El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 117

Mientras que para Lorelay había Sido un día ajetreado en la empresa de diseño, Edward observó todo a la distancia.

Cuando ella y Carolina salieron de su oficina para dirigirse a la empresa de diseño, Paul junto con Edward observaron sus redes sociales.

Los dos se dieron cuenta que la estrategia de marketing y publicidad que Lorelay había comenzado es agresiva y efectiva.

Las redes están vueltas locas por tantos comentarios,tantos me gusta y compartidos en las publicaciones de los artistas plásticos afamados.

E incluso la página recién creada empresa de diseño ya tiene miles de seguidores, me gusta y comentarios!

Cuando la inesperada noticia decía que los artistas James y Aurora irían juntos, con sus prometidos a una empresa en particular del centro de la ciudad las redes habian colapsado.

Una sola foto mostrando coordenadas en la cuenta personal de Aurora y James había desatado todo.

Se mostraban lives de fans de los artistas que aseguraban que tanto Aurora como James irían a un edificio de diseño y convivirian con sus admiradores.

Jóvenes de todas las edades, mujeres y hombres se dieron cita en ese lugar.

Edward pudo ver desde su ventana como la multitud comenzó a congregarse.

Paul que estaba esperando que Tommy le diera noticias de las flores que más le gustaban a Carolina, se levantó con el celular en mano después de recibir mas de diez notificaciones de noticias de sus redes del inesperado evento del día.

Posicionando al lado de Edward, Paul también pudo ver desde la ventana el alboroto en la calle.

Los vendedores de muñecos, pasteles, regalos y demas cosas se dieron cita discretamente en las calles.

Las tiendas aledañas vendieron lo que tenían de existencias en solo unas horas.

"Creo que puedes irte despidiendo de esa empresa amigo."

"Esa mujer te jodio completamente."

"Ya viste esto?"

Paul le enseña en su celular como instagram y twitter tienen problemas debido a tanta interacción de los cibernautas con respecto a James y Aurora.

"Y no solo son ellos tienen cientos de seguidores."

"Ese tal Dániel tiene tambien su buena base de seguidoras locas."

Apunta Paul.

"Mira, declaraciones de amor, peticiones de mano, incluso una chica le ofreció una cantidad nada despreciable por pasar solo una noche con ella."

"Amigo, encontraste una mujer que puede ser tu contraparte femenina en los negocios."

"Y sabes que es lo peor del caso?"

Edward lo escucha en silencio.

Él sabe que Paul tiene razón, pero no está enojado ni muestra señales de enfado..

De hecho lo que siente en este momento es un alivio, pues él siempre mantuvo en su poder esa empresa solo por Emily.

Por nostalgia.

Por el intenso amor que le profesa solo a ella.

En manos de Lorelay, tal vez Emily podría regresar a la empresa.

De esa forma Edward tendría una única oportunidad de volver a verla.

"Que es lo peor del caso idiota?"

"Además de tener que desperdiciar mi valioso tiempo contigo imbécil?"

Responde Edward en forma de preguntas mientras cierra los ojos y se frota la frente con una mano.

"Que le permitiste a ella hacer contigo lo que le viniera en gana..."

"No protestaste y ni siquiera te mostraste un poco enfadado con ella."

Responde categórico Paul.

"Estás enamorandote de ella, verdad?"

"Por fin vas a pasar del capítulo de Emily?"

Inquiere Paul con mucho interés.

Edward resopla aburrido antes de apartarse de la ventana en silencio, pues no tiene ninguna intención de contestarle a Paul.

Sentandose en el mismo lugar en el que se sentó Lorelay, Edward cierra los ojos evocando el recuerdo de la bella rubia.

El aroma débil, fresco y nostálgico de la chica aún flota en ese lugar.

Es verdad que Edward en esos tres años se ha mantenido alejado de toda mujer que se la ha ofrecido.

Edward no ha ido a ningún bar para ligar alguna mujer, ni ha pensado siquiera en pagarle a una mujer por satisfacerlo sexualmente.

Es por eso que aquella vez que despertó en esa habitación de hotel rodeado de mujeres, Edward tuvo la certeza que no las había tocado.

Incluso Edward aún guarda el ligero recuerdo de haber hablado con una mujer que tenía la misma voz de Emily.

Aún con los ojos cerrados, Edward puede recordar a Lorelay sentada encima de él...

Además de las inmensas ansias que él tenía en ese momento de besarla, abrazarla, acariciarla, protegerla y poseerla.

Pero Edward se mantuvo firme en su amor y fidelidad a su amada Emily.

Harto de compadecerse, Edward se levanta y abre la puerta de su cava personal.

Saca un vino importado de Italia que uno de sus socios del bajo mundo le habia enviado.

Paul que estaba jugando con su celular dando vueltas en el asiento giratorio de Edward escucha cuando saca el corcho de la botella, por lo que toma otra copa de vino del mueble de madera.

Sentándose frente a su amigo en silencio, Paul solo mira a su amigo.

Edward le sirve vino en su copa antes de servirse un poco.

Mirando el líquido rojizo dentro de su fina copa de cristal cortado, Edward toma un par de sorbos para mitigar un poco la zozobra que siente en su interior.

