ENTRE LAS GARRAS DEL ALFA romance Capítulo 18

La temperatura bajó un poco en la zona de cuidados para cachorros, los doctores no querían mover ni una pezuña, no eran tontos, se habían dado cuenta que los hermanos Alfa, estaba tratando de tener atenciones con la doctora Rodríguez, pero que el Alfa rey, había ganado está vez

— Vamos, doctora — el Alfa Alexander, tomó del brazo a la doctora para sacarla del lugar, el Alfa André, solo los observó irse, no podía oponerse, era la luna de su hermano, el tenía todo el derecho a llevársela, pero... eso le sabía mal, no podía evitarlo aunque quisiera, estaba jodido, muy jodido

— El beta Igori, que se encontraba dando unas instrucciones a unos centinelas, vió a lo lejos a su Alfa, dirigirse recién bañado a la zona de cuidados de cachorros, el sabía que en ese lugar se encontraba la doctora Rodríguez, se preguntaba que pretendía hacer Alexander, está vez

— ¡Oye... sueltame! no dije que si iría contigo, ya tenía una invitación a cenar, ¿qué no tienes modales? ¡llegaste tarde con tu invitación, además eres la peor compañía que puede haber para comer! — Temperace, se jaloneaba del agarre del gran lobo

— ¿A ti si que no se te pueden quitar los ojos de encima verdad? ¿por qué demonios eres tan coqueta? ¡¿es que si no llego te ibas a ir a dormir a la cama de otro lobo?! ¡responde!— los ojos azules de Alexander, brillaban con bastante intensidad

— Yo.... yo... ¿y dónde quieres que duerma? ¡si duerme en la intemperie voy a morir de hipotermia!

— ¿Entonces si lo ibas a hacer? ¡maldita sea! ¿no te dije que tenías prohibido acercarte a los lobos de mi manada? — el lobo quería darle un buen castigo por ser tan liberal

— ¡No, por supuesto que no, para que lo sepas, no iba a aceptar la amabilidad del Alfa André! no es apropiado que una señorita decente duerma con un hombre a solas en su recámara, pero por lo menos quería agradecer sus buenas intenciones, mira que ofrecerme dormir en su habitación es muy gentil de su parte ¿no lo creés?

— El Alfa, hizo un sonido con su lengua y negó con la cabeza — ¿cómo le haces para ser tan estúpida? ¿o solo estás fingiendo serlo? ¡si un hombre o lobo, te lleva a su habitación, es por qué tiene interés en ti o por qué quiere follarte! ¡carajo!

— Entonces... entonces tú... ¿tú qué querías de mí? ¿qué era lo que querías de mí, cuando me llevaste a tu recámara? ¿qué me querías hacer? ¡dímelo! — Temperace, tenía su gris mirada fija en los azules ojos de Alexander, el gran lobo había hablado de más por los celos que lo tenían descontrolado

— No pienses demasiado, yo soy la excepción, eras mi prisionera y te estaba vigilando, no me sobrepasé contigo ¿verdad? ¡escúchame bien doctora, de hoy en adelante, no puedes dormir con ningún otro lobo o hombre que no sea yo, solo conmigo estás a salvo, yo soy el único que no va a tocarte por qué no me gustas, eres invisible cómo mujer para mí!

— Temperace, se quedó impactada por las palabras, del lobo, ¿invisible cómo mujer para él? ¡pero qué carajos! el maldito lobo le había destrozado la autoestima en cuestión de segundos, no era como que quisiera que se sobrepasara con ella, pero tampoco se consideraba tan fea para que le dijera que no le gustaba en lo más mínimo

— El Alfa Alexander, se quedó viendo la reacción de su luna, las palabras que acababa de decir, le sabían mal a los dos, a él por qué era lo más lejos que podía ser de la verdad, la deseaba, la anhelaba, moría por tenerla entre sus brazos y hacerla suya, mientras que Temperace, no se explicaba por qué las palabras del lobo, le dolían y la hacían sentir despreciada cómo mujer

— Bien, Entiendo, a ti solamente te gusta tu mujer peliroja, esa con la que sonríes y dejas que se acerque a ti, es... es bueno que seas así de fiel, yo tampoco quiero que ella malinterprete las cosas, solo estás actuando como jefe de la manada, me estás protegiendo por qué soy solo una humana

— Temperace, quería salir corriendo de ahí o que se la tragara la tierra, en la vida se había sentido tan humillada, definitivamente probaría suerte con algún lobo, ahora era imperioso para ella saber si podía ser deseada y gustarle a algún hombre, bestia o lo que fuera

— Estoy cansada, quiero ir a dormir, dijiste que tú te encargarlas de darme un lugar para que descansará, dime dónde queda para ir

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