Es complicado (Temática Bl) romance Capítulo 4

{......Narra Erik......}

No puedo creer que un par de copas consigan convertirme en alguien que no soy; recuerdo claramente como me fueron ofreciendo tragos diferentes personas de aquella fiesta, yo las fui aceptando para no parecer descortés delante de ninguno de ellos tras ser un poco más mayores que yo, pensé que no debía darles una mala imagen de mí para poder ser parte de su grupo.

Mi exnovio me había llevado allí con la excusa típica de "Será una fiesta tranquila" pero yo no vi en ningún lugar un sitio tranquilo, había de todo menos tranquilidad y ver cómo le hacían daño a un chico responsable me hizo enfadar mucho. Era el típico empollón que quería probar cosas nuevas, alcohol, drogas, sólo que ese lugar no era el más adecuado para hacer ese tipo de cosas, ya que había chicos muy malos.

Hubo un tiempo en el que me sentía atraído por los chicos malos, así es como conocí a Mark y mantuvimos una relación un par de meses, al principio era lindo conmigo porque me daba regalos, creaba detalles para enamorarme ¿lo logró? No, no del todo, luego me di cuenta de que no era como realmente aparentaba ser, era malvado y estaba metido en cosas que ni siquiera puedo imaginar, aunque por alguna razón sigue detrás de mí, quizás es sólo para follar, creí que dándole lo que quería se alejaría de mí de una vez por todas, pero Jace nos interrumpió en el peor o en el mejor de los momentos, estaba tan furioso con él, pero al mismo tiempo me sentía muy aliviado, sinceramente no querer acostarme con mi ex. Luego creí que lo mejor que podría hacer era dormir, aunque no entiendo cuando decidí escoger su cama como el mejor lugar para dormir completamente desnudo.

Cuando desperté en su cama sin rastros de Jace a mi lado aproveché para salir huyendo sintiéndome muy avergonzado por lo que había hecho, estaba desnudo, traté de recordar que había hecho antes de entrar a su cama, pero las imágenes estaban borrosas.

Ayer tomé una de las pastillas que me dio Mark en la fiesta, creí que eran pastillas para el dolor de cabeza, ya que eso me dijo, pero claramente me mintió y ahora por su mentira terminé desnudo en la cama del chico que me gusta.

Traté de pensar en que no pasó nada realmente mientras me duchaba, no me siento cansado por ello lo pienso, recuerdo que cuando lo hicimos por primera vez mi cuerpo se sentía muy pesado, me dolía todo, pero hoy no siento nada de eso, aunque tenía una marca en mi cuello bastante notable a la vista, Mark no alcanzó a dejar ninguna marca por lo que... ¿Fue Jace? ¿Por qué lo haría?

Miré la hora antes de vestirme lo más rápido que pude, iba retrasado para entrar a clases y no podía darme el gusto de llegar tarde ahora que este último año está llegando a su fin. Corrí por la casa en busca de mi hermano viendo a sus amigos y a él en el comedor desayunando, me sentí muy nervioso cuando todas las miradas se posaron en mí, ya no era como ayer, ahora me analizaban de manera diferente.

–¡Buenos días! –saludó Rick– llegarás tarde y aún no has desayunado.

–Compraré algo en el instituto, pero necesito que me lleves– le pedí.

–Ah... sí, respecto a eso...– balbuceó.

–Jeff ya me voy ¿te llevó o...?– me giré sintiendo como mis mejillas ardían y las miradas se posaban más atentas en nosotros.

–No, ya no tengo que volver, pero si me traes un guapo modelo te lo agradeceré– Jeff me miró fijamente con una sonrisa– ¿por qué no llevas a Erik? Rick debe llevar a Emilia a su revisión y no puede llevarlo.

Me miró, lo miré, miramos a Rick y este confirmó las palabras de Jeff, en ese momento preciso sentí como mi día no sería tan bueno como yo pensé, Jace se llevó la mano al cabello nervioso mientras que con su otra mano apuntaba a la salida demostrando bastante nerviosismo ante esta situación.

–Eh... ok... supongo que...– pasé por su lado saliendo mientras él le susurraba algo a sus amigos, no conseguí escuchar, pero ellos se rieron gritándole "Ánimo" ¿por qué? No lo sé, no creo que se lo haya dicho ¿o sí? Sobre todo, porque mi hermano está en su grupo de amigos y... Sentí como mis mejillas ardían el doble, ¿¡Se los dijo!?

Cuando me subí a su auto él estaba muy callado, sentía su mirada en mí de vez en cuando, pero no dijo nada durante media hora de corrido, llegar a la ciudad en donde estudio toma media hora, luego se integran diez minutos más para llegar a mi instituto por lo que habló en ese tiempo más corto tratando de acabar con el incómodo silencio creado en esa media hora.

–Deberíamos intentar mejorar esta situación– me dijo iniciando la conversación.

–¿Cuál? –pregunté mirando por la ventana.

–Esta incomodidad–respondió, por ello lo miré– de todas formas, aún nos queda una semana para él bautizó de Emilia, tendremos que vernos por bastante tiempo más y...–hizo una pequeña pausa– debemos cambiar, poner reglas.

–Muy bien...– susurré– regla número uno, no arruinar la noche del otro– apretó la mandíbula.

–¿De verdad querías dormir con ese imbécil? –me miró un instante corto.

–Era mi ex, y sí, quería hacerlo– se detuvo en un semáforo donde aprovechó para mirarme.

– ¿Tu ex? ¿Quieres volver con él? No parece de tu tipo, es un macarra– me aseguraba.

–Antes me gustaban los chicos malos– susurré– ahora supongo que los mayores...– lo miré viendo como mordía su labio inferior con una sonrisa.

–Regla número dos– miró la carretera siguiendo con el camino– no provocar al otro.

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