El Prohibido Amor de un CEO romance Capítulo 67

Mirando fijamente los ojos de Emily, Edward despertó completamente del estado de letargo en el que se encontraba un minuto atrás.

No fue consciente de las palabras que pronunció lentamente pero sabía que había dicho algo en respuesta a Emily.

"Que haces aquí?"

"Dónde estoy."

Emily se secó las lágrimas de sus ojos y exhaló más tranquila, este si era el Edward que conocía.

"Sufriste algo parecido a un ataque al corazón."

"El doctor dijo que pudo ser inducido por alguna especie de droga nueva que se impregnó en tu ropa..."

"Tu abuela y tu hermana están aquí."

"También una chica me pidió que le diera tu ropa para analizarla, mira aquí la tengo."

Emily iba a explicarle que se la iba a dar a su especialista, pero Edward se preocupó cuando vió que la tenía entre sus manos, pegando su ropa tóxica a su cuerpo.

Furioso por su descuido, comenzó a gritarle.

"Suelta esa ropa de inmediato!"

"Porque tomas mi ropa si esta impregnada con esa sustancia?"

"Acaso eres tonta o te haces tonta?"

"Sal de aquí!"

"Ve a qué te revisen!"

"Llama a mi abuela ahora y lárgate!"

Emily no entendía la causa de su molestia.

Ella no se sentía mal, ella creía que si hubiera sido tan tóxica la ropa el personal médico se la habría llevado.

Además, la chica dijo que fue Shirley quien lo indujo a ese estado.

No debería enojarse con ella y gritarle a ella?

Al verla que no reaccionaba y se quedaba con la ropa en las manos, inmóvil, Edward quien aún no tenía las suficientes fuerzas para levantarse y arrastrarla a la enfermería para que la revisaran y al bebé, pulsó el botón de asistencia.

Una enfermera entró rápidamente.

"Llevate a esta mujer de aquí y que la examinen a conciencia ahora!"

"Ha estado en contacto con algún tóxico peligroso."

"Llamen a mi abuela o a mi hermana."

Siguió gritando Edward a la atónita enfermera, quien solo pudo tomar del brazo a Emily y arrastrarla fuera de la habitación, quitandole la ropa del paciente de las manos.

"Señorita, debo hacer lo que el Señor Situ me dice."

"Vamos la llevaré a la enfermería."

La consoló la asustada enfermera y ambas caminaron a un cubículo al final de pasillo, tan lejos como fuera posible de Edward.

La abuela entró rápidamente y vió que su nieto luchaba por alcanzar su celular.

Ella lo detuvo.

"Cómo te sientes niño?"

"Dónde está Emily?"

Preguntó la abuela al ver qué estaba solo Edward en la habitación.

"Abuela, que te dijo el doctor?"

"Porque llegue aquí?"

Edward no estaba acostumbrado a verse vulnerable, le desagradaba depender de las personas.

Pero en este caso el intenso y duro dolor lo había golpeado tan fuerte que perdió el conocimiento.

"Al parecer el doctor encontró rastros de una nueva droga rara."

"No sabe cómo llegó a tu sistema."

"Edward, que hacías antes de perder el conocimiento?"

La abuela no sabía que Shirley había ido a verlo a su oficina antes de su ataque.

Edward recordó y Shirley fue la última persona con la que habló o en su caso discutió.

Entonces sus ojos se abrieron más aún.

Había mencionado que Lucy estaba viva.

"Abuela, Shirley fue a verme y después de que se fue me sentí mal."

"Discutimos porque cree que me casaré con ella este fin de semana."

"Dijo que mi padre y el suyo ya tenían ese acuerdo."

Comentó Edward restándole importancia a ese evento cuidando de no decirle a la abuela de Lucy, pues sabía que no le agradaba nada.

"Ese sinvergüenza bastardo!"

"Se atreve a desafiarme."

"Pues si quiere eso, puedo destruirlo fácilmente!"

"Él menos que nadie debería de obligarte a casarte!"

"Yo arreglaré esto, pero donde está Emily?"

"A dónde la mandaste?"

"Porque no está a tu lado?"

La abuela se acercó a su nieto y le tomó su mano, grande y ahora cálida.

"Abuela, está embarazada y aún así tomó mi ropa con sus manos,."

"De hecho me la mostró!"

"Si el doctor dijo que había rastros de droga en mi ropa el bebé y ella pueden verse afectados!"

"Le pedí a una enfermera que la llevara a qué la revisen."

"Abuela cuida de ella."

"Es tan tonta y pone en riesgo su salud y la de mi hijo!"

Pidió Edward quien comenzaba a recuperar sus fuerzas.

"Iré a verla, Elizabeth entrara a verte, tu primo fue a la empresa..."

"Edward pediste o gritaste que la llevarán a revisar?"

