En las manos del presidente (COMPLETADO) romance Capítulo 25

El tiempo siguió su curso Leonard y Carla se mantuvieron alejados de todos durante un tiempo hasta que el bebé de Carla nació y fue inevitable no salir de la casa para que Carla tuviese los cuidados necesarios en esos casos. Leonard se había cambiado totalmente de look con respecto a sus salidas al hospital, se hizo un sin número de tatuajes en el cuerpo que simbolizaba a Carla y a su hijo en cada uno de ellos.

Todo estaba bien entre ambos, después de haber tenido ese pequeño suceso en la nueva casa, sólo faltaba poco para que Ian diera la orden de volver a tomar las riendas del país y la verdad es que ya estaban ansiosos para que eso pasara. 

Pero Ian tenía otros planes, debía de estar con Rachel durante un tiempo al igual que con sus hijos que eran unos pequeños muy intranquilos que solo servían para comer, dormir en el día y molestar en las noches de vez en cuando.

Eso siguió durante un año completo con ellos, los trillizos ahora tenían un año y apenas podían caminar sin caer contra el piso o el pasto cerca de ellos. Rachel en verdad estaba encantada con todas las cosas que sus hijos hacían y la forma en la cual protegían a su pequeña híbrida.

La primera vez que sus dos hijos, Willow y Joseph defendieron a Holly fue cuando Ian sin querer había pisado su pequeña cola y la pequeña gritó tan fuerte que casi les saca el tímpano a todos.

Joseph agarró la pierna de Ian y Willow la otra, y ambos terminaron mordiendo la piel expuesta de Ian. Esa fue la primera vez que Ian supo que debía de cuidarse de sus propios hijos si volvía hacer algo como eso en un futuro.

Ahora Rachel y Ian estaban detrás de un enorme talón esperando que Zaid terminara de dar su discurso de cómo se sentía por ser el presidente del país durante un año completo, hasta ese día.

— Te amo, mi dulce omega — Ian besó los labios de Rachel sosteniendo a su pequeña híbrida —. Eres lo mejor que me ha pasado.

— También te amo, mi querido dictador — le sonrió —. Estoy nerviosa y creo que tengo que bañarme otra vez.

— Estarás bien — suspiró pasando uno de sus brazos por los hombros de Rachel —. Ellos sólo dirán algunas cosas, pero solo tienes que ser tú.

— ¿Y cómo soy yo? — subió una ceja.

— Tu solo debes de estar allí afuera siendo linda y hermosa para mis ojos — Rachel rodó los ojos.

— Es hora, señor — dijo una mujer, con un micrófono en el oído —. Tiene que estar preparado para cuando el señor Johnson termine de dar su discurso — Ian asintió, y dirigió su vista hacia la pantalla donde estaba Zaid dando los últimos detalles de su discurso.

— El día de hoy renuncio a mi mandato como presidente del país — los murmullos no se hicieron esperar —. Volveré a mi puesto como el primer vocal del país y alguien que muchos conocen volverá hacer el mandatario — sonrió —. Con ustedes, el único e inolvidable Ian Jones. 

El telón subió dejando ver a Ian y a Rachel con sus hijos en brazos. La mirada y la sonrisa de Ian no eran para nada igual que la que alguna vez le dio a Rachel en el pasado.

Todos en ese lugar se quedaron en silencio, nadie mencionó algo. Estaban realmente asustados por lo que estaban viendo. Se suponía que ese sujeto había fallecido hace un tiempo y no dejó rastros. Incluso, todo el país estuvo de luto, pero en ese momento y lugar, los estaba mirando a todos con ojos y postura de superioridad. 

— Muchos deben de estar sorprendidos al verme con mis hijos en brazos, y con una nueva pareja — movió su cabeza de un lado a otro —, pero les aseguro que no es nada de lo que están pensando. Estoy muy agradecido de que su lealtad hacia mí sea indiscutible. Tengo mis razones por las cuales decidí dejar el mandato durante un tiempo — miró brevemente a sus hijos en brazos —. Mis brazos están llenos y todo es gracias a los hijos, los cuales prefiero que los vean solo por este día al igual que a mi esposa — Rachel se acercó con pasos vacilantes —. Ella es la mujer más importante de mi vida, por lo que les pido que tengan respeto hacia ella, que no hagan nada estúpido o me veré en la obligación de hacer algo que no les gustará, ¿Quedó claro? 

— Sí — todos dijeron, de manera automática. 

— Cómo soy una alma caritativa, les daré lo que tanto estaban esperando — ladeó la cabeza, y tanto Zaid como Leonard se llevaron a los niños —. La persona que murió esa noche fue mi hermano Edward, la misma persona que muchos de los que están aquí han seguido durante años con el fin de acabar con mi vida, ¿Pero que creen? Estoy más vivo que nunca, con una familia y una esposa que me ha regalado muchas cosas durante este tiempo, por lo que les sugiero que no intenten nada, porque me veré en la obligación de matarlos a todos con mis propias manos y no me voy a detener, si pude acabar con los guerrilleros, ¿Creen que no podré con todos ustedes? — la tensión en ese salón era que no tenían idea de hasta dónde podría llegar el presidente que poco a poco se volvió dictador —. Largo de aquí, ahora.

Estaban más que asustados con lo que estaban presenciando, tenían miedo de que al fin cumplieran con su promesa de matarlos a todos.

— ¿Te encuentras bien? — Rachel preguntó desde la distancia, temía que este reaccionara mal mientras tenía a su hija en brazos —, ¿Prefieres que vaya a casa primero?

— ¿Me tienes miedo? — ella negó con la cabeza —, ¿Por qué estás huyendo de mí?

— Porque estás muy tenso — se encogió un poco —. Durante el año que estuvimos juntos no pensé verte de esa manera, lo siento tanto. 

— Ven aquí — abrió los brazos, para que ella se acercara —. Jamás te haría daño, tampoco te tocaría de una manera violenta y menos cuando tienes a uno de nuestros hijos en brazos. 

— Lo siento — lo abrazó, con cuidado porque aún tenía a la pequeña Willow en sus brazos —. Es que me acordé de los días en los que estuvimos juntos antes de que fuera tu esposa, lo siento — dejó salir el aire que tenía en los pulmones —. Quiero ir a casa. 

— Por el momento no puedo irme, pero te prometo que mañana te compraré algo…

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