El santo millonario romance Capítulo 70

Dayana Berlusconi

Saber que regresaré con Donovan me hace feliz, no puedo creer que al fin saldré del yugo de Sergey, ya no soportaré más violaciones de este, suspiro, ya que siento asqueada, deprimida por todo lo que he pasado y siento que las cosas empezaran a salir mejor desde ahora.

—Pronto estarás con papá, —Dylan solo se dedica a tomar de su biberón mientras lo mezo, es tan pequeño y hace feliz saber que su inocencia no se verá afectada y que nada de esto será parte de sus recuerdos.

Mi pequeño será feliz al lado de su padre, recibirá todo el amor de este como debió ser desde su nacimiento, pero no me siento mal, ya que le he dado todo el cariño necesario, me encargue de hacer lo que cualquier madre haría y es hablarle de su papá.

Dylan se duerme después de tomar el biberón y esta noche no tengo ganas de separarlo de mí por lo tanto lo dejo dormir conmigo. Aunque mi mente está muy activa y me siento ansiosa debo conciliar el sueño, suspiro y cierro mis ojos esperando caer rendida lográndolo después de varias horas.

(…)

Despierto sobresaltada cuando siento algo frío en mi sien y luego una mano posarse en mi boca evitando que emita sonido alguno. Tengo miedo y no puedo identificar el rostro de la persona que me tiene encañonada con un arma.

—No quiero que hagas ruido, —anuncia y reconozco su voz, Sergey—Si haces algún ruido, Dylan será quien muera y luego te mataré a ti, —no entiendo cómo puede amenazarme con matar a mi hijo, no tiene corazón y sin duda es un psicópata—. Tú y yo, nos iremos lejos y tu hijo podrá irse con su padre, —murmura.

Sergey me hace salir de la cama y solo tengo ojos para Dylan, no quiero dejarlo, sollozo mientras me saca de la habitación, no forcejeo y creo haber visto la gloria cuando el señor Ivanov aparece en mi campo visual.

—¿Qué crees que estás haciendo Sergey? —cuestiona.

—Esto no es tu problema, padre, —su voz sale ronca y enojada—. Sal de mi camino, ahora, —su arma se dirige al señor Ivanov.

—¿Cómo te atreves a amenazarme? —Interroga mientras su ceño se frunce.

—No permitiré que me la quiten así como si nada, es mía, —suelta.

—Entiéndelo de una vez por toda, esa mujer es casada y si no la entregamos romperemos nuestras propias reglas, —le recuerda con angustia—. Te estás condenando a tu muerte, Sergey, —reprocha con preocupación.

—Ya no hay vuelta atrás, padre, lo siento, —dispara a su progenitor, me hala de la mano pasando por el lado de este como si no fuera nada, estoy conmocionada, me hace subir a un jeep y parte de ese lugar—Al fin estaremos juntos por siempre.

Sergey Ivanov, ha perdido la cabeza por completo y me da miedo pensar en lo que deberé enfrentar.

Donovan Bristol

Mi padre no ha dado noticia alguna y sus respuestas a mis preguntas fueron cortas. Solo me pidió que debo mantener la calma y cuando llegue me explicaría todo, no soy bueno para hacer tales cosas y siento que en cualquier momento mi corazón se saldrá por mi boca.

Estoy preocupado, angustiado y asustado, sé que noticias buenas no saldrán de la boca de mi padre, Alexandro me entrega un vaso con Whisky el cual tomó de un solo trago sintiendo el líquido quemar mi garganta.

—Si sigues moviéndote de un lado a otro, te vas a marear, —se preocupa por mí, lo sé, pero ahora mismo mi cabeza solo piensa en ellos.

—Ponte en mi lugar, —pido sin mirarlo.

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