Ella es mi medicina romance Capítulo 16

—Esto si que se puso bueno —dicen los chicos mientras yo ruedo los ojos por lo tonto que se ven cuando las chicas se acercan a nosotros.

Ana y Juliana van hacia los chicos y Paulina se va hacía los sillas descansadoras para colocarse protector solar.

—¡Guau!, Paulina se ve increíble. Definitivamente tenemos que cambiar los uniformes. Esconden demasiado —dice Aidan mordiendo sus labios. Recordando cuan casanova es que poco le importe la advertencia que le hice días atrás.—.

—Eres un pervertido Girop, no cambias —dice Juliana negando—.

—¿Qué culpa tengo yo que Paulina sea tan hermosa? — dice suspirando – Ella es doctora ¿No? Porque creo que me estoy sintiendo mal —dice dramatizando—.

Todos ignoramos el drama de Aidan

—¿Y tu que piensas, Pablo? —Pregunta Juliana observándome con extrema atención.

Sin duda, quiere asegurarse que mi lenguaje corporal coincida con mi respuesta verbal.

—Se ve bien —digo restándole importancia —.

Paulina es una mujer hermosa, tiene un buen cuerpo y es una profesional que muestra cada día cuán inteligente es. Pero ello no quiere decir que sea la mujer que me robe el aliento, y la verdad, siendo sincero no creo que exista alguna mujer que pueda causar ello en mí. Mi desconfianza con las mujeres es bastante elevada e incluso antes de tener las decepciones que me han costado por sus traiciones, nunca me he sentido lo suficientemente deleitado para sentir celos u observarla solo a ella.

—¡Vaya!, no puedo creer que seas inmune a sus encantos, hasta Fred esta embobado —dice Javier señalando al mencionado—.

Observo hacia la dirección que me señala Javier y me doy cuenta que Fred se dirige hacia Paulina.

Narra Paulina

No se como pude ser tan fácil de convencer, pero ahora estoy aquí, caminando semi desnuda con ocho pares de ojos observándonos.

Esto es demasiado para mí.

Las chicas se fueron hacia la piscina y yo preferí quedarme en las sillas para colocarme protector solar, con una sola intención; relajarme en tan magnífico lugar.

De acuerdo a lo poco que he visto, dado a mi precario instinto explorador. He podido observar que dicho lugar además de estar alejado del ruido de la ciudad, cuenta con muchos lugares atractivos y relajantes como quioscos con hamacas, piscinas, zona de animales, entre otros lugares que sin duda, ayudan a dejar a un lado el estrés laboral o personal que uno mantiene. En si el lugar es hermoso y es quizás por ello que me resulta doloroso estar aquí sola.

Mi familia, mi amada familia de cuatro personas ahora solo quedó yo. Mi hermano hace años no sé de él y mis padres han muerto cuando realmente pensé que podría salir adelante, después de tanto dolor y tropiezos.

Realizando un análisis del culpable de mis desgracias, pienso primeramente en Pablo quien sería un gran candidato al ser él quien causó la furia de José. Porque sí, José es el peor ser humano que puede existir pero nunca había intentando dañar a mis padres. Su maltrato era directo, solo me dañaba a mí, pero esta vez fue distinto. Ahora, tampoco puedo culpar a José, porque aunque nunca había dañado a mis padres, después de la muerte de su hijo causado por él, nada debía sorprenderme. Y es eso lo que me lleva a la culpable real de todo esto; yo. La culpa de la muerte de mis padres es solamente mía, sabiendo la amenaza que es José, jamás debí dejar de lado a mis padres. José desapareció antes de que culminara mis estudios y durante su ausencia en mi vida, pude obtener buenos ingresos gracias a mi esfuerzo. El cual pude utilizar para enviar a mi familia lejos del alcance de José. Pero no, tenía que creer que jamás volvería a mi vida para comprender tarde que mi error les costó la vida a las únicas personas que me quedaron. Sin duda, soy la culpable de no poder disfrutar con mis padres la vista maravillosa de este lugar.

La vista se me nubla ante las lágrimas que me esfuerzo por no dejar caer, cuando alguien me hace salir de mis pensamientos.

—¿Te ayudo? —Pregunta Fred desde mis espaldas—.

