Esposa bajo contrato romance Capítulo 7

Al día siguiente Carlotta se levantó temprano, a pesar de sentirse más cansada que nunca, porque durante la noche no pudo dormir muy bien, cerraba los ojos y sentía el impacto del objeto en su frente.

Se metió a ducharse, al mismo tiempo que colocaba su celular con música en la tapa del inodoro y empezaba a cantar al ritmo de la música, fingiendo tener un micrófono en la mano, era una costumbre adquirida desde pequeña, y aún con veinticuatro años lo seguía haciendo, es que ese era el único momento cuando podía relajarse, y cantar era la forma de liberar su estrés.

—Ojalá estas paredes no permitan salir el ruido, porque vaya que van a tener muy mala opinión de mí —se dijo con una risita.

Lo que no sabía es que mientras ella estaba cantando Sandro la escuchó cantar y el mal humor que siempre cargaba aumentó.

—¿En serio ella está cantando como si fuera un pollo ronco? ¿Quién le dijo que cantaba? ¡Por Dios! Esa mujer vino a volverme loco —exclamó tapándose la cabeza con la almohada para no escucharla.

Por su parte, Carlotta, terminó de ducharse y buscó uno de sus uniformes de trabajo, para su buena suerte todos los tenía en el apartamento de San Diego, eran bastante cómodos y prácticos, muy necesario para las tareas que debía hacer; solo esperaba que el necio del pilotito no se la pusiera difícil, aunque, a decir verdad, en el fondo sabía que eso pasaría así y le tocaba estar preparada.

Se vistió con su uniforme clínico cómodo, ligero y ancho para facilitar su libertad de movimientos y con cintura elástica, se recogió el cabello en una cola alta, se aplicó un protector solar, una crema y luego de estar lista, salió a la habitación que le asignaron en el tercer piso, en el mismo pasillo a la de su paciente.

Decidió bajar por el ascensor, en la entrada la estaba esperando una de las chicas de servicio.

—Señorita, puede pasar a comedor para servirle el desayuno.

—No, yo desayunaré con el paciente, por favor prepáreme dos bandejas y me ayudas a subirla hasta la mesita que está en el pasillo, adjunto a la habitación… yo le entregaré la comida hoy —declaró con amabilidad.

Cuando la chica la escuchó se sonrío contenta, tomó su mano y en un impulso hasta terminó besándosela por agradecimiento, cuando se dio cuenta lo que estaba haciendo se disculpó.

—Lo siento señorita, disculpe mi comportamiento… es que usted no tiene idea lo feliz que me hace, el que usted me libre de esa tarea… el joven Sandro cada vez que le llevo la comida termina tirándomela, y en ocasiones hasta me la ha lanzado encima de la ropa. Luego su madre insiste en que se la vuelva a llevar, y dos veces repite lo mismo, al final ella es quien se la lleva, le ruega que coma y después de suplicarle por largo tiempo come algo.

Ella afirmó con la cabeza sin dejar de sonreír «¡Ay Sandrito! Hoy empieza mi técnica poco ética, así que si quieres por las malas a las malas será». Se dijo mentalmente.

—Señorita, por favor, no diga nada de eso, porque entonces mi jefa puede despedirme —expuso la joven preocupada porque se dio cuenta de que terminó hablando más de la cuenta.

—No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo, me servirá para estar atenta y darme cuenta por mi misma de lo que sucede. Muchas gracias.

La chica salió corriendo a cumplir las instrucciones de Carlotta, mientras ella regresaba al tercer piso, allí se encontró con la señora Shana, la madre de los Hamilton.

—¡Qué bueno! ¿Ya está lista para atender a mi hijo? —interrogó contenta la mujer al ver a Carlotta.

—Sí, ya voy para allá… solo quería pedirle que cualquier discusión con su hijo, por muy extraña que esta sea… por favor absténgase de intervenir… déjeme que haga lo más conveniente para él ¿Entiende? — por un momento la mujer dudó, porque diariamente ella buscaba consolarlo e incluso justificaba su mal carácter.

—Realmente no sé si pueda hacer eso… las madres no podemos dejar a un hijo sufriendo sin hacer nada, se me rompe el corazón de imaginarlo —pronunció la mujer con un deje mezcla de preocupación y tristeza.

—Por todo lo que Mike me contó, es necesario, porque no quiere entender, si no hacemos algo pronto, a medida que el tiempo transcurra no se podrá hacer nada. Si no se empieza con las sesiones de fisioterapia, no vamos a poder reducir el impacto de las condiciones de incapacidad, facilitar su integración en la sociedad y pueden atrofiarse sus músculos o disminuir la masa corporal por falta de movilidad, por eso es necesario mantener el estado nutricional y la fuerza del músculo.

—Entiendo, prometo que intentaré hacer lo que me pide —respondió la mujer sin evitar mostrar su ansiedad.

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