Ella es mi medicina romance Capítulo 28

¿Como rayos me metí en esto? —pienso—.

Cuando los vi por primera vez, sabía que ninguno de ellos era normal. Pero jamás me imagine que llegarán a este punto de locura. Realmente, no entiendo porqué me están haciendo esto, cuando no les he dado tanta confianza. Pero al parecer, eso es algo característico en ellos. Ya que, a Pablo no se le necesita dar confianza para hacer lo que se le da la gana. Frustrada por estar envuelta en todo esto gracias a las primas de Javier y los amigos de Pablo, lo miro.

— Pablo ¿Estas seguro que tus amigos son normales? —le pregunto.

Aunque sé la respuesta, quiero ver si es sincero conmigo. Quizás me ayude conocer a que nivel de locura están y si es necesario evitarlos completamente.

— Vamos, Paulina somos amigos de Pablo —responde Javier— el chiste se cuenta sólo.

— Oye, ¿que insinúas? — responde un indignado Pablo — ¿Acaso yo tengo culpa de que tenga unos amigos anormales?

Ante su queja, se escuchan risas del otro lado de la puerta. Mostrando cuan gracioso fue su pregunta.

— Ya, chicos —dice Aidan— colóquense eso rápido para poder verlos. Aunque no nos molesta pasar toda la noche en esto, posiblemente ustedes se sientan incómodos estando encerrados.

De inmediato, me quejo mentalmente el momento en que me metí en esto. En mi vida, este tipo de cosas no pasaban. No tenía amigos que me hicieran esto y mis subordinados si me respetaban. No como los subordinados de Pablo. Si estuviera en mi casa y trabajando en lo que estudie, no estaría en este tipo de situaciones molestas.

— Todo esto es por tu culpa, idiota —lo golpeó en el brazo que no está lesionado—.

— Auch — exagera el dolor— ¿Eres doctora o asesina?

— En este momento y para tu desgracia, soy una asesina que desea acabar con todo este teatro que han hecho y me han involucrado sin que yo lo desee — le respondo molesta.

— ¿Sabes?, ahora me duele mucho el brazo y tu eres la culpable de ese dolor, así que tienes que hacerte responsable —responde —.

— Si nos regimos por tu comentario, tú deberías hacerte responsable por tenerme aquí encerrada.

— ¿Por qué debería?

— Simple, porque fueron tus amigos o empleados los que hicieron esto. Y como jefe o amigo que deberían respetar, pero no lo hacen, debes hacerte responsable. Después de todo, si no estuviera relacionada contigo, no estaría en esto.

— Primero hazte responsable de lo que te corresponde, porque con dolor no puedo hacer mucho. — se queja Pablo y yo ruedo los ojos.

— De acuerdo, ¿cómo quieres que me responsabilice de eso? — digo de manera lujuriosa—.

— Vaya, ahora creo que nos estamos entendiendo —dice Pablo con evidente emoción — déjame pensar ¿Que tal con unos besos en la parte afectada?

— Increíble! Pablo no pierde el tiempo —dice Harry —.

— Oh claro, dame un segundo— le digo sonriendo e inmediatamente comienzo a golpearlo.

— ¡Oye, deja de golpearme! —grita Pablo— no seas tan violenta, sólo era un juego.

— Maldición, tenemos que abrir o Paulina va a matar al pobre Pablo — se escucha del otro lado de la puerta—.

— ¡Sáquenme de aquí! Esta mujer me va matar — dice Pablo mientras aún le sigo golpeando—.

— Paulina no es una doctora, es una luchadora libre — dice y la risa se apodera de mí—.

— Vaya, el Pablo que me protegía de todos y de todo se convirtiendo en un bebito que no aguanta nada —le digo— no me sorprende que estés histérico por unos pocos golpes.

— ¡Tú! ¡Eres una irrespetuosa! —dice indignado Pablo —.

— ¿Por qué crees que lo soy? — pregunto curiosa

— Porque yo soy mayor que tú y es por ello que debes respetarme — me responde y yo retomo la sesión de golpes.

Lo golpeó y él sigue quejándose mientras mentalmente me burló de lo chistoso que se veía hace poco.

— Hey, ya déjenme salir — digo agotada por la sesión de golpes— mañana tengo que ir a una entrevista de trabajo. Por lo que, tengo que descansar ya.

— ¿Entrevista? —Pregunta confundido Pablo—.

— Sí, entrevista — le digo mientras apoyo mi espalda al armario— en el hospital X.

— Mmmmm, no te preocupes —dice Pablo calmado— no necesitas ir.

— ¿Por qué no lo necesito? —pregunto confundida—.

— Porque yo lo digo — responde calmado—.

— Sin duda, te crees mucho cuando para mí eres tan poco —respondo.

— Puedes decir lo que quieras, pero no iras a ningún lugar a trabajar a excepción de mi empresa.

— Y yo ya te dije que iba a buscar trabajo. Por lo que, tu permiso es innecesario. Además, tú aceptaste antes, así que, no vengas a molestar ahora.

— Te dije eso por molestar — me responde— Era una forma de vengarme. Dicen que entre más alto vuele la persona cuando cae el golpe será más fuerte —comenta mientras me mira de manera burlona—.

— ¡Eres un idiota! — Le grito indignada — ¡Hoy vas a morir!

Su burla no me hace gracia y es por eso que retomo mi sesión de golpes.

— Sáquenme, por favor. El león esta en peligro, la leona lo va a matar. ¡Así que, sáquenme de aquí! —grita Pablo—.

Segundos después las puertas del armario se abren. Pablo sale como alma que lleva el diablo y yo voy corriendo tras el.

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