Encuentro cercano romance Capítulo 400

—Alya, ¿qué te pasa? ¿Te sientes incómoda en algún sitio? —Cuando Ángel levantó la vista, vio que la cara de Alya no tenía muy buen aspecto, por lo que pensó que estaba incómoda.

—No, estoy bien —Alya se sentó enfadada en el sofá junto a Ángel. Volvió a mirar a Ángel y pensó que era realmente guapo. No le extrañó que tantas mujeres se fijaran en él.

Cuando Ángel vio que Alya parecía muy infeliz, dejó el bolígrafo que tenía en la mano, se acercó a Alya, estiró sus largos y blancos dedos y tocó la frente de Alya.

Alya se sobresaltó y enseguida se echó hacia atrás. Todavía no estaba acostumbrada a que la tocaran los demás.

Pero Ángel no dejó que lo evitara. Le tocó la frente y comprobó que no tenía fiebre. Entonces se sentó a su lado.

—Señor... Sr... Sr. Álvarez, bueno, si no tiene nada que decirme, yo... Me voy ya —Como Ángel estaba tan cerca de él, su agradable olor llegó a las fosas nasales de Alya y la hizo sentirse nerviosa.

Ángel cogió la mano de Alya y la sentó de nuevo, pero Ángel tiró de ella un poco más fuerte, así que tiró de Alya para que se sentara en su regazo.

—¡Ah! —Alya se apresuró a levantarse de nuevo. Sólo se había sentado en el regazo de su padre y de su hermano desde que era una niña. Y nunca había tocado a otro hombre. El temblor de su cuerpo la asustó.

—Intenta sentarte un rato. Luego te acostumbrarás —Pero Ángel la abrazó con fuerza y no la dejó ir.

Alya se sintió nerviosa al principio. Luego se esforzó un poco y no sintió nada. Más tarde, se sintió cómoda sentada en el regazo de Ángel.

Después de media hora, Alya ya no luchaba. Sabía que tampoco era tan fuerte como Ángel. Aunque parecía bien educado, no esperaba que fuera tan fuerte. Ni siquiera era igual a él.

Alya se sonrojó y bajó la cabeza. Se estaba preguntando si le gustaba Ángel, y su respuesta era definitiva. Le gustaba. Y le gustaba mucho.

Mientras Alya pensaba en ello, Ángel miró su hermoso rostro. Entonces no pudo evitar acercarse y darle un beso en la mejilla rosada.

Su suave tacto hizo que el corazón de Alya palpitara con fuerza. Entonces empujó a Ángel y salió corriendo del despacho.

Cuando volvió a su despacho, el corazón de Alya aún latía con fuerza. Nunca la había besado un hombre. Incluso si un hombre hubiera pensado así, habría sido golpeado por ella y llevado un bastón.

Ángel la besó así, pero ¿por qué se sintió feliz por ello?

—Alya, ¿en qué estás pensando? —Cuando Jack, del departamento de planificación, miró a Alya, múltiples expresiones pasaron por su cara. Se limitó a mirarla tranquilamente a su lado. Aunque Alya era realmente atractiva, él parecía un poco femenino.

—No estaba pensando en nada. Sólo pensaba en la serie de televisión que vi ayer —Cuando Alya oyó que alguien le hablaba, volvió inmediatamente a la realidad.

—Oh, ¿qué serie de televisión has visto? Yo también la veré —Jack también se había quedado fascinado con Alya. Le encantaba cualquier cosa bonita, ¡y menos un hombre tan guapo!

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