Ella es mi medicina romance Capítulo 35

— No tengo todo el día mi querida Daniela —comentó—.

— Sé perfectamente que no serias capaz de dañarme —comenta Daniela— tu me quieres y eso no lo puedes negar.

— ¿Que te hace pensar esa mentira? —comentó—.

— Simple, porque has tenido a muchas mujeres a tu lado pero sólo a mí me pediste matrimonio —comenta— ¿Si eso no es amor, entonces qué es?. Costeas todo lo que yo quiero, me llevas a donde yo quiera, me pagas todos los cuidados estéticos que quiera ¿Si eso no es amor entonces qué es?.

— Según los que describiste yo era más tu billetera andante que tu prometido —comento— si, fuiste a la única hasta el momento con quien me comprometí, pero ¿No te has puesto ha pensar que en el ámbito en el que estamos el ser prometidos no significa que nos amemos?. Sabes perfectamente que en el mundo de los negocios nos basamos más en las alianzas tangibles y que benefician nuestras empresas que en el amor.

— Mentira —dice Daniela— sólo soportas todo lo que te hacen si quien te lo hace es la persona a quien amas, eso explica porque aunque sabías que yo había averiado tu auto no me entregaste a la policía o me mataste, tu me quieres así que aunque no te diga algo tú jamás me pondrías una mano encima no me harías sufrir.

— Tienes un pensamiento erróneo de mis acciones —comentó— sabía que tú estabas detrás de ese accidente, pero entregarte a la policía o matarte no me hubiese servido ya que en prisión saldrías rápido por el poder de tu familia y por culparte no me darías la información que necesito, como tampoco me la darías muerta. Así que todo este tiempo te deje tranquila para que llegáramos a este punto. Ahora ¿Quieres saber si soy o no capaz de hacerte sufrir? —preguntó desafiante y ella no responde— no me digas después que no te lo dije.

Hago la señal y uno de mis hombres toma una llave mientras se acerca al hermano de Daniela quien apenas está recuperando la conciencia.

— Hola, Andrés —comentó— que bueno que ya despertaste, justo a tiempo.

— Po—o—or favor sácame de aquí —comenta al ver la situación en que se encuentra—.

— Pensé que las primeras palabras qué dirías al verme era "pido su perdón por lo que intentaba hacer contra su familia señor Evans", pero "¿Sácame de aquí?" —comentó indignado— eso sí que me decepciona más.

— Daniela, sácame de aquí por favor —implora Andrés a su hermana—.

— Lo siento, pero ella está en la misma condición que tú —comento— ahora esta es tu última oportunidad para que me digas quién está detrás de todo esto.

Daniela no menciona ni una palabra y yo hago señal para que mi hombre continúe.

¡Trac! Suena al mismo tiempo que un grito de Andrés se hace presente.

— ¿Sabes que es el Yubitsume? —comento— es un ritual japonés...

— .... ¿Y que tiene que demonios tiene que ver eso con que hayas cortado el dedo de mi hermano? —dice Daniela al momento de interrumpirme—.

— Si no me dejas terminar mi explicación no podrás entender —comentó— cómo decía, el Yubitsume es un ritual japonés en el que se corta el dedo meñique ser castigado y compensar las ofensas hechas a alguien. No estoy relacionado con conductas japonesas pero esta metodología de tortura me gusta... Ahora ¿Vas a decirme o Quieres que le ampute otro dedo?

Daniela mira a su hermano quien se está tapando llorando del dolor.

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