Ella es mi medicina romance Capítulo 20

Narrador omnipresente

Después de dos horas entre tantas actividades que cada quien hizo, causando que el tiempo fuera bastante entretenido, los amigos, familiares y Daniela se reunieron en la sala del lugar, siendo esa idea de la señora Mariana para realizar una cena juntos y tranquila.

Después de múltiples risas por parte de Paulina —que era a la única a la que le daba risa los chistes de Javier— en donde todos lanzaron varios objetos de la mesa o comida no deseada hacia Javier por sus malos chistes, se escucharon varios secretos entre Daniela y Pablo y demás comentarios pervertidos de Christopher durante toda la cena, por lo que nunca fue tranquila. Después de mucho tiempo molestándose entre sí, la señora Mariana y su madre se dirigieron a su habitación.

Narra Paulina

A pesar que estamos personas mayores —según nuestra edad—, se puede evidenciar que la madurez no se da por la edad y no es por el alcohol que hemos tomando, ya que, no creo que el alcohol tenga que ver en esto y si es así ese alcohol estaba pasado, porque si el alcohol no es el culpable, que alguien me explique ¿Como rayos está Javier bailando y besando a un gato? Además, ¿Como Harry y Fred están bailando la macarena con una falda hawaiana? —que quien sabe de dónde diablos la sacaron—. Realmente eso es extraño, pero Ana y Juliana bailando raro donde se supone que es salsa pero yo creo que están convulsionado, es la cereza al pastel que le faltaba.

Después de intentar encontrar alguna razón lógica que sustentará sus comportamientos he podido concluir que de seguro no son normales.

Juliana termina de bailar y se acerca a mí.

— Vamos Paulina , únete a la diversión —dice Juliana jalándome al centro de la sala—.

— No, no. Te agradezco mucho por querer que quiera bailar con ustedes pero no deseo ello —trato de persuadir, lo que realmente fue en vano— Así que, por favor déjenme ser parte de las personas que se burlan y no de quien se están burlando.

— No, mi querida chica —dice Juliana— es hora de tomar las riendas de la noche, ya los chicos han hecho sus locuras —dice al mirar a Fred, Harry y Javier—.

Juliana se dirige hacia los chicos y los hace sentarse enfrente de mí —en un gran sofá— y me hace levantar de mi asiento como hizo conmigo a Daniela.

— Esto sin duda es la mejor idea que pudiste tener pequeña — dice Aidan emocionado.

Ahora sí, llegó la hora de la verdad -dice Juliana emocionada-.

»Nota mental: Jamás de los jamases colocar a mi hijo Aidan o Juliana. No sé porque, pero me parece que son muy libertinos, sobretodo los Aidan, ya que en mi pasado conocí a otros Aidan y eran así como él«

Ana da un clic y la música cambia de ritmo hacia una sexual. Nunca la había escuchado, pero sin duda eso ritmo y la letra la hace ser extremadamente sensual. Daniela inmediatamente comienza a bailar sensualmente a Pablo a tal punto que me cuestionó si esa mujer es ninfómana o no ¿Como un baile puede ser tan explícito?

Agradezco mentalmente que Miguel e Ismael ya estén dormidos, si no, les taparía los ojos inmediatamente ante tales bailes tan ardientes.

Esto me asombra, ellos son grandes pero todavía los veo como los bebés de antes. Así que el que actúen así me causa asombro.

Cierro mis ojos, por la vergüenza ajena, pero un empujón me hace abrirlos inmediatamente mientras pierdo un poco el equilibrio.

¿Quien me empujó? —pienso mentalmente— pero al abrir mis ojos, conozco la respuesta.

Una mujer rubia teñida me da una sonrisa sarcástica mientras pasa por mi lado.

¿Se puede saber que le hice yo, para merecer su ataque?

Juliana nos observa y le da una mirada de negación a Daniela mientras Ana se acerca y me dice:

— Lúcete que esto ya es un reto y por lo que veo le caes pésimo. Así que, si le ganas eso será un golpe duro a su ego —dice en un susurro—.

