Esposa falsa de Simón romance Capítulo 108

¡Achís!

Frida estornudó de repente y luego se despertó.

Miró vagamente el techo de la habitación durante un largo rato antes de reaccionar e inconscientemente quiso tirar de la colcha.

Pero alguien actuó más rápido y tiró de la colcha por ella antes de que lo hiciera por su cuenta.

Frida miró a ese alguien...

-Se-señor Simón...- Lo llamó Frida tratando de incorporarse.

Simón la miró y dijo con voz fría, -Nada más has dormido media hora, pero no has dejado de patear la colcha una y otra vez. ¿Te crees una niña aún o qué?-

Ese tono frío y cariñoso hizo que Frida se quedó sorprendida allí, mirándolo perdidamente.

¿Qué le pasaba a Simón?

-Yo-yo no tampoco sé por qué lo hice.- Al final, Frida sólo pudo explicarse balbuceando.

Parecía tener la costumbre de patear la colcha, pero... No esperaba que Simón la volviese a cubrir con la colcha.

-Estúpida.- Simón la miró y luego desvió la mirada.

La palabra “estúpida” hizo sonrojar a Frida, y subconscientemente quería morderse el labio inferior; no obstante, la voz de Simón llegó débilmente, -¿La herida no está curada aún y quieres agregar nuevas heridas?-

Entonces, Frida detuvo su gesto y le dio una mirada complicada.

-Si ya te has despertado, empaca las cosas para volver a casa.- Dicho eso, Simón se dio la vuelta y se alejó de su cama en su silla de ruedas.

Frida se quedó asombrada un rato, pero luego levantó la colcha para sentarse. Cuando estaba a punto de preguntarse qué tenía para ponerse, vio un conjunto de ropa sobre la cama, que al parecer era para ella.

Se levantó para ir al baño con la ropa.

Simón escuchó el sonido y volvió la cabeza para ver a Frida caminando en una postura extremadamente extraña, entonces Simón sonrió inconscientemente.

Cuando Frida se estaba cambiando de ropa, volvió a suspirar por las marcas que había en su cuerpo. Antes todavía le molestaba esas marcas, pero ahora que sabía que fue Simón quien le dejó esas marcas, su estado de ánimo de repente se volvió menos lúgubre que antes.

Una vez cambiada, Frida salió lentamente del baño y se acercó hasta quedar delante de Simón.

-¿Regresamos ahora?-

Simón la miró fijamente.

Ese vestido lo trajo él del armario de su casa, era un vestido celeste que hacía que su figura fuera muy exquisita, pero... Simón entrecerró los ojos y de repente se quitó la chaqueta.

-Póntelo.-

Frida se quedó embobada por un segundo, luego tomó la chaqueta, pero no se la puso.

-¿No te gusta?- preguntó.

Al oírlo, Frida negó con la cabeza.

-Entonces, ¿por qué no te la pones?-

Frida susurró, -Este traje es caro, ¿verdad? Si me lo pongo, lo tirarás de nuevo. Así que es mejor que te lo devuelva.- Después de hablar, Frida extendió la mano y le devolvió la chaqueta de traje.

Simón se quedó un poco estupefacto con sus palabras, porque no esperaba que dijera ese argumento para replicarle. Entonces sus hermosas cejas se fruncieron y la voz de Simón se volvió fría, -¿Estás tratando de volver a la casa de la familia Freixa para anunciar a todos de lo que nos pasó anoche?-

Frida se sorprendió y su rostro se puso un poco pálido.

-¡No tengo esa intención!-

¿Cómo se atrevería a pensar así? Nunca trató de hacer nada.

Frida entendió de inmediato que le dio la chaqueta porque no quería que la gente de la familia Freixa viese las marcas en ella.

Pensando en eso, Frida silenciosamente se puso la chaqueta de traje, cubriéndose el cuello completamente.

La chaqueta de traje le quedaba muy grande en su cuerpo pequeño y delgado. Se veía extraño, pero Simón lo encontraba inexplicablemente agradable a la vista. Entonces recogió su mirada y dijo fríamente, -Vamos.-

-Vale.- Frida salió de la habitación detrás de él.

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