ENTRE LAS GARRAS DEL ALFA romance Capítulo 17

El silencio y la respiración caliente del hombre lobo que me tenía acorralada en esa pared, me tenían latiendo el corazón a mil por hora, no comprendía la forma en la que la peligrosa bestia se adueñaba de las personas... bueno, de los lobos que ahí vivían y ahora de mí

— ¡No! ¡me rehúso a qué te adueñes de mí, no vas a tener mi voluntad a tus pies, primero muerta que ser tu prisionera de nuevo! — La mirada gris intenso y la mirada azul gélida, se cruzaron y se desafiaron, el lobo era tan imponente que hacía temblar a Temperace, pero no iba a rendirse tan fácilmente

— Temperace, no supo de dónde sacó el valor para gritarle a la cara al enfadado lobo, pero todavía tenía mucho por vivir, no podía marchitarse encerrada por él

— Sí que tienes agallas, ¿te atreves a enfrentarme y llevarme la contra, mujer? — el Alfa respiraba agitado por la molestía

— Solo estoy defendiendo mi vida, todavía no encuentro a mi amor verdadero, no me e casado ni tampoco he tenido hijos, tengo toda una vida por delante que quiero vivir, yo... ¡prefiero morir antes de volver a ser encerrada por ti!

— ¡Grrrrr! — el Alfa gruñó furioso, su luna le había dado justo en su amor propio, cualquier loba de la manada darían mitad de su vida por qué el las eligiera cómo su luna, pero su verdadera luna lo rechazaba, ella prefería morir a quedarse con él

El Alfa, soltó a la doctora y se dió la vuelta para adentrarse en el bosque, necesitaba correr un poco, dejó salir a su lobo Luken, con la intención de calmarse

* Te lo dije muchas veces Alexander, que ella nos odiaría por tu culpa, ahora nos desprecia y nos rechaza, solo la has maltratado y la has aterrado, nunca me dejaste mostrarle lo mucho que la amabamos, !la vamos a perder! ¿qué no lo vez? estamos a punto de perder a la persona más importante de nuestra vida, seremos el Alfa más patético de todo el mundo si nos quedamos sin el amor de nuestra luna*

— ¡No necesito otra conciencia aparte de la mía que me joda la cabeza, Luken! ¿creés que es fácil para mí? ¡no tienes idea de lo que deseo tomarla en mis brazos y hacerla mía, besar sus labios rosados hasta hacerlos sangrar! pero no podemos tomarla, o dime ¡¿podrías cargar sobre tus hombres la muerte de los lobos de nuestra manada por qué ella es una humana débil?! ¿podrías? — el lobo Luken, ya no respondió, su evidente molestia con Alexander, lo hizo esconderse en lo más profundo

— Mientras tanto en el hospital, en el área donde los cachorros eran atendidos, Temperace, ya se había calmado y estaba revisando las heridas de unos bebés cachorros, la bella doctora los cargaba y los calmaba hablándoles con mucho cariño, pasó horas con ellos, estaba tan concentrada en apapacharlos que no se dió cuenta que había dos poderosos Alfas, mirándola

Por un lado estaba su pareja destinada, la razón por la cuál la diosa luna la creó, el Alfa que debía amarla y protegerla por el resto de la eternidad, pero que no la aceptaba por el temor de fallarle a su querida manada por qué ellos eran su responsabilidad

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