— Vamos niña, Paulina —dice Daniela— Es tu turno, muestra lo mejor que puedes hacer, claro está, no te pido mucho a juzgar por tu cuerpo nada atractivo —dice en una sonrisa burlona—.

¡Oh si! Ahora si que me motive —pienso— no se porque le caigo mal, pero algo siempre he tenido en mente, es que si alguien te detesta debo dale más motivos para que justifique su odio.

— De acuerdo—sonrió— Espero que lo disfrutes querida Daniela.

— Da igual —dice Daniela— Escoge a quien le vas a bailar, claro, está escoge cualquiera menos Pablo.

Me tentó por escoger a Pablo pero quiero torturarla poco a poco.

Las chicas se sientan mientras que yo quedo en el centro. Esto parece más una despedida de soltero con todo y sus desmadres que una reunión entre familiares y amigos... Ah y Daniela.

Me quito la colcha que tenía envuelta en mi cuerpo — ya tenía frío— para comenzar la acción.

Estoy vestida con una blusa de esqueleto blanca y una falda pretina ancha tipo colegial que llega por arriba de las rodillas —ropa escogida por Juliana—. Por lo que, evidentemente tenía frío. El cual, quitaré entrando en calor como ella quería.

— Esta bien, empecemos —digo mirando a Juliana quien entiende mi referencia ya que da clic al control remoto colocando una música sensual.

Mi cuerpo comienza a moverse suavemente dándole espalda a los chicos. Una parte de mi conciencia me dice que no lo haga y que haga caso omiso a los comentarios de Daniela, pero otra parte me dice que lo haga, e incluso me da ideas de como hacerlo para hacer que su odio hacia mí aumente.

Lógicamente me voy por el segundo pensamiento.

Suelto mi cabello, el cual estaba atado a un moño mal envuelto y alto. Al hacerloAlmi cabello cae desordenado por mi espalda hasta llegar al inicio de mi trasero.

Comienzo a agacharme suavemente moviendo mi cadera lento y sensual. Después de llegar abajo, levanto mi trasero —mostrando el short que está debajo de mi falda— levantó mi cabeza haciendo que caiga mi cabello en mi espalda mientras doy media vuelta para quedar de frente a los chicos y hago la elección. Mi loca elección.

Me dirijo hacía Aidan, cierro sus piernas para que estas queden en el medio de las mías y me sirva como soporte para sentarme sobre las mismas.

— Esto si se puso bueno ahora —dice Aidan emocionado mientras que los demás quedaban sorprendidos

— ¡Vaya, no me esperaba esto!— susurra alguien en la sala pero no le presto atención.

De manera delicada, comienzo a bailar suavemente justo encima de su miembro subiendo suavemente mi falda con las yemas de mis dedos. Cuando esta lo suficientemente alzada, llevo mis manos hasta llegar a mi busto y bajar nuevamente lentamente.

Muevo mi cabeza hacia un lado dirigiendo mi cabello al lado derecho para acercarme suavemente a la cara de Aidan, mientras esté ya tiene sus manos en mi cadera, dirigiéndose a mi trasero. Nuestros labios están tan cercana que estamos a punto de besarnos hasta que unas manos me apartan abruptamente de Aidan.

— ¡Oye! —digo mientras chocó con un abdomen fuerte— ¿Que haces? Estaba en lo mejor del baile —reprocho—.

Antes de poder seguir discutiendo siento como soy cargada en los hombros de quien me alejo de Aidan.

— ¡Oye! ¿Qué rayos te pasa Pablo? —dice Daniela mientras mira en mi dirección, por lo que deduzco que es Pablo quien me está cargando—.

— ¿Te duele? —digo aún cargada en el hombro de Pablo que me dirige a quien sabe donde, mientras Daniela nos sigue—.

— ¿Que? —Pregunta confundida—.

— Que una poco atractiva mujer llame más la atención de un hombre que tú —digo mientras me rio—.

El asombro los invade a todos mientras yo sonrío triunfante.

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