Si pudiera describir lo que le está ocurriendo en ese momento o desde que conocio a Lorelay, diría que su cuerpo y alma le gritan desesperadamente que debe estar con ella.

Alma y corazón le gritan que debe estar con ella día y noche.

Que es su deber amarla y protegerla de todos.

Ese sentimiento lo confunde, pues es casi el mismo sentimiento que sentia antes que Emily desapareciera.

Todos los dias de esos malditos y solitarios tres años desde la desaparición de Emily, Edward se odió a si mismo por haberla lastimado tanto ese maldito día.

Ese maldito día en que tiró todo el amor que ella le tenía a la basura al haber sido un patán bastardo.

"Soy un idiota."

Exclama Edward en voz baja.

"Eres un idiota, porque dejaste ir a una chica linda que te quería más que a su vida..."

"Una chica que te perdonó a pesar de lo que le hiciste en un principio..."

Secunda Paul.

"Ella te quería a pesar de que fuiste desde un principio un bastardo con ella."

"Emily soportó tu carácter de los mil demonios y todas tus estupideces."

"Ella soporto tu inmenso ego, incluso si mal no recuerdo, te salvó la vida..."

"Dos veces no?"

Paul sigue haciendo sentir miserable a Edward.

"Y ahora estás en un dilema porque ya te enamoraste de esa hermosa mujer que no te tiene miedo y que se pone al tu por tu contigo."

"Es simplemente muy divertido."

Exclama burlonamente Paul.

Edward no quiere pensar nada en ese momento.

Su razón le dicta una cosa,

su cuerpo le dice otra,

su corazón está herido y su alma se le escapa poco a poco día tras día.

Edward conserva intacta la esperanza que su amada Emily regrese con él.

O que pueda enterarse de una fuente confiable y comprobar por él mismo que ella esta bien.

Tal vez ella pudo establecerse lejos, en algún país extranjero y es feliz con otro hombre...

Lejos, muy lejos de él.

Volviendo a llenar su copa casi hasta el borde, Edward quiere anestesiarse por un momento y no pensar en nada doloroso por unas horas.

Paul por más que quiera acompañarlo, quiere estar sobrio para tener una opotunidad con Carolina.

Sandra toca la puerta para mostrarle a Edward unas estadísticas de las que antes era casi inexistentes acciones de la empresa de diseño.

Las cuales ahora estan subiendo de valor como la espuma!

Edward toma la laptop en sus manos para mirar las estadísticas.

Antes que Sandra salga, Edward le pide.

"Sandra, tráeme otras dos botellas de este vino."

"Puedes retirarte después."

"Mañana te espero puntual."

Sandra se alegra al escuchar eso!

De ese modo tendrá el tiempo suficiente para arreglarse para su cita con ese guapo abogado con ese nombre tan particular.

"Si señor Situ."

Responde de inmediato Sandra.

Las dos botellas llegan a la oficina de Edward en menos de cinco minutos.

Paul sabe que su amigo quiere beber hasta quedar en estado casi inconsciente, no es la primera vez que lo observa así.

Ahora es por Lorelay que está de ese modo.

Edward abre con una llave una cajita de madera y saca un puro para después extenderle uno a Paul.

El celular de Paul vibra, por lo que él atiende de inmediato.

Paul espera que sea Tommy con la valiosa información que requiere!

"Paul, despues de tratar de investigar a Carolina, no pude encontrar ni siquiera su nombre en algún lado."

"Es un maldito fantasma que no tiene pasado en ningún lado."

"Y no es porque tenga un equipo que esté protegiendo su identidad."

Indica Tommy.

"Simplemente ella no existe."

"No tiene registro de nacimiento."

"No tiene ningún documento escolar, ni historial médico, no tiene nada!"

"Estás solo en esto Paul."

"No pude encontrar ningún dato y menos sus preferencias de flores, asi que será mejor que tengas un plan B."

"Es todo por ahora."

"Disculpa, tengo varios pedidos, transferencias y clientes que rastrear y monitorear."

Tommy exclama con seriedad.

"Ni se te ocurra mandar a mi novia a hacer ninguna labor de espía a tu favor."

La línea de quedo en silencio después de esa última frase de Tommy.

Paul sabe que esta en un problema grueso!

Si no sabe cuales son las flores favoritas de Carolina, no podría acercarse ni siquiera a ella!

"Edward, por más que me encante pasar tiempo contigo, tengo una misión que cumplir."

"Y es importante para mí."

Paul habla hacia su amigo.

"Seguirás aquí idiotizandote con licor y puros?"

"Tendré que regresar a levantarte del suelo?"

"O quieres que mande a alguna chica linda que se parezca a tu adorada Emily?"

Cuestiona Paul.

Edward que observaba en su celular la foto de Emily en el concierto se levanta enojado.

Él trata de darle un puñetazo en la cara a Paul, pero su amigo esquiva el golpe.

Paul le da un fuerte golpe a Edward en el pecho.

"Largate de una vez que me fastidia tener que ver tu grotesca cara de idiota Paul."

Paul se rie mientras se aleja cerrando la puerta detrás de él.

Sabe que tendrá que hablarle a Lorelay más tarde para que haga entrar en razón a Edward y deje de beber.

Caminando rápidamente, Paul hace mil llamadas a todas las florerías cercanas y lejanas.

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