Ella es mi medicina romance Capítulo 33

Narra Pablo

Ha pasado una semana desde que tuve esa discusión con Paulina y no la he visto más.

Primero, porque desde que comenzó su trabajo en el hospital rara vez viene a la casa y si viene va directo a su habitación a dormir. Ya que según lo que me cuenta mi madre sus horarios se extienden por más de 20 horas seguidas de turno. Lo que me hace preguntar ¿Cómo demonios puede preferir trabajar como doctora y matarse tanto que cumplir unas horas laborales justas dentro de una empresa?

— El mundo está loco... No, ella está loca.. —murmuro

Segundo, el verme con Paulina constantemente podría ocasionar que pierda el camino que ahora estoy construyendo. Como están las cosas, necesito saber lo antes posible quién está detrás de nosotros y el único puente conector accesible es Daniela. Así que necesito "portarme bien con ella". Lo que es estresante ¿Como puedo portarme bien con alguien que no quiero?, sin contar que ella estuvo detrás de mi "accidente".

El que dice que la vida no es complicada, que me explique porque la mía si es.. complicada.No puedo conquistar a la persona que quiero por que necesito protegerla y proteger a mi familia de un enemigo anónimo. Además tengo que ser bueno con alguien que es sólo está interesada en lo que poseo y no en lo que soy.

»antes te daba igual como era Daniela, es más estas comprometido con ella sin interesarte el amor —dice una voz en mi cabeza—«.

Sí, pero eso era antes de que Paulina volviera a mi vida. Ella fue la que me hizo regresar a mi camino, a mi verdadero yo. Pero ahora no puedo estar con ella ¡Que frustrante!.

— ¡Amor! —dice Daniela haciendo que salga de mis pensamientos— está muy ido bebe... —dijo haciendo pucheros—.

— Lo siento, sólo estaba un poco cansado —me excuso—.

— Mmm entiendo, ¿aunque sabes? —comenta— pienso que estas muy estresado por el trabajo ¿Que te parece si nos vamos de vacaciones para Canadá?.

— Mmm, no se, tengo mucho trabajo que hacer ahora mismo —comento y ella comienza a hacer pucheros— es más, ahora mismo tengo que terminar un trabajo, pero tu sola presencia me hace perder la concentración —digo pervertido—.

— Aww, tan lindo mi bebé —dice emocionada— tú también me haces perder el control.

Definitivamente Daniela es la mujer más rara que conozco, otra mujer se defendería o por lo menos se sonrojara por lo que dije, pero a Daniela le parece tierno. Vuelvo y digo ella no es normal.

Fred entra a la oficina con unos papeles y yo le hago señas de que me ayude para sacarme de encima a Daniela, quien en estos momentos se encuentra lo más de relajada sentada en mis piernas jugando con su teléfono.

— Disculpe, señor Evans —dice Fred profesionalmente— por interrumpirlo pero necesito un poco de su tiempo para mostrarle estos documentos que necesitan de su aprobación.

Yo asiento y justo cuando voy a intentar levantar a Daniela que está mirándome suplicante para que no la baje de mis piernas un nombre que me llama la atención aparece en la pantalla de su teléfono.

»pedro«

— ¿Será posible que sea el Pedro que está detrás de todo esto? —pienso— si es o no debí de averiguarlo.

Abrazo fuertemente a Daniela cuando esta se percata de la vibración que ejerce su teléfono en mi escritorio por él un nuevo mensaje. Ella se ríe mientras se esconde en cuello.

— Pablo, qué cariñoso te haz vuelto —comenta Daniela con su rostro todavía oculto—.

Yo le hago señas a Fred y este aunque no comprende al principio, finalmente entiende mis señales.

— Necesito mirar su teléfono con urgencia.

— Señorita, Daniela ¿le gustaría conocer la nueva sala de relajación que se encuentra en el décimo piso? —Comenta Fred— tiene zonas de masajes.

Esto último despertó el interés de Daniela.

— Sí, definitivamente lo necesito —comenta Daniela— la última sesión de fotos me mató —digo dramatizando—.

¿Todas las modelos son así o es sólo Daniela? —pienso—.

— Ok, bebé en vista de que estas ocupado te dejaré un momento y me iré a relajarme un poco —dice esto dándome un beso y partiendo—.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella es mi medicina