"

Exclamó molesta la abuela.

"Yo también pude ver las vergonzosas noticias dónde abandonaste a esa pobre chica en esa habitación!"

"Estoy segura de que tú la llevaste a ese lugar con algún engañó."

"Y después de cometer tu bajeza, la dejaste a merced de los periodistas."

Sentenció la abuela con voz enfadada.

"Una joven chica que, después de que investigue un poco y pedí a mi gente que hicieran algunas averiguaciones..."

La abuela tenía los ojos fijos con tanta fuerza sobre Edward que el heredero Situ se sentía clavado en el sillón frente a ella sin poder moverse.

"Ella jamás había tenido nada que ver contigo.

"Y mucho menos conocía ni había tratado a tu Lucy..."

"Esa inocente chica no te había hecho ningún mal ni a la joven Rotten."

La abuela dejó de taladrar con sus ojos a su tonto nieto para darle un sorbo a su insípido té.

"Estoy segura de que la drogaste y la usaste para tus fines malvados y deshonrosos."

La abuela siguió hablando, pues nadie interrumpía a la matriarca de los Situ.

"Mientras que a tú supuesta y aclamada "prometida" Flora y su madre, casi las perdonaste."

Las palabras de la abuela Situ estaban tan cargadas de verdad que parecía que ella había estado al lado de Edward todo ese tiempo.

"Dime mocoso, con tu jueguito de estúpidas venganzas infantiles, lograste devolverle la vida Lucy?"

Carl miraba conmocionado a la abuela!

Después a su primo, Edward.

Carl no se atrevía a emitir ni una sola palabra ni moverse mucho.

La abuela Aline Situ cuando estaba enojada era severa, dura e intransigente.

No sería la Matriarca de la familia Situ si no fuera de esta manera.

"Abuela Situ."

Edward por fin recuperó su voz...

"Se que no estuvieron bien mis acciones pero estaba muy enojado en verdad."

"No pensaba correctamente en ese entonces."

Intentó justificarse Edward.

"Solo quería desquitarme con alguien perdóname."

Después de explicarse como niño pequeño, Edward bajó la mirada sumisamente.

NUNCA podría ganarle a su abuela.

"Sabías que haz dejado una mancha en el distinguido apellido Situ mocoso?"

"Tus reprochables acciones me han hecho sentirme terriblemente decepcionada de ti."

La abuela dejó la taza casi llena del té, pues ya no le apetecía en absoluto.

"Así como me decepcionó tu forma retrógrada de tratar un asunto sin resolver."

"Abuela, ellas cortaron los frenos del auto de Lucy."

Se defendió Edward.

"Tienes pruebas irrefutables sobre esa acusación, mocoso?"

"Testigos acaso?"

Inquirió la abuela dándole miradas inquisitorias a su terco nieto.

"No."

Respondió de mala gana Edward.

"Entonces son solo especulaciones tuyas, mocoso?"

La abuela cruzó con elegancia la pierna esperando la respuesta de Edward.

"Cuando recuperaron el auto de Lucy del fondo del río, me informaron que sus frenos habían sido cortados."

"Después averigüé que tanto Flora Mu como su madre, Lily Mu habían acosado a Lucy para que rompiera su compromiso conmigo."

Edward declaró con voz firme.

"Y Emily Mu que hizo contra Lucy o contra ti?"

La pregunta desarmó a Edward.

Tal vez Emily era la más inocente en todo ese asunto, pero en ese momento a Edward no le importaba nada.

Llevaba borracho más de una semana.

Quería ahogar sus penas en alcohol.

Quería engañarse, fingir que Lucy todavía estaba en el mundo de los vivos.

Quería perderse tanto que incluso llegó a desear la muerte también.

Quería que todos en esa despreciable familia sufrieran un poco del dolor que Él sintió desde el momento en que tuvo que separarse de su amada...

Pero un día en que Edward salía con su chófer hacía un exclusivo bar, de pura casualidad divisó a Emily cuando la jovencita salia del trabajo.

Averiguó que Emily estaba trabajando en esa diminuta empresa de entregas.

Una tarde ordeno a su gente que la secuestraran y la llevaran en estado inconsciente a esa habitación privada donde la encontró por la noche.

Pero Emily solo había sido drogada un poco con afrodisíaco, por lo que despertó cuándo Edward llegó...

Lo que pasó después no estaba planeado.

Pero fue sumamente placentero para Edward.

Aunque no lo admitiría en voz alta, ni con la más terrible de las torturas.

Una sonrisa burlona apareció en los labios de Carl que disimuló muy bien mientras bebía un poco de té.

El primo de Edward no era tonto, aunque a veces parecía demasiado ingenuo e inocente para ser un Situ.

Carl ya había visto por el mismo la "atracción" y "celos" que su primo Edward sentía por esa niña llamada Emily Mu.

Y entendía a la perfección lo que su abuela decía.

"Abuela, me disculpo por mis acciones, no volveré a actuar de forma tan impulsiva."

Suplicó por perdón Edward, pero no estaba nada arrepentido por sus acciones.

"No deberías disculparte conmigo solamente muchacho tonto."

Comentó la abuela Aline mientras se levantaba para sentarse más cerca de Edward.

"Tú sabías perfectamente que Lucy no era de mi agrado."

Las pequeñas y delicadas manos de la abuela Situ tomaron las grandes y cálidas manos de su nieto.

"Aunque tú insististe en comprometerte con ella a pesar de mi rechazo."

"No me alegra la muerte de Lucy Rotten."

"Mucho menos me gustó la forma en que como manejaste esa perdida después."

"Tampoco me agrado como te desquitaste contra esa familia, que no era ni tan poderosa ni adinerada como lo somos los Situ."

Edward se sentía como un pequeño niño regañado en ese momento.

Su abuela siempre había sido firme con los tres herederos Situ, pero con Edward siempre había sido más exigente.

"Sin embargo, lo que hiciste hecho hecho está y no podemos cambiar el pasado."

"Solo superarlo y seguir adelante."

La abuela acarició con amor la mejilla suave de su nieto.

La sonrisa de la abuela le comunicó, son palabras a Edward que ella ya no estaba tan molesta con Él.

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