El santo millonario romance Capítulo 8

Dayana Berlusconi

No entiendo nada de este contrato con el señor Bristol, me trata como una empleada más y me asigna trabajos pero igual está cumpliendo su parte de mandar a mi madre al mejor oncólogo del país no me puedo quejar, ya tengo dos semanas en la empresa y sin duda es increíble trabajar aquí es siempre lo que quise pero también tengo esa inquietud de saber ¿Cuándo será que el jefe querrá cobrar lo acordado?

Lo único malo entre el señor Bristol y yo es que a pesar de que me ha comprado un closet nuevo con todo tipo de ropa empresarial y de gala es que sigo llegando tarde y vistiendo como me gusta, por ejemplo hoy voy tarde y me imagino lo enojado que estará. Entro rápido al ascensor para subir al piso donde encontrare a mi jefe gruñón, cuando llego dejo mi bolso en el escritorio y toco la puerta de su oficina sin recibir respuesta de su parte.

Frunzo el ceño y me aventuro a ingresar sin su consentimiento, observo el lugar y todo está perfectamente ordenado y sincronizado de mayor a menor, no sé qué clase de problemas tendrá pero ama el orden. Miro su sillón y allí esta su saco por lo que dudo que el señor Bristol este enfermo, escucho ruido proveniente de una puerta y llevo mi mirada hasta esta por donde sale mi jefe, se detiene al verme.

Observo su camisa pegarse a su cuerpo y lleva algunos botones sin colocar, es sexi el condenado pero su actitud tan arrogante lo lleva a que pierda todo lo cautivador que posee.

—Llega tarde señorita Berlusconi, —anuncia sacándome de mi calentura mental.

—No volverá a suceder, —desde aquí puedo ver como rueda sus ojos, camina hasta su escritorio se coloca su saco y toma asiento.

—Me sentare en una piedra esperar ese momento, ya que si lo hago en un cubo de hielo…

—Estará derretido para cuando llegue, —termino por este y asiente, por primera vez observo una pequeña sonrisa en su boca.

Su teléfono suena y esa sonrisa es eliminada enseguida por una mueca, toma la llamada.

—Madre, —lo observo tocar el puente de su nariz, —Se bien lo que has dicho, —sentencia serio. —Y estoy saliendo desde hace meses con alguien,.. —Calla, —Porque es algo de lo que no tengo que hablar contigo, —pasa su mano por su cabello y parece estar enojado. —Te la presentare en su debido momento, —cuelga, —Le mandare alguna de las asignaciones a su correo, no tendrá mucha hoy, —comenta y teclea varias veces en su teclado, —Se puede retirar, —pide y asiento para salir de allí.

Sin duda por lo que escuche salir de su boca durante la llamada su relación con su madre. Observo en el correo una tres asignaciones las cuales son traducir un contrato de alemán a ingles cosa que no se tan difícil por lo que me pongo a hacer mi trabajo para poder terminar temprano.

(…)

Concluyo la traducción antes de la hora de almuerzo, envió todo al correo del señor Bristol y recibo otro.

CEO Bristol.

Necesito que se encargue de perdí mi almuerzo también de paso ordene lo que desea comer y cárguelo todo a mi cuenta.

Salmon con arroz blanco y una ensalada de brócolis, restaurante Shaow.

Cordialmente

Donovan Bristol CEO de

Import Bristol

Respondo con un perfecto y llamo al restaurante para pedir lo que ha solicitado junto a mi comida que es sin duda Sushi, el restaurant de Shaow es muy bien reconocido por su exquisita comida asiática y tener la oportunidad de comer algo de ellos es increíble.

Cuando lo pedido es traído por Sam que no desaprovecha la oportunidad para invitarme a salir pero me invente el cuento de que tengo asuntos por resolver pero obviamente es por el trato firmado por el señor Bristol. Ahora debo ser conforme con mi juguete de pila por un año, ya que dudo se haga una excepción para que yo pueda tener un momento de desahogo, me encargo de llevar todo hasta su oficina y él recoge su escritorio.

Tomó lo que he pedido para poder irme a mi escritorio pero soy interrumpida.

—Puede comer conmigo, —anuncia, lo miro dudosa, —Debo conocer más de ti y tu de mí, por eso debemos aprovechar este momento para hacerlo, —asiento. Por lo que veo el señor Bristol no hace nada que no le genere beneficio, ese hombre es sin duda un estratega.

—¿Quiere que le pregunte o usted me contara? —Cuestiono para llevar un trozo de sushi a mi boca. El señor Bristol me mira y traga lo que está comiendo para removerse en su asiento, suspira y toma agua.

—Tengo treinta y uno, cumplo años el veintiséis de diciembre, nací durante una pequeña nevada, me gradué de administración de empresa a los veinte y luego estudie ingeniería automotriz en Alemania , no tengo hermanos… Bueno tengo un hermanastro pero es una larga historia que le contare en su debido momento. —Asiento a lo que dice, —No tuve una vida interesante pero así soy.

—¿Qué hay de sus relaciones? Un hombre como usted debió ser algo movido en su adolescencia, —hace una mueca.

—Resulta que era el nerd así que nadie se me acercaba. Siempre he sido el que maneja después de la borrachera que se pegaban sus amigos, eso es todo, —resume su vida de adolecente. —Cuéntame de ti, —come y espera a que hable.

—Ya me investigo ¿Qué podría contarle que no sepa? —Mi cuestionamiento sale algo borde pero ya lo dije y no hay vuelta atrás, suspira.

—Era algo de necesario, pero puede haber datos que no sepa, ejemplo, que hace en sus momentos libres, su comida favorita, su película, su lugar donde le gusta estar cuando necesita alejarse de todos y que hace si se siente frustrada por algo, —argumenta.

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