En las manos del presidente (COMPLETADO) romance Capítulo 12

La semana en la que Ian se pasó de fiesta en fiesta celebrando su triunfo fue la mejor de todas. No obstante, sentía que algo le faltaba y que ese algo tenía unos hermosos ojos azules como el cielo con unas pequeñas nubes a su alrededor y eso le hacía sentirse frustrado de sobremanera cada vez que alguna omega de cualquier raza se le acercaba.

El necesitaba a esa híbrida con él.

Leonard y Zaid le decían que solo era cuestión de unas semanas más antes de volver a la misma rutina de siempre, pero estaba seguro de que fracasaría si seguía de esa manera. Esa noche tenía otro viaje fuera del país, y eso lo estaba volviendo loco de sobremanera.

Estúpida omega de ojos lindos que lo volvían loco con cada cosa que hacía o que decía.

El viaje que tenía programado era en China, no sabía el tiempo que tendría que pasar fuera del país por lo que Rachel se quedaría lejos de su alcance una vez más. Zaid y Leonard no paraban de decir cosas a susurros cada vez que se acercaba a ellos, esos dos tenían algo que no le gustaban para nada.

Los vio con los ojos entrecerrados cuando hicieron silencio una vez que entró a la habitación en la que todos esperaban su llegada. Se cruzó de brazos cuando estos le dieron una sonrisa llena de inocencia que ni la persona más estúpida se los creería por nada del mundo a esos dos estúpidos.

Solo negó con la cabeza y siguió su camino hacia la salida del lugar con ellos siguiéndoles los pasos. De inmediato, la prensa se lanzó hacia ellos como manadas en busca de alguna noticia. La ex esposa de Zaid fue encontrada muerta hace tres días y todo apuntaba que se había suicidado por depresión después del divorcio algo que causó que todas las cámaras cayeran sobre Zaid una vez que encontraron su cuerpo.

No obstante, no podía dejar de haber personas que dijeran que solo fue cosa del primer vocal del país y de nadie más. Zaid era el único causante de todo lo que le pasó a su ex esposa. Y más aún, algunos decían que había sido él quien la mató para no tener que darle nada de nada de su dinero ya que se figuraba ante todos que Zaid tenía una amante y que solo era una cara bonita en la política y nada más.

Esto enfureció tanto a Ian que poco a poco cada uno de las personas que han hablado mal de Zaid está debajo de la tierra con una bala en la garganta y con múltiples torturas. Nadie hablaba mal de su mejor amigo al menos que sea él y nadie más.

Zaid estaba más que listo para matar a cualquier persona que se pusiera en su camino, pero tenía que pensar con la cabeza fría, para que todo saliera como lo tenía planeado Ian desde hace un tiempo.

Ian casi mata a uno con una de sus miradas cuando este le preguntó sobre su esposa y si planeaba tener hijos pronto con ella a lo que él le respondió que solo el tiempo y Dios decidirá si tendrá hijos con la mujer con la que estaba casado, después de todo era hora de que ella tuviese a su primer hijo si quería mantener la boca cerrada de las personas curiosas del país. Se quitó la chaqueta una vez que ingresó a la limusina seguido de Zaid y Leonard, al fin estarían solo por las próximas horas de viaje a ese maldito país.

Esos dos ya estaban cansándolo con sus malditos secretos, ya era hora de poner las cosas en su lugar. Estaba a punto de hablar cuando la limusina se detuvo en medio de la nada. Su mirada se dirigió hacia el frente donde vio a tres figura moverse con agilidad o mejor dicho dos de ellas porque una estaba siendo conducida con paciencia por todo el lugar.

La peculiar cola que se movía de un lado a otro mientras caminaba le era conocida, quizás ya se estaba volviendo loco pero era idéntica a la cola de Rachel. Y si, era esa jodida cola la que se movía con suavidad hacia donde estaban con esas dos chicas y un par de guardias detrás de ellas.

Ian salió rápido de la limusina en el mismo instante en que la cabellera de Rachel llegó a su campo de visión, le pareció tierna verla con las mejillas rojas como un tomate por el frío de la noche y su nariz con el mismo tono, pero aun así se veía tierna y follable. Su cabello estaba revuelto y suelto como si tratara de buscar alguna forma en la cual pudiese estar en un solo lugar, pero era imposible con el clima de invierno en ese lugar.

Las orejas de Rachel se pusieron en alerta una vez que percibió el olor de su amo cerca de ella y una pequeña sonrisa se vio en sus finos labios cuando este estuvo cerca de ella. Los brazos del mayor la rodearon por los hombros y ella no dudó en abrazarlo sin medir una sola palabra. Sus amigos le dieron el espacio necesario para ellos dos. Solo estaban Ian y ella en medio de la nada dándose un abrazo el cual les había hecho falta.

Más que nunca Ian debía de poner en marcha el plan que tenía en mente, si quería que las cosas no se salieran de control con su hermano y que este dañara todo lo que había construido durante años de prácticas, de mover las piezas necesarias para mantenerse en el poder como hasta ahora.

— Lo extrañé mucho, amo — Rachel ronroneó, hundiendo su nariz en el pecho del mayor —. Pensé que se había olvidado de mí.

— Nada de eso — acarició su cabello —. Sabes que esta semana para mí ha sido un caos total con todas las cosas de las elecciones y demás. Pero, eso no quiere decir que no me preocupe por ti — dejo un beso en su coronilla —. Siempre estoy pendiente de cada cosa que haces, menos de esto. ¿Por qué tus amigas irán con nosotros a china al igual que tú?

— El señor Zaid nos dijo esta mañana que saldríamos del país otra vez con ustedes, pero que era una sorpresa para usted si no le decíamos nada de nada — mordió su labio —. Tampoco nos dijo que usted no sabía nada, ¿Hice algo mal al venir? — Ian en ese momento se preguntó si esa chica era estúpida o inocente por la forma en la cual estaba hablando. Era jodidamente tierna y eso que apenas tenía veintiún años.

— Nada de eso — Ian pasó unos brazos por uno de sus hombros —. Eres muy tierna al pensar eso, omega, y eso me gusta de ti — soltó una pequeña risa cuando las mejillas de Rachel se tiñeron de rojo después de decir esas palabras.

La voz de Leonard desde la puerta de la limusina le hizo rodar los ojos, debía de irse rápido de ese lugar o sino llamaría la atención de las personas del lugar y lo que menos quería era ensuciarse las manos de sangre con esos campesinos en plena noche de invierno.

Tomó a Rachel de la cintura y la guió hacia donde estaban los demás esperándolos. Las mejillas de la omega estaban más roja que de costumbre en ese momento y eso le hizo a Ian ponerse más duro de lo que ya estaba ese día y eso no era para nada bueno para la omega si seguía de esa forma en la cual caminaba de un lado a otro sin importarle los demás. Puta omega insensible e inocente. Aunque, Rachel no tenía idea de lo que sus movimientos sin intención alguna estaban haciendo con el alfa a su lado.

El camino hacia el aeropuerto privado del presidente estaba muy cerca de donde ellos estaban, por lo tanto no les había tomado mucho tiempo llegar al lugar y bajar como si nada e irse al avión el cual ya estaba listo para ser abordado por los demás. Este sin duda era mucho más grande que el de la vez anterior por lo que supusieron Valeria y Carla que iba hacer un viaje muy largo a otro lado del mundo y eso les parecía muy interesante.

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