Ella es mi medicina romance Capítulo 19

— Lo siento, lo siento, lo siento —dije mientras veía como Pablo se quejaba del dolor — Sabes que no fue mi intención ¿Verdad? Así que debes aceptar mis disculpas —dije con miedo—.

Su molestia es más que evidente y yo no sé cómo actuar.

Sin duda, hoy no es mi día de suerte. Primero desperté a Pablo con un balde de agua —claro por culpa de la mentira de Miguel —, pero ¿Por qué no le lancé el agua a Estiben? Estiben no es temperamental, cosa que sí lo es Pablo. Segundo, por un calambre que me dio y que ocasionó que me diera el susto de la vida en la piscina, salí peleando con Pablo por su regaño tan grosero y ahora, después de hablar, que llegara su novia y él me siguiera molestando, le partí —sin querer— sus huevos.

Al parecer, tengo que ir a la playa para quitarme esta mala suerte o si no moriré en las manos de Pablo.

— ¡Tú!—grita furioso mientras se recompone del dolor— ¡Vas a morir en mis manos hoy!

Realmente bastó que dijera eso para emprender mi huida, antes de que realmente cumpliera su palabra. Por lo que rápidamente salgo del cuarto mientras cubro mi cuerpo para que en mi plan de huida no muestre más de lo debido.

— ¡Ayuda!, ¡Ayuda!, ¡Pablo me va a matar! —Grito mientras corro hacia donde están todos.

— No huyas cobarde —dice en el umbral de la puerta de mi cuarto, aún agarrando sus partes nobles—.

Corro y corro hasta llegar al grupo en el que se encuentran los demás.

— ¡Mama Mariana! ¡Abuela! —gritó llegando al lugar—.

— ¿Pero que rayos te paso, Paulina? —Pregunta Mamá preocupada—.

— ¡Mamá Mariana, escóndeme de Pablo por favor! —dije con horror, sabía que de esta era difícil salir viva—.

— ¡Cálmate mi niña, Pablo es temperamental, pero de allí a matar a alguien es otra cosa! —dice con tranquilidad en su voz—.

— Ojalá fuera cierto —digo con temor—.

Cualquier persona por muy temperamental y no asesina que sea, mataría a alguien que posiblemente haya causado problemas para orinar por el día de hoy.

— Aquí estas, pequeña sabandija —dice Pablo llegando al lugar—.

— ¡Amor! —dice Daniela al ver a su prometido—.Ahora que no estas jugando con ella, si puedes saludar a tu prometida. Por lo que ven y salúdame como es debido —dice llegando hacia Pablo con los brazos abiertos.

— Es cierto. Ella es tu invitada y debes saludarla apropiadamente — digo tomando como escudo a mamá Mariana para que su hijo o acabe conmigo, con la esperanza que ello haga que se comparezca de mí o el llamado de su prometida lo desvíe de su objetivo principal, el cual es matarme.

Pablo la rechaza instantáneamente

— Ahora no, tengo que arreglar un asunto con Paulina —, dice sin dejar de mirarme y eso si que da miedo. — ¿Vienes o voy por ti? —dice amenazante.

— Yo preferiría que te quedaras en un lugar lejos de mí, mientras yo me quedo acá —digo desde mi lugar—.

Los chicos están en el medio de nosotros por lo que la única forma de llegar al otro es dándose una vuelta. Quizás sea por ello que no viene a mí.

— ¡Ven acá pequeña sabandija! —dice mientras me señala con su mano donde debo estar— si vienes aquí no te castigaré tan fuerte.

— ¿Nos perdimos de algo? —Pregunta Juliana al ver mi cara de miedo—.

— Si, Paulina me golpeó — dijo Pablo—.

— Vamos Pablo — dice Estiben — ¿ Te vas a poner así, por un pequeño golpe de Paulina? Tu actitud con Paulina te está haciendo quedar mal. Primero la regañaste por estar ahogándose cuando no era su culpa y ahora quieres amenazarla por darte un pequeño golpe que seguramente te merecías. Porque si de algo estoy segura es que si te pego fue porque te pasaste con ella.

— No sabes cuan fuerte pega —dijo mientras daba la vuelta para llegar a mi y yo hacía lo mismo para alejarme de él—.

— Por muy fuerte que sea Paulina , no va a golpearte tan duro —mientras Aidan decía eso Pablo y yo estábamos corriendo como si fuera él el gato y yo el ratón —.

— Pablo, ya deja a Paulina tranquila y vez a atender a tu novia —dice Mamá Mariana—.

— Exacto —dice Daniela con los brazos cruzados— soy tu prometida y ella es una aparecida.

— ¡Oye, ella no es una aparecida! —dicen los Evans a excepción de Pablo—.

— Es cierto, si queremos hablar de aparecida esa serias tú no nuestra Pau — habla Ismael, acercándose a mí para abrazarme.

Es evidente que él no me defendería, con o sin rabia no lo haría. Sin embargo, me alegra saber que los demás me defienden.

— ¡Pues esa aparecida como la llamas, me pego en las partes nobles, así que debo cobrarle lo que me hizo! —dice mirando a Daniela—.

Es en ese momento como se pudo escuchar de Harry, Fred, Javier y Aidan un “Ouch" mientras se tocaban sus partes nobles.

Mientras que los Evans estaban mirándome asombrados. Sin duda, esa respuesta no se la esperaban.

— Pero él me estaba acosando —dije en modo de defensa — ¡Miren como estoy! — digo recalcando mi vestimenta, la cual es mk salida de baño blanca de rayas rosadas— Apenas estaba saliendo de tomar una ducha y él llegó al cuarto a acosarme y aunque no lo golpee con intención, sin duda se lo merecía.

Mama Mariana se queda mirándome mientras decía mi discurso, para después mirar a Pablo y preguntarle con seguridad.

— ¿Que le estabas haciendo a Paulina?

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