Encuentro cercano romance Capítulo 23

Alejandro se sentó en el sofá, acababa de levantarse después de dormir una siesta.

—¿Qué pasa? —Alejandro miró a Danitza que estaba aturdida en la entrada.

Su piel estaba bien cuidada. Ella sintió un poco de envidia porque no sabía qué productos para el cuidado de la piel estaba usando, además su cuerpo soltaba un agradable aroma.

—Estoy buscando al presidente —Al ver que Alejandro le preguntó, Danitza respondió balbuceante.

Dicho esto, ella se arrepintió de actuar así, Después de todo, estaba buscando al presidente y no a él, no tenía porque sentir miedo.

—¿Qué necesitas? Dímelo directamente, que es lo mismo —Alejandro se levantó del sofá, caminó hacia Danitza y la miró con superioridad.

—Está bien, esto es para el presidente. Por favor, me ayudas a dárselo y le dices que fue entregado por la secretaría. Ahora me retiro—Danitza le dio las cosas a Alejandro, y cuando estaba a punto de irse, fue detenida por él.

—¿Tú, tú, qué tratas de hacer? ¡Estamos en la oficina del presidente! —sus palabras salieron temblorosas de su boca, se notaba lo asustada que estaba.

Ella apreciaba mucho trabajar en el Grupo HD, si el presidente entrara y la viera peleando con un hombre en su oficina, ella se sentiría miserable.

—No pasa nada. Si el presidente entra, le diré que se vaya, que estamos ocupados —Alejandro la tomó en sus brazos.

—Suéltame, soy una mujer casada, por favor respétame. Sé que he atentado contra tu coche y también ensucié tu ropa, pero si por tu culpa pierdo este trabajo, no tendré dinero para pagarte —Danitza empujó a Alejandro con fuerza.

Alejandro no pensó que Danitza tuviera tanta fuerza, pero fue apartado sin problemas.

—¿Oh. Sabes que estás casada? Veo que eres bastante capaz de seducir a un hombre en el hospital. ¿Crees que mis condiciones no son tan buenas como las de él? —Alejandro se sentía enojado cuando pensó en Danitza sonriendo alegremente a aquel médico.

—Lo que pasó allá no es de tu incumbencia. Vine a dejar las cosas, por lo que ahora me voy —Danitza miró a Alejandro fijamente a punto de irse.

—¿No esperaras a que el presidente regrese? No te he visto dejar ningún documento, si las pierdes, no me haré responsable —Alejandro dijo lentamente.

Danitza se detuvo en seco, miró de reojo a Alejandro, él era guapo, pero su personalidad era demasiado molesta. Por lo que ella realmente creía que él le podría causar problemas.

Danitza lo consideró por un momento y tomó el documento.

—Ya que el presidente no está aquí, vendré más tarde —Ella no quería estar cerca de ese hombre.

—Presidente Alejandro. Lo siento, no sabía que estaba con alguien en la oficina —Mauricio abrió la puerta violentamente y vio a Danitza hablando con Alejandro.

Al ver entrar a alguien, Danitza aprovechó la oportunidad para salir.

Realmente era un hombre malo, ¿qué estaba haciendo en la oficina del presidente? ¿Cómo lo acaban de llamar? ¿Presidente Alejandro? ¿Gerente Alejandro? Madre mía, Danitza creía que debería preguntar el apellido del presidente del Grupo HD, de modo que se apresuró a bajar las escaleras.

—¿Presidente?, ¿Presidente Alejandro?, ¿está bien? —Mauricio preguntó extrañado a Alejandro, quien se había quedado mirando hacia la puerta.

—Dime, ¿qué quieres? —Alejandro reaccionó.

Mauricio se palmeó la cabeza de repente.

—Cierto, ahora recuerdo quién es esa mujer, ¿es Danitza? La mujer que me pediste que investigara. ¿La estabas seduciendo? ¿Te has olvidado por completo de Victoria? —Mauricio hizo una serie de preguntas.

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