El santo millonario romance Capítulo 17

Donovan Bristol

—Oye si estás enojado no te desquite con el pobre saco de box, —suelta Alexandro para tomar agua de su botella.

—¿Quieres que lo haga con tu cara? —cuestiono de mal humor.

—Venga hombre… cuénteme que le sucede, sé que eres mal humorado pero hoy estas peor que nunca, —comenta.

Ruedo los ojos, camino hasta mi botella y bebo agua.

»¿Vas hacer que ande detrás de tu culo el día completo hasta que me digas? —pregunta, suspiro porque sé que es capaz de eso y mucho más.

—Mi secretaria me saca de mis casillas, —me limito a decir.

—¿Por qué esto me suena a me calienta la polla?

—No me calienta, —solo me provoco un sueño húmedo y no hace nunca lo que pido que haga—. Sabes que llevamos un acuerdo y todo eso, pero ella se enojó porque le he pagado cinco mil dólares…

—¿Quería más dinero? —frunce el ceño y niego.

—Lo contrario, no quería dinero, ya que se siente conforme con que cubra los gastos hospitalarios de su madre, —no le he contado a Alexandro que Dayana es una mujer bastante intensa en lo sexual y que debo cumplirle como hombre.

—Extraña chica, rechazar cinco mil dólares, —es lo único que dice para comenzar a caminar hacia las duchas.

Las cosas después de la discusión siguen normal, Dayana hace su trabajo, no me dijo nada del dinero y sin duda espero que todo este aclarado porque lo que menos quiero es discutir este asunto. Mañana es el evento benéfico en donde la presentare como novia también debo decirle que debe venir a vivir a mi apartamento o de lo contrario tendrá que andar con seguridad detrás de ella.

Desde lo que paso hace varios años toda la familia tiene seguridad y no pretendo dejarla desprotegida. Nunca se supo quién organizo lo sucedido hace tiempo y esa persona puede andar esperando para dar otro golpe.

»¿Con quién vas a ir al evento? —cuestiona mientras se quita la ropa sudada.

—Con Dayana, ese día anunciare que es mi novia, —murmuro, este asiente y toma su toalla para irse a la ducha, camino igual a otro cubículo y me doy un baño rápido.

—Quiero que me acompañes a una pequeña fiesta, —lo miro serio ya que sea metido en mi cubículo desnudo.

—¿Sabes que es raro esto cierto? —pregunto.

Alza los hombros.

—Igual mi cara muestra que soy el dominante, —no puedo evitar dejar ir el jabón contra su rostro. —Auch… duele… hombre no seas tan pesado, eso va a dejar marca, —reprocha.

—Entonces deja de decir idioteces.

—Bien, bien… pero como te estaba diciendo tengo una fiesta en mi apartamento y me gustaría que vengas, —hago una mueca pensando en si será buena idea ir.

—La última vez que fui a una de tus fiestas se puso raro y en uno de los sofás estaban teniendo sexo lésbico, —le recuerdo—. Por eso mejor prefiero quedarme en mi casa.

—No seas aburrido… Donovan, siempre te quedas en casa, ven aunque sea por varios minutos y luego te puedes retirar, por favor, —pide.

Suspiro.

—Bien, pero me voy desde que se armen el primer acto pornográfico, —asiente y se lanza a darme un abrazo. —Eso que siento…

—También se dan el abrazo de la polla felicidad, —se ríe y lo despego.

—Imbécil, —sale de mi cubículo y termino de ducharme.

(…)

Tal y como dije la fiesta se volvió pornográfica y marche enseguida a mi apartamento, camino descalzo y mi camisa desabotonada hasta la piscina donde a la orilla de esta me siento con una botella de vino. Este lo bebo en total silencio, Alexandro y Dayana tiene un parecido similar y es que ambos son libertinos, mi amigo toda la vida se ha involucrado sexualmente tanto con hombre como con mujeres siempre dice que una buena noche no se le niega a absolutamente a nadie.

Es promiscuo y un exhibicionista de primera, sino mal recuerdo Dayana igual se involucra sexualmente con mujeres y por esos motivos digo que ambos son una misma gota de agua o como dicen en algunos países latinoamericanos «Fueron cortados con la misma tijera»

No soy tan diferente supongo, cada quien tiene su raro fetiche y el mío es simple pero divertido, me uno a pequeñas llamadas sexuales con personas desconocidas y terminamos en una trivial masturbación hasta llegar al clímax, se cuelga la llamada y se bloquea a la persona con la que se compartió tal momento. Simple pero divertido y relajante sin compromiso alguno, pero como todo hombre que no tiene tiempo o que no está interesado en roces sexuales con alguien tengo mi sastisfayer para esos momentos en los que mi amigo se altera por las pastilla que tomó.

Ese es otro problema, mis pastillas tarde o temprano me harán daños como quedar estéril pero no me molesta ya que mi esperma lo he guardado en un banco de semen por si algún día decido tener hijos o si llego a casarme con alguien de verdad.

Mis pensamientos se ven interrumpido cuando un mensaje llega. Abro y es Dayana enseguida me preocupo al leer lo que pone.

Alguien ha intentado drogarme, no quiero que sospeche que no tome la bebida ven por mí.

En su mensaje adjunta su ubicación y enseguida me pongo de pie para salir del apartamento. Estando en el primer piso uno de mi seguridad se acerca y le explico mientras camino lo que sucede, me solicito que debo quedarme y ellos van pero me negué y terminamos saliendo en el jeep.

Muerdo mi labio inferior y paso mi mano por mi cabello ansioso, siento que en cualquier momento tendré un ataque de ansiedad pero hasta que Dayana no esté segura debo mantener todo bajo control. Cuando llegamos al bar bajo del auto siendo seguido por mi seguridad, camino hacia la dirección y al no verla mi preocupación vuela, saco mi teléfono para rastrear su celular y está cerca.

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