La abuela conocía a su nieto muy bien.

"Eso no importa!"

"Abuela, el bebé aún es muy frágil y puede perderlo!"

"Cerciorarte si está bien por favor!"

Un equipo médico entró y la abuela ya no pudo replicar nada.

Salió de la habitación y le pidió a Elizabeth que entrara.

Mirando para todos lados, la abuela le preguntó a Tim.

"A dónde se llevaron a Emily?"

Tim no pudo responderle, porque en ese momento había pasado una enfermera muy guapa y se había distraído.

"La buscaré y tú haz lo mismo."

"Que los gorilas de Edward se queden cuidando la puerta, hazlo ya."

Ordenó la abuela.

Tim apenado fue a buscar a Emily.

Emily por su parte terminaba su chequeo.

La enfermera habló.

"Te sientes mejor?"

"Él es algo tuyo?"

Le preguntó la enfermera, esperanzada de qué le dijera que no, pues si fuera su novio o esposo sentiría pena por ella.

"Es solo mi jefe."

Declaró Emily bajándose de la mesa de revisión y componiendose la ropa.

"Gracias por tu amabilidad, debo irme."

Dijo Emily mientras abría con cuidado la puerta del cubículo, asomaba la cabeza al pasillo y se escurría rápido por las escaleras...

No quería regresar a ver a Edward forzada por su abuela, al menos ese día ni muchos otros...

Simplemente no quería verlo.

Ella se había sentido tan preocupada por él.

Le había dicho que lo amaba.

Incluso lloró por él!

"Porque siempre me comportaré como una estúpida frente a él?"

Se regañó mentalmente Emily  frunciendo el ceño muy molesta.

Caminaba con rabia y tomó un taxi para regresar a la casa a terminar.

"Mi deseo se cumplió, pedí que despertarás aunque me gritaras y lo hiciste."

"Ahora mantente lejos de mi."

Pensó Emily sentada en el taxi.

Dániel se había demorado más de lo que habría querido fingiendo revisar a Elizabeth, que por un momento olvidó a dónde tenía que ir.

Siguió en secreto a la abuela y a Elizabeth hasta que llegaron a un pasillo donde los guardaespaldas de Edward no lo dejaron entrar.

Siguió buscando por todos lados pero no la pudo encontrar en ningún lado.

Frustrado, se fue a su departamento pues quería ver qué estaba haciendo Tommy con Lía.

"Emily, regresaste!"

"Tu amigo salió del coma?"

Le preguntó un chico de su equipo y ella asintió, aún estaba molesta y no quería descargar su irá con nadie inocente.

Motivada por su coraje, marcó el número de Johana, la líder del equipo de diseño del departamento y preguntó.

"Señorita Johana, cómo va todo?"

Del otro lado, Johana tuvo que salir al pasillo, pues el ruido en el departamento hacía difícil escuchar lo que Emily hablaba.

"Señorita Emily, estamos casi por terminar la recamara del bebé."

"Mañana afinaremos detalles con usted  en persona y ..."

Le comentó Johana.

"No Johana, no regresaré a ese departamento, tengo mucho trabajo aquí."

"Confío en ti para terminar ese proyecto."

"Podrás entregarlo tu misma al señor Situ?"

"Él mismo me ha asignado otro proyecto."

Comentó con voz fuerte y algo molesta, no quería saber nada de su vida, su departamento, su bebé, nada!

Incluso renunciaba al bono que le ofrecía Carl y el reconocimiento.

Ella pagaría directamente de su sueldo la operación de su padre para no deberle nada.

"Pero señorita Emily."

"Usted es la diseñadora en jefe."

"Usted debería de..."

Trató de razonar con ella Johana.

Pero Emily no escuchó más sus palabras y fue contundente con ella.

Johana aceptó poner su nombre como diseñadora en jefe y encargarse desde ese momento de terminar todo y entregarlo al cliente.

Sten recuperó su movilidad y salió algo torpe del armario.

Asustó a algunas enfermeras que estaban ahí.

Se disculpó con ellas  y marcó el celular de Lía pero estaba apagado.

Aún así rastreó donde estaba y para su mala suerte lo encontró en un basurero del hospital.

Después corrió a ver a Edward, quien le comunicó que habían atacado a John y que Paul iba a rescatarlo.

"Nos tendieron una trampa y te usaron."

Comentó Sten y antes de irse le dijo.

"Se llevaron a Lía también."

"Acaso podría empeorar este día más?"

Se preguntó Edward sintiendose inútil acostado en esa tortuosa cama de hospital con solo el celular en la mano.

Aún no se sentía con fuerzas para poder levantarse e ir a ayudar, Paul ya no contestaba el celular.

Daniel Black estaba de guardia en el cuartel supervisando todo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Prohibido Amor de un CEO