ENTRE LAS GARRAS DEL ALFA romance Capítulo 13

El beta Igori, rodó los ojos, su Alfa era más testarudo que ningún otro lobo que hubiera conocido en todos sus más de quinientos años, no quería aceptar a su luna, pero en el fondo tampoco quería que se marchara de su lado, debería ponerse de acuerdo — pensaba el fiel beta

— ¡¿De lado de quién estás, lobo traidor?! — el Alfa, rugió enfadado, no entendía por qué su beta sentía tanta simpatía por su luna, Igori, era un lobo muy despiadado

— Tuya por supuesto Alfa, sabes que estoy de tu lado, pero no estoy de acuerdo en que rechaces a tu luna y que la quieras alejar de ti..

— ¡Alfa! ¡beta Igori! — llegaba uno de los centinelas, gritando muy alterado

— ¿Qué sucede, Necolie? ¿por qué llegas gritando así? — preguntó el beta, el Alfa aunque callado, estaba muy pendiente a lo que diría

— Han atacado la manada luz de luna, la manada Black Moon, hay muchos lobos heridos, incluso cachorros, esos desgraciados no tuvieron piedad, eran medio centenar de lobos los que llegaron con su Alfa, quieren que nos tomamos ante ellos, están dispuesto a conquistar manada por manada, así sea a la fuerza y matando

¡Esos desgraciados! a llegado la hora Igori, esos bastardos de la manada Black Moon, fueron los que mataron a mis padres

FLASH BACK

Corría el año mil novecientos, el Alfa rey Theodor y su luna Melina, recibían a su primogénito, un hermoso bebé de grandes ojos azules y piel clara, el cachorro era idéntico a su poderoso padre, había nacido con la marca que distinguía a la dinastía de Alfas Ivanov, un imponente lobo negro con brillantes ojos azules que simulaba un perfecto tatuaje.

—Alfa mío, aquí está tu hijo. —la hermosa madre le ofrecía a su amado Alfa, al pequeño cachorro

Theodor lo tomó en sus fuertes brazos y le habló:

—Hijo mío, algún día tú me sucederás al trono y todo mi reino será tuyo, pido a la diosa luna que seas un Alfa sabio que vea por su manada y que encuentres a tu verdadero amor cómo yo tuve la dicha de encontrar a tu madre, ella y tú son los dos amores de mi vida.

El Alfa Theodore dió un beso a su luna en agradecimiento por el sano heredero que le había dado, nunca espero ser traicionado esa misma noche y que la manada que había sido su enemiga por cientos de años, irrumpiera en su castillo para asesinarlos.

Era de madrugada los lobos estaban dormidos, los centinelas no fueron suficientes para cientos de guerreros, el traidor había sido su Delta, Vinces, quien le demostraba lealtad y amistad, mientras que a sus espaldas se aliaba con los enemigos por ambición.

El Alfa Theodore estaba entre la espada y la pared, no importaba lo que le pasará a él siempre y cuándo su luna y su cachorro pudieran salvarse.

Melina, estaba débil aún, recién acababa de dar a luz y su cuerpo no se había recuperado, pero aún así tenía que hacer un esfuerzo para salvar a su cachorro.

—¡Luna, salta por la ventana y corre todo lo que puedas, la manada Black Moon vienen a matarnos, nuestro hijo no debe morir aquí! ¡Pronto, huye!

—¡No quiero dejarte Theodor, no quiero una eternidad sin ti!—Melina lloraba angustiada,el fuerte Alfa la abrazó y le dió un suave beso.

—Quiero que lo llames Alexander, Alexander Ivanov, escucha, Melina, no pierdas más el tiempo, te prometo que algún día nos volveremos a encontrar, nunca voy a dejar de amarte, siempre estarás dentro de mi corazón.

La mirada azul del Alfa, se fijó por un momento en su amada luna, tenía el presentimiento que en ésta vida, esa sería la última vez que la vería, su corazón se oprimió, pero debía enfrentar a los lobos enemigos y ganar tiempo para que su familia se pudiera salvar.

Melina sin dejar de llorar, saltó desde la ventana como su Alfa se lo pidió, en ningún momento soltó el pequeño bulto azul que llevaba en sus brazos, a su pequeño Alexander; Mientras corría, la débil loba fue alcanzada por una flecha, el delgado fierro se le incrustó en un hombro, herida y aunque el dolor era casi insoportable, no paró de correr, las piernas le dolían, pero salvar a su hijo le daba fuerzas para seguir.

El Alfa respiró hondo y abrió las puertas de su habitación, de un salto se transformó en un enorme lobo negro como la noche, sus ojos eran aterradoramente fríos, Theodor era valiente y les costaría derrotarlo, pero de esta batalla él sabía que no saldría vivo…

Melina estuvo moviéndose sin parar por tres días seguidos, no podía detenerse por qué los lobos de la manada Black Moon la perseguían, por suerte en el camino se encontró con un río y pudo perder sus huellas, más su frágil estado físico estaba entrando en estado crítico, ya no podría soportar por más tiempo, las fuerzas se le estaban yendo de a poco, la madre luna, llegó hasta dónde se encontraba una manada pequeña, estaba alejada de los territorios de las manadas poderosas y no se metía en los confictos de nadie, se trataba de la manada Luz de luna

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