¿En qué momento llegó hasta aquí? —pienso mientras recuerdo que la ayuda que me esta brindando es para colocar el protector solar que por culpa de mis pensamientos, había olvidado colocarme —.

— Si no es molestia —digo aclarando mi garganta mientras intento no llorar—.

Le extiendo el protector solar, en sus manos coloca el mismos y empieza a colocarme en mis hombros, mi cuerpo se tensa al instante.

Mi único novio fue José, quien fue el hombre al que le entregue todo, por ello fue el único que tocó mi cuerpo expuesto. Por lo que sentir la mano de otra persona tocándome no es fácil para mí, sin embargo, debo poner de mi parte y dejar en el olvido a José y todo el daño que me causó, mientras intento vivir con la destrucción que dejó en mí.

—Señorita ¿Se encuentra bien? —Pregunta Fred preocupado —.

Respiro profundo y respondo.

—Estoy bien, Fred, no te preocupes. Sólo quiero pedirte un favor —digo y al instante Fred detiene su acción—.

—Claro, en lo que pueda ayudarla estaré feliz de hacerlo.

Fred siempre ha sido servicial conmigo, algo muy distinto a su jefe. Y eso, me agrada.

— Por favor, no me digas señorita, o señorita Paulina, solo llámame Paulina —digo girando mi cuerpo para quedar de frente con Fred—.

Su cuerpo se tensa un poco y contesta

—Lo intentare—.

—Vamos, vamos —digo agarrando sus manos y haciendo pucheros de niña — ¿Que tan difícil es hacerlo? Solo dímelo y ya. No es una tarea complicada— digo intentando que ello ayude a disfrazar mi tristeza interna.

El objetivo de este viaje es sentirse bien, no sufrir. Por lo que si la abuela o mamá se entera, sin duda recibiré un regaño de su parte.

Fred suspira y responde — Está bien Paulina —.

Y yo sonrió de oreja a oreja. Ganándome una sonrisa de Fred.

Nunca he estado acostumbrada a ciertos tratos tan privilegiados. Tener un personal a mi disposición nunca ha sido parte de mi vida, por lo que siempre me han llamado por mi nombre y después de graduarme me han llamado doctora o la iceberg,  pero nunca señorita. Por lo que el que alguien me llame señorita como Fred, me resulta un poco incómodo y más sabiendo que él es mayor.

Narra Pablo

Aidan quien estaba entretenido con las chicas y lo suficientemente lejos de Javier y yo, finalmente habla hacia nosotros.

—Bueno chicos y chicas —dice Aidan mirando a Ana y Juliana— Lamento dejarlos pero mi princesa seguramente me necesitará para que le coloque el protector solar —dice dándole la espalda a Paulina para hablar con los chicos mientras retrocedía lentamente— Siendo así nuestro primer contacto piel con piel, para después ser novios, darnos nuestro primer beso, jugar juntos, casarnos y tener 3 hijos, dos niños y una niña, para vivir felices para siempre.

—Uy hermano —dice Javi3r mirando a Aidan con burla y después hacia Fred, dando una clara señal de lo que quiere decir— Me parece que Fred se te adelanto con la muchacha.

Aidan gira hacia la dirección donde se encuentra Fred en busca de comprensión de la situación e inmediatamente sale hacia ellos.

— ¡Vaya! Hasta al mejor cazador de le va la liebre —digo riéndome—.

Narra Paulina

Estamos conversando amenamente Fred y yo cuando se acerca rápidamente Aidan.

Él se encuentra con el torso desnudo, mostrando su blanca piel, toma una de sus manos y peina hacia atrás su cabello, regresando este a su anterior lugar pero más desordenado, mientras este muestra las puntas goteando cerca de sus ojos, sus labios rosados que está mordiendo y ojos ardientes clavados en mí, me demuestra que esta en su actitud modo caza, bueno, eso fue lo que me describió su fan número uno y coincide con lo que veo.

—¿En que te podemos servir señor Girop ? —pregunta Fred mirándolo a los ojos—.

—Fred en nada —dice mirando al mencionado— A quién necesito es a ti —dice esto último sonriendo pícaramente—

¿Realmente está actitud le funciona?

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