El Secreto de Ismael romance Capítulo 16

El rostro de Ismael era frío, su tono era duro y su expresión era seria. ¡Había una fuerte intención asesina en todo su cuerpo!

Melisa tembló abruptamente y retrocedió dos pasos inconscientemente.

¿Qué le pasaba a este hombre?

¡Cómo podía haber un aliento tan asustado en su cuerpo!

¡Era más aterrador que Señor Muncharaz!

¡Ese carácter fuerte y el aliento poderoso le daban una presión tan grande!

¿Era la ilusión?

¿Quién diablos era este joven?

Melisa se calmó rápidamente, resopló -Señorita Irujo, el joven que trajo parece ser bastante poderoso. ¿No sabe aquí es el lugar de Señor Muncharaz? -

Cayetana sonrió levemente.

¿Asier Muncharaz?

¡Y qué!

Frente a este Señor Briol, todo en el mundo era pequeño, ¡no tenía nada que temer!

No digas que era Asier, incluso si fuera el Señor Alberto, debía ser respetuoso cuando vería a este Señor Ismael.

-Melisa, por último te advertiré, llévenos allí rápidamente, de lo contrario, ¡estarás produciendo problemas!-

Como Cayetana hablaba esto, lo que sucedería después, ¡Melisa debía pagarse por su cuenta!

Además, Cayetana se impacientó, porque podía sentir la intención asesina de Ismael a su lado.

Cayetana, que siempre estaba tranquila, se dio la vuelta en este momento, caminaba hacia la barra, tomó una botella de vino y la rompió violentamente y, luego se puso contra el cuello de Melisa.

-¡Melisa Granados, no desafíes mi paciencia!-Gritó Cayetana.

Melisa temblaba, su bonito rostro rápidamente se puso pálido, sus cejas se estrecharon, miró la botella rota que estaba a solo una pulgada de su delicado cuello y tragó su saliva.

-¡Cayetana, no hagas demasiado! ¡Este es el lugar de Señor Muncharaz, no es de Señor Lacour!-, Gritó Melisa con puños apretados.

Cayetana empujó la boca de la botella en su mano hacia adelante, y el delicado cuello de Melisa se cortó directamente, sangraba y ella dijo con frialdad, -Pregunto de nuevo, ¿dónde está la señorita?-

Esta vez, Melisa tenía miedo.

Nunca había visto a Cayetana volverse tan loca, ¿era por el joven frente a ella?

¡¿Quién era él?!

-¡Melisa!-

En este momento, más de una docena de matones rodearon a Cayetana e Ismael.

Simplemente Melisa mandó una orden, podrían agarrar a estas dos personas.

La situación estaba a punto de estallar y se había convertido más grave.

Sin embargo.

Rodeado por más de una docena de matones, Ismael parecía indiferente en este momento, sin miedo, por el contrario, en sus ojos reflejaban una mirada fría.

La ira que estaba a punto de estallar hizo que estos matones se acobardaran.

¡Terror!

¡Un aliento tan poderoso y asombroso!

Cayetana miró a los matones que lo rodeaban, se río y dijo - ¿Qué? ¿Nos pegan tantas personas? ¿O piensan que nuestro señor Alberto fuera inútil? No olvides lo que él dijo antes, ¡Veten! -

Alberto dijo una vez que cualquiera que se atreviera a intimidar sus gentes, castigaría a todas las personas familiares de esa persona.

La cara de Melisa quedaba en blanca, estaba temblando, apretó los dientes y dijo enojada, -¡Retrocedan!-

-Melisa, esto…-, una persona dijo dudando.

¡Paf!

Melisa se acercó, abofeteó y gritó, -¡Retrocedan, todos!-

Los matones dieron un paso atrás inmediatamente.

Entonces, Melisa miró a Cayetana con una expresión cruel y dijo, -Cayetana, ¿De verdad quieres entrar? ¡Puedo declarar de antemano que el señor que está adentro definitivamente no es alguien que puedas ofender! ¡E incluso el señor Alberto viene, no se atreve a ofenderlo!-

Cayetana frunció el ceño, mirando el gesto de Melisa, parecía cierto.

¿Podría ser que la gente de adentro fuera realmente poderosa?

Giró la cabeza y miró a Ismael, pero descubrió que él no tenía miedo.

Con razón.

Estaba con el Señor Ismael en la Ciudad H, nadie se atrevía a ofenderlo.

Pensaba eso, Cayetana dijo, -¡No digas tonterías, nos guía!-

Melisa sonrió con frialdad, sin decir nada, dándose la vuelta y caminaba hacia dentro.

Ismael la siguió de cerca.

Estaba ansioso y se había retrasado tanto tiempo, ¡Helena debería no pasar nada!

Si algo sucedió, ¡él iba a derribar allí, derribar toda la Ciudad H!

¡Todos deberían disculparse a ella!

Al mismo tiempo, Cayetana siguió a Melisa y envió en secreto un mensaje a Alberto.

De pronto llegaron a la puerta del palco más lujoso del Club Paraíso, toda la puerta estaba dorada, decoraba con la cabeza del dragón y la cola del fénix, ¡era muy impresionante!

Ismael ni siquiera la miró y ¡pateó la puerta directamente!

¡Boom!

¡La puerta se abrió por una patada fuerte!

Melisa sorprendió por un momento, no esperaba que este joven fuera tan imprudente. ¿Se apresuraría a morir?

El señor que estaba dentro, incluso el Señor Muncharaz, tuvo que admirarlo.

Dentro del palco, las luces estaban tenues.

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