Entre Mafias romance Capítulo 6

Mía

Antes de abrir los ojos, me estiro en la cama. Cuando voy a levantar uno de mis brazos un sonido metálico suena por encima de mi cabeza.

Todos los recuerdos de la noche anterior vienen de pronto a mi mente. Oh Dios mío, no puede ser. Marcus me encontró y me trajo de vuelta a Verona. Si mi padre se entera estoy muerta.

Miro las esposas que agarran mi muñeca. Muevo la otra mano frenéticamente entre mi pelo. En cuanto toco la horquilla vuelvo a respirar. Se como abrirlas y en cuanto lo haga, volveré a huir.

La habitación es grande. Está adornada en tonos grises de distinta intensidad. Elegante y frío igual que Marcus. Una puerta a mi derecha llama mi atención, algo me dice que es el baño y una urgente necesidad de usarlo nace en mi. ¿Dónde está Marcus?

- ¿Hola? Necesito ir al baño - Digo levantando un poco la voz.

Unos segundos después la puerta se abre. Uno de sus hombres asoma la cabeza.

- Señora Carusso, Marcus vendrá en un minuto - Cierra la puerta antes de que pueda gritarle un monton de cosas ofensivas.

Unos minutos después abre la puerta y camina hacia mi con paso decidido. Parece un Dios. Ahora entiendo como me enamoré tan pronto de él. Todo el aura que lo rodea, toda la oscuridad que desprende y el poder, me atraía como una polilla a la luz. Nunca fuí un  problema para él. Estuve pérdida desde el mismo momento que Marcus decidió enamorarme.

- Ya has despertado - Afirma con las manos en los bolsillos.

- Marcus -susurro con voz cansada - Necesito ir al baño, necesito ducharme y la muñeca me duele, por favor...

Levanta las cejas insinuando que no le importa lo más mínimo. Lo que él no sabe es que escuché como amenazaba a sus hombres cuando salté del maletero. Así que esa pose de tio duro a mi no me engaña. He cambiado el prisma con el que lo miro, ahora ya no puede engañarme.

- Antes tengo algunas preguntas. Me mentiste, me hiciste creer que te habías suicidado ¿por qué? - Su mirada fría me atraviesa y un escalofrío se me escapa.

Suelto una risa seca y llena de ironía.

- Eres muy gracioso, Marcus. Vamos a recopilar - Digo entre risas como si todo fuera realmente gracioso - Me engañaste para que me casara contigo cuando sabías que mi padre me había prometido a un amigo suyo Ruso, me soltaste en la puerta de mi casa para que me mataran - He ido levantando la voz poco a poco. Incluso me levanto de la cama para encararlo - y por algún extraño motivo has creído que puedes pedirme explicaciones.

Algo de lo que he dicho ha debido afectarle. Da un paso hacia atrás e inclina ligeramente la cabeza analizando mis palabras.

- Nadie iba a hacerte daño - Afirma.

Los recuerdos de la voz de mi padre encargando que me asesinaran me desinfla como un globo. La rabia, el coraje, todo desaparece tal y como vino.

- Pues lo hizo - Susurro mirando mis dedos - Ordenó que me mataran - Marcus no dice nada así que continúo -  incluso me cortó en el brazo.

Se acerca violentamente y tira de mi brazo. Mira el corte en mi muñeca. Levanto la cabeza para exigirle que me suelte, pero lo que veo, me corta la respiración. Tiene los diente apretados con fuerza y el odio se refleja en sus ojos.

La herida es fea porque no tenía en ese momento tiempo para coserla y curarla bien, así que  tengo una cicatriz de diez centímetros abultada y mal cicatrizada.

- Te ha marcado - Gruñe.

Ahora soy yo la que no entiende nada.

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