Ella es mi medicina romance Capítulo 61

— Deja tus chistes malos y concéntrate si no quieres ser parte de la fiesta de sus vidas –comenta Pablo—.

— Ok, aguafiestas –dice Aidan—.

— Shhhhhh cállense pendejos –dice Harry—.

Poco a poco ingresan al lugar pero el panorama no cambia.

— Quien llego primero que ellos no les dieron tregua alguna –dijo entre susurros Javier—.

— Nos ahorraron trabajo –dice Aidan—.

Siguieron caminando hasta escuchar unas voces que provenían de alguna de las habitaciones que esa gran casa tenia.

— Eras muy inteligente en hacer fraudes y salir limpia de ellos –comento una voz femenina— tomaste muy buenas decisiones.

— No tan buenas –comenta Ximena— ya que me encuentro en estas condiciones.

Los chicos poco a poco se acercan siguiendo las voces.

— Señor Evans –comenta uno de los hombres a sus espaldas haciendo que Pablo volteara rápidamente al igual que sus amigos disparando — no dispare estamos de su lado –dice el hombre que se protege de una de las paredes—. Nos enviaron para ayudarlo.

— ¿Qué me asegura que lo que dices es cierto? –Pregunta Pablo—.

— Fácil, si quisiéramos lo hubiéramos matado desde que estaban discutiendo dentro del auto –comenta el hombre—.

— Pablo, ven –dice la mujer saliendo de la habitación de donde provenían las voces anteriormente escuchadas— Ximena te espera –dice tendiéndole una mano—.

— Puedes acabarla ahora mismo –dice la mujer—.

Pablo duda pero no tiene más opciones, estaba atrapado con sus amigos.

— Está bien –dice dirigiéndose a la habitación, en donde se encontró con Ximena—.

— Al fin me encuentras –dice Ximena toda golpeada y ensangrentada con media sonrisa— aunque si me permites decirlo. Esto no es justo, recibiste ayuda.

— Pablo da su sonrisa ladina –me sorprende que en tu vocabulario este la palabra justicia. A juzgar por todas las atrocidades que hiciste y de las cuales no tuviste tú escarmiento—.

— ¿Y qué?, ¿tú me piensas juzgar? –Pregunta Ximena—.

— No sin antes decirme ¿Dónde está Paulina? – Dice Pablo—.

— Ximena ríe – jamás te lo diré—.

— Maldita –dice Pablo agarrándola fuertemente de su cuello—, dime donde esta Paulina o de aquí no saldrás viva.

— Cof, cof. ¿Crees, cof, cof, que en las condiciones en las que me encuentro, cof, cof, saldré de aquí viva? Cof, cof –dice Ximena roja—.

— Pablo la suelta poco a poco — ¿Por qué me hiciste tanto daño si todo te lo di?—.

Ximena continúa tosiendo mientras aspiraba mucho aire.

— Porque quería más –comenta Ximena—. A decir verdad me acerque a ti desde un principio con ese objetivo. Me gustaba demasiado un chico que había conocido gracias a una amiga. Este chico provenía de una cuna de oro. Y con mis recursos no podría acercarme a él y llamar su atención.

Al poco tiempo él se fue a EE.UU. a estudiar y yo me quede en México con el corazón roto ya que ni pude declarar mi amor. Sabía que no podría hacerlo si no tenía.... Una buena cantidad de dinero, así que me metí en las drogas, secuestros y demás "cosas delictivas" que me ayudaban a ganar dinero. Sin embargo, todavía me encontraba en el nivel más bajo del status. Podría obtener el dinero que quería poco a poco, pero tardaría mucho en eso.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ella es mi medicina