ENTRE LAS GARRAS DEL ALFA romance Capítulo 19

El grito del Alfa no pasó desapercibido, pero los lobos pensaron que le estaba llamando la atención por algo referente a los centinelas, más fuera lo que fuera, no querían estar en su lugar, su Alfa era muy cruel a la hora de imponer castigos

— ¡¿Cómo te atreves a hablarme así, Igori?! ¿quieres que te envié a la Antártida a cuidar de la manada de osos polares? todos los días me escriben pidiendo centinelas

— No, no, no quiero ir a la Antártida, aquí estoy bien, pero es qué... ¿cómo se te ocurre decirle eso a tu luna? le puedes afectar en la autoestima, ¡ahora va a pensar que no te gusta y de va a alejar de ti!

— Pues eso sería lo mejor, así no va a pasar nada entre nosotros, ella se irá de la manada luz de luna para siempre y los dos haremos como si esto nunca pasó — el Alfa, no pensó en todas las consecuencias que sus palabras traerían

— Yo no estaría tan seguro, puede ser que las cosas resulten cómo lo estás diciendo, pero... también pueden tomar otro rumbo, no me creas mucho, no tengo mate y no sé cómo es una relación de pareja, pero... bueno, solo espero que todo te salga bien — el beta dió una palmada al hombro a su Alfa y se retiró con un mal presentimiento

— Cuándo Temperace, terminó su cena, preguntó al Alfa, en dónde se quedaría a dormir, los ojos ya se le cerraban solos y no dejaba de bostezar

— Sígueme, te llevaré yo mismo — dijo el gran lobo y caminó en una dirección, la doctora lo seguía como un zombi, hasta que llegaron a una casa, era bastante grande, no estaba destruida y estaba perfectamente habitable

— El Alfa se detuvo tras de una puerta de madera, la abrió sin ningún problema y le ordenó a la bella joven, que pasara

— Temperace, pudo apreciar la gran habitación, se veía lujosa y muy cómoda, aunque tenía sueño, necesitaba darse un baño — ¿puedes prestarme algo para ponerme después de la ducha? — preguntó ella al lobo

— Si, puedes ir al cuarto de baño mientras busco algo que te quede — aunque el lobo sabía que su ropa no le quedaría no de broma a su luna

— Ujum... Temperace asintió y se fue desvistiendo por el camino, abrió la llave de agua caliente y se metió, sus músculos se estaban relajando, estuvo ahí alrededor de quince minutos, y si por ella fuera, no habría salido, buscó una toalla para secar su cuerpo y uso otra para envolver su largo cabello, así salió a preguntarle al lobo si ya tenía algo para ella

— La corta toalla dejaba ver sus largas y bien formadas piernas, así descalza de veía tan sensual, el Alfa trago grueso cuando la vió venir hacía él — ¡ésta hija de la ching....! ¿cómo diablos de le ocurre salir así? ¡soy un lobo, m*****a sea! ¡un lobo demasiado sexual!

— Temperace, al haberle dicho él, que no miraba como mujer, no sintió que debía cuidarse tanto, estaba a salvo con él por qué no gustaba de ella

— Ten, ponte está camisa, te quedará como un pijama — el Alfa estiró la mano y le dió su camisa para que se vistiera

— Temperatura, la tomó y quitó la toalla de su cabello, comenzó a secarse las puntas de espaldas al lobo, Alexander seguía todos sus movimientos como cazador a su presa, pero jamás esperó que pasara lo que vió

— En un movimiento, la toalla que Temperace, llevaba atada a su cuerpo, se desató y cayó al suelo, ella quedó completamente desnuda ante el hombre lobo, su espada y sus redondas nalgas quedaron a la vista del hambriento cazador

— Alexander, probablemente salivó al verla, ella estaba ahí, en su habitación, desnuda, hermosa y sensual, ¿qué m*****a cosa debía para tener que soportar ésta tortura? se preguntaba el gran lobo

*Toquemosla, acercate a nuestra luna, quiero tenerla y hacerle el amor*

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